Las Crónicas de Fuego: los cuatro príncipes del infierno

Los tres paladines

Lucca: sede central de la policía checa (23:32h)

El terrorista seguía dentro de la sala de interrogatorios. La policía checa lleva una hora y media de interrogatorio y todavía no han conseguido que diga nada. La puerta se abrió dejando ver a dos guardias traumatizados y al comisario al borde de un ataque de nervios. Íbamos a preguntar sobre el sospechoso pero la puerta se abrió de repente dejando ver al ministro de defensa británico, Daniel Owen. El chico entro a la sala seguido de cuatro tíos altos y musculosos que llevaban el uniforme del MI 6 (servicio secreto británico), coloco la empuñadura de plata de su bastón justo debajo de la barbilla del comisario y lo miro con esos ojos negros que desde que lo conozco me han aterrado.

–buen hombre sería tan amable de decirme todo lo que sepa del pequeño incidente en el castillo. –el tono calmado pero frio que uso dejo claro que no estaba jugando, yo siendo el comisario mejor obedezco antes de que Daniel lo convierta en un horrible trasgo o lo reduzca a cenizas. El comisario tartamudeaba asustado y a Daniel se le estaba acabando la paciencia. EL joven ministro estaba a punto de lanzar un hechizo contra el comisario cuando irrumpieron en la sala los representantes de Canadá y Estados Unidos. El joven representante canadiense se acercó al comisario y de manera amable y con una sonrisa inocente e infantil le pregunto.

–señor Cipris necesitamos que sea directo y conciso para que la CIA y el CSIS (Servicio Canadiense de Inteligencia y Seguridad) puedan esclarecer los hechos y puedan defender la paz de todo el planeta. –os podéis creer lo que está diciendo ese renacuajo con pretensiones que pasa es que solo Estados Unidos y Canadá pueden defender la libertad occidental y parece que no soy el único que lo piensa por como miran Dani y Zoe al renacuajo canadiense creo que también sienten lo mismo que yo. Skyler se acercó al renacuajo y a su amigo yanqui.

–gracias por vuestra preocupación pero los servicios secretos europeos nos podemos encargar de ello no necesitamos la ayuda de los norteamericanos. –el niño canadiense iba a responder pero su compañero yanqui se adelantó.

–no creo que los europeos podáis llevar esta situación. –nos miró con cierto aire de superioridad y continuo. –si no me equivoco cuando se decidió quien se iba a encargar de la seguridad de la cumbre España, Italia, Dinamarca, Reino Unido, la Republica Checa y Francia os negasteis a recibir ayuda norteamericana alegando que vuestros servicios secretos podían hacer frente a cualquier amenaza sin ayuda de otros continentes, pero mira un atentado en la cumbre más importante del siglo, tenéis que admitir que el trabajo de los agentes europeos ha sido una total mierda. –estábamos a punto de replicar cuando el representante alemán entro en escena, se había quitado el incómodo traje y ahora llevaba unos simples vaqueros azul marino y una camiseta roja, sostenía un helado de pistacho en su mano derecha.

–eh no metas a Alemania en el mismo grupo que a estos perdedores, el BND alemán descubrió los planes del terrorista una semana antes de que se llevasen a cabo. –todos los presentes miramos al representante de Alemania el cual mantenía una sonrisa de oreja a oreja. Skyler se acercó a él y lo cogió de la camisa levantándolo del suelo haciendo que el helado de pistacho se cállese al suelo.

–idiota si no quieres perder la cabeza nos dirás por que el gobierno alemán no aviso a la unión europea del maldito atentado. –Skyler suele ser callado pero no lo cabrees por que no sales vivo.

–primero musculitos tengo nombre y es Derian, segundo ¿por qué debería revelarte secretos de estado? y tercero me debes un helado –este tío me estaba cansando. Me acerque a él e hice lo que todos queríamos hacer desde que llego, le di un buen puñetazo pero en vez de callarse, sonrió y lamio un poco de la sangre que le salía por el labio y se le escurría por la barbilla.

–buen puñetazo señor di le Stelle pero no veo la razón para habérmelo dado.

-por esconder información vital y por traición a sus aliados. –el chico sonrió y señalo a los representantes norteamericanos.