Capítulo 15

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Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

¡Último capítulo de la semana Fireside! ¡Lo logré, lo logré!

Gracias por sus reviews. Me encaaaatan.

A leer.

Capítulo 15:

Bella's POV.

Son las siete y media de la noche, estoy segura de que las mesas ahora están vacías. A juzgar por la cantidad de gente paseando por la galería, estoy en lo correcto, por lo que no tengo otra opción más que fingir que sé algo acerca del proceso del vino y observar las botellas que hay aquí y allá dentro de urnas de cristal.

En general, el lugar es bastante minimalista, y mantiene un color blanco puro en las paredes y el techo. Colocadas estratégicamente, paredes falsas en colores crema y gris dividen cada sección de la exposición. Me toma algunos minutos entender la dinámica; los muros claros son para vinos tintos, y las paredes oscuras para vinos blancos.

Ajusto el cárdigan a mí alrededor y paso un brazo por debajo de mi busto, sosteniendo la copa cerca de las labios con mi otra extremidad. Trato con vehemencia de disfrutar las imágenes, pero se me hace imposible; mis nervios no podrían estar más a flor de piel. Solo puedo distinguir el sabor afrutado y fresco de mi propia bebida, y por un instante contemplo la posibilidad de ponerme lo suficientemente ebria como para ser una mujer desinhibida cuando conozca a Jacob Black.

Paseo entre las urnas, contemplo las botellas de vino dentro de estas y leo las descripciones debajo de cada una. Nada podría parecerme más aburrido. De hecho, yo ni siquiera solía beber, pero todo cambió cuando conocí a Edward... y llegó Tony. Entonces había comenzado a tomar dos copas por noche para relajarme antes de ir a la cama. Una vez, estuve a punto de comenzar a fumar cigarrillos.

Un mesero me ofrece un Cabernet Sauvignon que acepto gustosa. Necesito dejar de pensar demasiado en las desventajas de lo que estoy haciendo y comenzar a ver la luz al final del túnel. Si hago esto bien, solucionaré mis problemas. Anoche, gracias a mi insomnio, pensé incluso en regresar a Estados Unidos una vez Ángela me haya pagado. No regresaría a Seattle, obviamente, pero quizás podría vender el apartamento que he comprado aquí y comprar una casa en Florida. Me gustó bastante la tranquilidad de una ciudad relativamente pequeña como lo es Gainesville. Y, como adicional, Edward ya no podría demandarme por secuestro internacional desde que ya estaría para entonces en el país. Entonces el juez no sería demasiado duro ¿verdad?

Una mujer de tez oscura, con vestido rojo corto y zapatos de vértigo nos indica, con una enorme sonrisa, que es hora de servir la cena. No puedo negar que es preciosa.

Subo las escaleras y llego al salón. Algunas miradas se centran un par de segundos en mí, apuesto a que es porque nunca antes me habían visto, sumado al hecho de que estoy usurpando el lugar que todos saben que Ángela debería estar ocupando.

Respiro unas veces más, tomo más vino, juego con la gargantilla en mi cuello y repito el proceso como si fuera un tic nervioso. Diablos. Es un tic nervioso.

De reojo, la silla a mi lado se mueve y un hombre toma asiento. Miro hacia el cielo raso a través de mis pestañas y rezo a quién sea porque pueda dominar la situación.

Recuerda, lo mismo que hiciste con Edward.

Giro mi cabeza completamente hacia la derecha y ahí está el hombre que Ángela me mostró en sus fotos con un tono tan dolido.

"Yo lo amo, Bella, pero... no puedo, no puedo dejar que me humille...".

Él se muestra extrañado. Seguramente pensaba que el lugar de su esposa estaría vacío desde que ella había decidido no venir. Sin embargo, me recorre de arriba abajo rápidamente y me sonríe con una hilera de dientes de un blanco asombroso. Puedo saber por qué Ángela se casó con él. Es atractivo y sus facciones suaves vaticinan un carácter por demás romántico.

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