Mi mayor miedo

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Nathaniel Lofiego:????????????

Mi cuerpo se retorcía de dolor bajo la cascada de magma hirviendo que caía sobre mi espalda quemando todo mi ser hasta el punto de darme ganas de suicidarme para acabar con este terrible sufrimiento, las cadenas que me sujetaban pies y manos apenas me dejaban moverme lo que hacia que fuese imposible apartarse de la catarata de magma y para empeorar las cosas parece que estas cadenas anulan los poderes del anillo, estaba totalmente indefenso. La sombra que llevaba horas observando esta tortura reía descontrolada deleitándose con mi sufrimiento y dolor. Mire a la sombra he intente articular una palabra pero cada vez que intentaba decir algo mis cuerdas vocales empezaban a arder como si se prendiesen en llamas cada vez que abría  la boca. 

En ese instante apareció un ser con apariencia humana, alas negras y cuernos de carnero inmensos en su cabeza, se acerco a la sombra para susurrarle algo. De la sombra emano  una risa que me helo la sangre. El ser que casi parecía un ángel se acerco a mi, sonrió de manera sádica antes de que el magma hirviendo dejase de caer sobre mi espalda. El ser sonrió todavía mas y me miro con ojos de deseo. Al final la sombra hablo.

-Asmodeus, déjale esta misión a Astaroth, tienes que ir a realizar un trabajo mucho mas importante. -el ser me miro algo decepcionado y se marcho volando por donde había venido.

Segundos después de la marcha de ese extraño espíritu llego otro que vestía con un traje de finas sedas, tenia alas mucho mas negras que las del anterior y sus cuerno eran algo mas pequeños.

-supongo que ya te harás una idea de donde te encuentras. -moví la cabeza en señal de negación.

-siento decirte que no he tenido tiempo de fijarme en donde estoy ya que he estado demasiado ocupado siendo calcinado por una catarata de magma. -el espíritu endureció su expresión y me miro con sus ojos de color blanco.

-no esta en situación de ponerte exigente humano pero no lo tendré en cuenta ya que es verdad que no me he presentado como es debido. -el espíritu sonrió con cierto toque de soberbia y dijo. -yo soy Astaroth, conocido también como el duque del infierno y estas en la parte mas superficial del reino de nuestro señor Satanás. -mire al demonio y recordé a alguien que se asemejaba muchísimo a el.

-espera un momento, se parece muchísimo a mi profesor de historia. -sonrió todavía mas orgulloso y arrogante y dijo.

-claramente soy inolvidable, me alegra que te dieses cuenta de mi identidad. 

-¿por que si eres un demonio de los importantes das clase en mi escuela? -el demonio suspiro y se acerco a mi oído para susurrarme.

-para vigilar al hijo de mi señor y por supuesto para intentar matar al pequeño que tiene en sus manos el anillo de Salomón. -lo mire y bufe fingiendo decepción.

-pues entonces haces tu trabajo peor que un funcionario corrupto, un gigante nórdico ataco al hijo de tu señor arruinando su intento de confesión y casi matándolo y no hiciste nada y encima en todo este tiempo que llevas como mi profesor ni siquiera has podido hacerme un rasguño, no hubiera sospechado nunca que fueses un demonio si no me lo hubiese dicho ahora mismo. -iba a seguir hablado pero el demonio me detuvo dándome una bofetada que hizo que me empezase a sangrar el labio.

-escucha bien pequeño impertinente, todo formaba parte de mi plan para traerte aquí y agradece que estoy yo y no Asmodeus, estoy seguro de que el no hubiese dudado en matarte de las maneras mas crueles que se le hubiesen podido ocurrir y te puedo asegurar que conoce muchas formas de hacerlo. -trague saliva y recordé la mirada de deseo del anterior demonio. -eso me gusta mas pequeño humano, ahora me dirás lo que quiero saber sin rechistar. -asentí aterrado. -bien primero dime tu nombre.

Las Crónicas de Fuego: los cuatro príncipes del infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora