Capítulo 9

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Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.

Aquí os traigo un nuevo capítulo. Por ahora la era de los Flashbacks ha terminado.

A leer.

Capítulo 9.

"Sé que no podemos seguir con esto,

pero ahí estás tú de nuevo, haciéndome desearte"

Bella's POV.

Anthony está dormido, apoyado sobre mi regazo y mi brazo izquierdo, mientras que con la mano derecha tecleo rápido en la computadora. Es la una menos cuarto de la mañana, y aún me falta más de la mitad del libro de mayor antes de poder ir a descansar. Si no termino hoy, tendré trabajo acumulado para mañana, y eso no es una opción. Anthony exige demasiado tiempo.

Mañana regresaré a la oficina a entregar cuentas, y este pensamiento me proporciona una felicidad que hace dos años no sentía.

Alrededor de las tres de la mañana, finalizo mi tarea y voy directo a la cama, en donde recuesto a Anthony. Hace frío y, por una noche que duerma conmigo, no sucederá nada.

Preparo la alarma a las 6:30 y trenzo mi pelo hasta la mitad, para que mañana tenga ondas sin necesidad de la plancha.

En algún momento me quedo dormida y doy gracias por eso. Siempre padezco de insomnio.

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Al escuchar el sonido de la puerta de la habitación abrirse, preparo mi puño para atacar, pero luego Edward prende la lámpara de la mesita y deja las llaves del auto sobre esta, provocando un tintineo que hace a Anthony removerse a mi lado.

-Joder -mascullo cerrando los ojos y regresando mi cabeza a la almohada-. ¿Qué haces aquí?

Muestra su sonrisa desganada como es común.

-Hola, Bella. Estoy bien, ¿qué tal tú?

Me muerdo la mejilla.

-¿Qué haces aquí? -repito-. Son las cuatro de la mañana. No son horas, Edward.

Exhala y se lame el labio inferior.

-Tanya sabe, Bella. Ella sabe de nosotros.

Sin duda, es un golpe duro. Al fin ha pasado lo que siempre temí.

-¿Y a qué se supone que has venido? ¿A confirmar definitivamente lo que tu esposa ya sabe?

-Comenzó a lanzar cosas y no pude soportarlo. Realmente, no me importa cómo se sienta ella respecto a esto; lo que me importa es lo que ella pueda decir de mí.

Me incorporo de la cama y me coloco las pantuflas.

-Salgamos de aquí o despertaremos al niño -indico-. Prepararé café.

Edward me sigue hasta la cocina y recarga los brazos en la encimera.

-Bien, ¿qué se supone que harás? -inquiero mientras preparo la cafetera.

-Supongo que llevarla de viaje para que se tranquilice y piense que no hay nadie más. Desde luego interrogará a Esme y a Carlisle; ellos están de nuestro lado. Jamás dirían nada.

-Bien, ¿cuándo te vas?

-¿A caso ya estás ansiosa de no verme? -arquea una ceja y vuelve a sonreír.

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