El sacrificio de Lucien

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Mil y una identidades: Nápoles

Había subestimado al pequeño detective ¿Quién pensaría que desde nuestro ultimo encuentro a averiguado mas de mi pasado que cualquier otro agente de la ley al que me haya enfrentado? pero eso no le servirá para vencerme. Lamentablemente Lucien sigue demasiado atado a su pasado lo que impide que vea mas haya de lo que esta a simple vista, lo demostró hoy cuando luchaba contra mi, no sabe controlar sus sentimientos lo que lo llevara a caer en el abismo del que le advertí. Mis reflexiones se vieron interrumpidas por los gritos de batalla de tres adolescentes que venían hacia mi por la espalda con la replica de una gladius decorativa del siglo I, unas pistolas y un escudo también decorativo del siglo XIII. Bostece y sin darme la vuelta lance un hechizo "deliquium" los tres adolescentes cayeron al suelo inconscientes.

-se acabo. -Scarlet Ainsworth abandono su pasividad en el combate y saco una varita de madera de roble, por la forma de la varita y por los símbolos arcanos que había en su superficie supe cual era esa varita.

-me sorprende y alaga señorita Ainsworth, nunca pensé que la primer ministro del Reino Unido se dignase a luchar contra este humilde criminal y menos que fuese a usar la varita de Winston Leonard Spencer Churchill para ello. -la primer ministro me miro impasible.

-no se preocupe será un placer luchar contra el hombre que ha puesto en alerta a todo el planeta durante años. Y me encantaría saber por que sabe mucho mas del pasado de mi sobrino que cualquier otra persona de su familia. -sabia que la primer ministro no podría resistir saber mas de su querido sobrino.

-eso tendrá que averiguarlo usted pero permítame darle un consejo, si va a investigar el pasado de su sobrino le recomiendo que visite Praga, estoy seguro de que será una visita muy ilustradora. -la primer ministro seguía con aspecto impasible como era de esperar de la mujer que dirige la nación mágica mas poderosa del planeta.

-hace tres años se enfrento a el duque de Buckingham en el parlamento por lo que supongo que sabrá cuales son las reglas a seguir en un duelo de caballeros ¿verdad? -sonreí confiado ¿Qué tendrán los altos cargos británicos para cada vez que me ven me reten a un duelo?

-acepto el duelo my lady. -no necesitaba varita para el duelo lo que es una suerte ya que de todas formas no tenia una a mano. -posición de saludo. -ambos colocamos nuestra mano derecha sobre el corazón e hicimos una pequeña reverencia al contrincante. La primer ministro estiro el brazo izquierdo que sostenía la varita y yo coloque en la misma posición mi brazo derecho.

-"Fire swords" -las llamas salieron de la varita y formaron tres espadas de fuego que venían directamente por mi.

-"Neptunus armatus" -de mi mano salió un galeón español de tamaño real hecho en su totalidad de agua, lance la embarcación contra la primer ministro habiendo que impactase contra ella. 

Era tal la cantidad de agua que destruyo las ventanas y la puerta de la sala permitiendo que el agua saliese fuera de la estancia. Cuando el agua salió de la habitación todos los presentes estaban empapados o desmallados por la falta de respiración, salvo la primer ministro que no tenia ni una gota de agua sobre ella. Apunto su varita contra mi y dijo. 

-"Winds of death" -fuertes ráfagas de viento entraron por las ventanas y empezaron a rodearla para después salir disparadas hacia mi. Junte mis manos y grite.

-"Defense order" -llamas de color blanco empezaron a rodearme deteniendo los vientos asesinos que se dirigían hacia mi. 

La primer ministro iba a lanzar otro ataque cuando escuchamos unas explosiones varios pisos por debajo de nosotros. Sonreí de lado sabiendo que Lucien acababa de encontrar la cámara del planisferio y que encima me estaba haciendo el trabajo sucio de librarse de las defensa que lo protegen. Ambos paramos el duelo y nos miramos sabiendo quien era el causante de esa explosión. Salimos corriendo de la sala y nos dirigimos a las escalera, la primer ministro aprovecho que el suelo del pasillo estaba mojado para lanzar un hechizo congelante.

Las Crónicas de Fuego: los cuatro príncipes del infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora