Seguía sin poder dormir a causa de mi enfado y el dolor de barriga que tenía desde la mañana. Empecé a darle vueltas en mi cabeza a por qué Newt se había enfadado conmigo. No hablábamos mucho, así que tampoco nos consideraba amigos.
<<A lo mejor le gusto... Vamos, ______, no digas tonterías.>>
Me estremecí un poco cuando una punzada de dolor vino a mi barriga, sacándome de mis pensamientos para dejarme mirando al techo sin pensar en nada. Intentaba, de vez en cuando, dormirme, pero la rabia que seguía teniendo por culpa de Gally no me lo permitía, así que me levanté de la cama y fui hacia la ventana. Ningún clariano estaba despierto, lo único que se oía eran algún que otro ronquido y el crujir del laberinto. Y entonces la propuesta de ser corredora vino a mí.
Tras haber pasado un rato mirando por la ventana, me di la vuelta y volví a acostarme en la cama.
Los párpados me pesaban, pero no me dormía de ninguna manera. Me abracé a mi almohada, cerré los ojos y solté una respiración para relajarme e intentar dormirme.— Eh, bella durmiente, despierta — escuchaba a lo lejos, pero no reaccionaba. — No me obligues a despertarte a la fuerza.
Como seguía sin reaccionar, alguien cogió la sábana, me destapó y tiró de mi almohada para arrebatármela. Solté un gemido de protesta.
— Dámela...— reclamé somnolienta.
— No, levanta — por un momento reconocí la voz de Newt, así que decidí abrir los ojos, por más que me costara. Pero me equivocaba, quien me había despertado no era Newt, sino Clint, que seguía teniendo mi almohada en sus brazos.
Suspiré e hice un esfuerzo por levantarme de la cama.
— No se escucha a nadie fuera — reproché adormilada.
— Ni si quiera los corredores han salido.
— ¿Y entonces por qué me levantas?
— Tienes que ver algo. Vístete rápido y sal — dicho eso salió. Yo cogí ropa y fui al baño. En cuanto me cambié salí y volví a encontrarme con Clint.
— Sígueme — ordenó, y me guió a una pequeña habitación detrás de la Hacienda. Estaba oscuro y no pude ver nada hasta que mis ojos se acostumbraron un poco a la escasa luz.
Distinguí una camilla y una pequeña figura en ella.
— Es la otra chica, ¿no? La que estaba conmigo en la Caja — pregunté.
— Sí, es ella. Jeff ha estado cuidándola desde que peleamos... Ha despertado, no ha querido hablar con nadie, así que tal vez contigo sí, ya que eres chica.
— ¿Está despierta ahora? — susurré.
— Claro que no, tonta, si no la habría saludado e intentado hablar con ella, ¿no crees?
— Sí, claro... Llevas razón... — fijé mi vista en la camilla, esperando a que la chica se despertara y poder hablar con ella. Una pizca de nerviosismo atravesó mi cuerpo. Otra chica en el Claro.
— Voy a traerte algo de comer — dijo Clint detrás de mí, y salió de la habitación.
La chica no daba señales de querer despertarse, así que me senté en una esquina de la cama y observé lo que pude las cosas de aquella habitación. Bostecé. Si la chica no había despertado aún, ¿para qué me despierta a mí de mi calentita cama?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por la puerta, que dejaba paso a Clint con una manzana en la mano. Me la tendió, y le di las gracias con una fugaz sonrisa. No tenúa hambre, pero aun así la mordí. Tras un rato en completo silencio, la chica se retorció y se sentó en la cama.
— Os dejo solas — susurró Clint en mi oído y de nuevo volvió a salir.
Giré mi vista a la recién levantada.
— Buenos días.
Ella me miró, pero no contestó, se limitó a sostenerme la mirada.
— ¿Qué tal estás? ¿Te duele algo? — volví a insistir, pero ella ni se inmutaba. — ¿Eres muda?
— No — me respondió al fin, con voz fría.
— ¿Te acuerdas de tu nombre? ¿O de quién eres?
— Teresa.
Suspiré. No sabía qué más decir, pero tampoco quería quedarme allí de brazos cruzados.
— ¿Te acuerdas de quién eres?
— No, no me acuerdo de nada.
— Bueno... ¿Sabes que duermes en una cabaña conmigo? — me sentí idiota al decir eso pero tenía que hablar de algo con ella.
— No, no lo sabía.
— ¿Puedo preguntarte algo?
— Ya lo has hecho varias veces — musitó con sarcasmo.
— ¿Por qué sólo has hablado conmigo?
— Supongo que porque eres una de las pocas que no me mira como si quisiera violarme.
Solté una pequeña risa.
— ¿Jeff también te miraba así?
— No, él no.
La puerta se abrió, y entraron Alby y Newt.
— Hola, _____. Clint te espera fuera — soltó Alby, y me hizo un gesto hacia la puerta. Crucé al exterior y vi a Clint recargado en un árbol. Me acerqué a él, que levantó la vista y las comisuras de sus labios se elevaron en una sonrisa. Extendió su mano hacia mí, la cogí y entrelacé nuestros dedos. Los dos nos encaminamos a nuestra enfermería.
Una vez allí me cogió de la cintura y me besó. No sabía por qué, pero una sensación extraña me invadió, una sensación de querer que eso no hubiera pasado. Y al parecer él lo había notado.
— ¿Qué te pasa? — cuestionó, mirándome con preocupación.
— No, nada, estoy cansada.
— Um... — resopló, no estando convencido con mi respuesta. Soltó su agarre de mí y se dio la vuelta para revisar los medicamentos, mientras yo me quedaba sin saber qué hacer.
— ¿Has conseguido que hable contigo?
— ¿Eh? Ah, sí, aunque no me ha dicho gran cosa...
Volvió a encararme, me dio un corto beso.
— ¿ Qué te pasa? Estás tensa.
— Nada...
— No me lo creo.
Suspiré.
— Es que... Estoy pensando en la propuesta de ser corredora. No sé qué hacer. Por una parte me da miedo y por otra sí que quiero serlo...— contesté de la manera más creíble posible. No me sentía con valor para decirle lo que acababa de sentir, y me daba más miedo decírselo y que no fuera así.
<< Hace apenas un día te gustaba, ¿qué te pasa?>>
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EL CLARO | [Newt y tú]
FanfictionNo veo nada, sólo oscuridad. Hay un olor húmedo. Escucho el sonido metálico de algo subiendo. Algo como un ascensor. A mi lado distingo una figura humana, por las curvas de su cuerpo supongo que es una chica. El ascensor se para, se abren unas pue...