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Lentamente comencé a abrir mis ojos, di un pequeño bostezo mientras me sentaba en la cama. Me estire mirando a mis alrededores, sonreí al encontrarme en la habitación de Justin.
Han pasado unos días desde lo ocurridos, las cosas han transcurrido bastante normal durante este corto tiempo, muy pocas cosas nuevas han pasado.
Llevo durmiendo cada noche en su habitación, nadie sabia hasta que tía Lucy me encontró en el tercer día de estar aquí. Le conté mis razones, ella solo me dio una sonrisa y me abrazo.
Siento que estar en la habitación de Justin hace que sienta que esta aquí en el departamento, que el no lo ha abandonado, que todo sigue tal y como estaba.
Aunque lamentablemente no es así, no he sabido nada de el, solo por tía Lucy quien habla unas pocas veces con el. He cumplido con mi palabra de mantenerme lejos de Justin, ha costado pero lo estoy logrando.
Gracias a Dios, Luke no sospecha absolutamente nada, me duele cada vez que estoy con el, me duele estar enamorada de otro hombre que no es mi novio.
Necesito desahogarme con alguien, contarle mis penas, llorar y llorar hasta quedarme dormida, necesito a Jess conmigo. Ella aun no ha vuelto de su viaje, le quedan un par de días con Mike en Francia.
Hemos hablado por mensajes y de vez en cuando por llamadas, no he querido contarle ninguno de mis problemas amorosos, no quiero arruinar sus vacaciones, prefiero que disfrute.
Salí de la cama, puse las pantuflas en mis pies y camine hacia la puerta de la habitación. Frotando mis ojos continúe mi camino a las escaleras, lentamente las baje hasta el comedor.
Tía Lucy y mi padre estaban desayunando con un hombre que en este momento esta dándome la espalda, al notar mi presencia me dieron una enorme sonrisa.
-Hola, preciosa-sonrió mi padre-¿cómo amaneciste?.
-Bien, ¿y tu?.
-Muy bien.
El hombre que estaba de espaldas, volteo lentamente dándome una enorme sonrisa, chille de emoción al verlo. Riendo se acercó a mi dándome un apretado abrazo.
-¡No puedo creerlo!-nos separamos-¡me alegra mucho que estés aquí!.
-¡A mi también!-chillo igual que yo-¡estas preciosa!.
Le di una enorme sonrisa.
-Siéntate para que desayunes por favor, quiero saber cada detalle de tu vida, estas muy hermosa y grande, ¿qué edad tienes?, la última vez que nos vimos tenías dieciséis años.
Me senté a un lado de tía Lucy quien miraba a su gran amigo, Maurice, con mucha felicidad.
Bien, voy a hablarles de Maurice, el y mi tía son amigos de la adolescencia, tienen una muy linda relación de amistad. Cuando tenía dieciséis años vino a nuestro departamento, en ese momento lo conocí.
Es gay, y nos llevamos muy bien de inmediato, vive en New York y es dueño de una larga cadena de peluquerías alrededor de Estados Unidos, muy famosas por cierto.
-Y cuéntame, querida-puso sus codos sobre la mesa-¿qué haces ahora?, ¿estudias o trabajas?.
-Estudio Derecho.
-¡Wow!, veo que siguió los pasos de Justin.
Le di una leve sonrisa cuando escuche su nombre.
-¿Qué edad tienes?.
