Maratón 3/4.
Justin.
Ella cerró la puerta dejándome con completo asombro por su actitud hacia a mi, creí que su enojo se había acabado después de que me fui, pero veo que no. Voltee y encontré a tía Lucy junto a Adam mirándome en silencio.
-¿Puedo hacerte una pregunta, Justin?-pregunto Adam.
-Si.
-¿Qué fue lo que paso?, no reconocí a mi hija en un segundo, fue tan...
-Dura, fría, seca-lo interrumpí pasando una de mis manos por mi cabello.
-Si, ¿puedes decirme que paso?, porque no entiendo absolutamente nada.
-Discutimos, eso fue lo que paso.
-¿Y porque discutieron?-pregunto tía Lucy mirándome preocupada.
-Cosas de nosotros-mire un segundo el piso-no quiero hablar acerca de eso, por favor no me hagan mas preguntas.
-Bien, te entiendo-Adam me dio una sonrisa-no hare mas preguntas.
-Gracias.
El se volteo hacia mi tía.
-Iré a la cama, ¿me sigues?.
-Si,ve tranquilo, yo iré en unos minutos.
Le asintió, beso cortamente sus labios antes de darme una mirada antes de caminar a las escaleras y subirlas hacia su habitación.
Por mi parte, fui hasta la cocina para calentar la cena que han preparado, mi estómago ruje y ruje por el hambre. Dentro de la nevera hay lasaña, corte un trozo y lo puse en un plato para calentarlo.
En una bandeja puse el plato cuando estaba listo, cubiertos y una soda, salí de la cocina caminando hacia el balcón. Acomode la bandeja en la pequeña mesa y me senté en una silla mirando con una leve sonrisa.
La noche esta preciosa, la luna esta grande y brillante, hay algunas estrellas que la adornan a los lados, pero pocas. No hace frio, corre un aire cálido por mis brazos.
Corte un pequeño trozo de lasaña y me lo lleve a mi boca, gemí al sentir el exquisito sabor, nunca remplazare las lasañas de tía Lucy, son las mejores de todo el mundo.
-¿Puedo?-pregunto señalando la otra silla que estaba vacía.
-Adelante, tía-le di una sonrisa-además, no deberías preguntarme, eres libre de sentarte.
-¿Te gusto la lasaña que prepare?-sonrió mirándome.
-Esta deliciosa, mejor dicho, siempre te quedan deliciosas... eres la mejor.
-Gracias mi niño... Justin, yo siempre te he dicho que puedes confiar en mi, ¿cierto?.
-Si.
-Y nunca te juzgare por lo que hagas, tu eres un adulto y sabes porque haces las cosas, aunque, si veo que estas haciendo algo mal, yo te lo diré... también lo sabes, ¿cierto?.
-Si tía, ¿qué pasa?, ¿por qué me dices todo esto?.
-Porque quiero que tu me digas la razón que tuvieron ________ y tu para discutir.
Rodee mis ojos mirando a otro lado.
-No quiero hablar de eso.
-Justin...
-De verdad tía, no quiero hablar de eso.
-Esta bien, dejare pasar esto solo esta vez-me miro con su dedo alzado en mi dirección-¿entendido?.