- Oye Minho, ¿podemos hablar un momento?
- Sí, dime.
- Quiero ser corredora, lo tengo claro.
Él me miró fijamente durante unos segundos. Los demás corredores se fueron directos a descansar.
- Está bien, ____, pero hay que decírselo a Alby, mañana hablamos.
- Vale - dicho esto me fui a mi cabaña.
No tardé en dormirme pese al enfado que llevaba encima.Aquella mañana me desperté temprano. Alcancé a oír los últimos crujidos del Laberinto antes de que sus puertas se abrieran.
Al salir de la cabaña vi a los corredores preparándose para irse. Minho hablaba con Alby, probablemente sobre lo que dije ayer. Al verme, me hicieron una seña para que me acercara a ellos.
- ______, Minho me ha comunicado lo que decidiste ayer. ¿Estás segura de que quieres ser corredora? - preguntó Alby. Yo asentí con la cabeza.
- ¿Tu herida está curada del todo?
- Sí, no me duele y empezó a cicatrizar hace unos días.
- Deberías ir a que Clint te revise la pierna por si acaso - sugirió Alby - no queremos que haya ningún problema.
- Está curada, no va a ver ningún problema - insistí, no quería ir a ver a Clint.
- ______, haz lo que te dice Alby. Cuando Clint te dé el visto bueno te daré lo necesario para empezar a correr y te explicaré lo que hacemos los corredores.
- De acuerdo - me di la vuelta y fui a la tan conocida sala de los mediqueros.
Mientras subía las escaleras, vi la puerta cerrada y voces se escuchaban detrás de ella.
- Vaya, ¿no está aquí tu novia? - escuché decir a Jeff.
- No es mi novia y no, no está aquí; todavía no se habrá levantado - contestó Clint cansinamente.
Hubo unos segundos de silencio, sólo se escuchaban leves tintineos de botellas de cristal.
- Aquí tienes todo lo que necesitas. Para la próxima dejamos una nota en la Caja y que traigan más material... ¿Cómo va la chica?¿Evoluciona? - se me había olvidado que había otra chica en el Claro hasta que la mencionó Clint.
- Sí. Ahora come y habla. Hasta luego - tras decir esto, la puerta se abrió y Jeff salió con un montón de frascos en los brazos. Me miró un segundo cerrando la puerta detrás de él.
- ¿Estabas escuchando? - cuestionó serio.
- No, acabo de llegar y justo has salido - mentí. Él pareció no creerme, pero se encogió de hombros y se fue.
Llamé y abrí cuando me dieron permiso. Clint se sorprendió un poco al verme.
- Pensaba que ibas a hablar con Minho - confesó, intentando no mostrar ninguna emoción.
- Y lo he hecho, me ha mandado a venir aquí para que me revises la pierna, por si acaso.El chico frunció los labios.
- Está bien. Quítate los pantalones y túmbate en la camilla - le obedecí. Él se acercó y me quitó la venda. No había sangre, eso era buena señal.
En lo que Clint hacía su trabajo ninguno habló, pero de repente él rompió el silencio.
- La herida está bien, puedes correr pero no hagas esfuerzo excesivo, descansa de vez en cuando. Si te duele ven cuanto antes aquí.
Asentí con la cabeza y me puse los pantalones, pero antes de salir Clint volvió a hablar.
- _____, espera. Escúchame, por favor - en su voz se apreciaba tristeza y arrepentimiento.
No giré, pero sí me paré para escuchar lo que tenía que decirme.
- Por favor, perdóname. No sé por qué te pegué, no quería hacerte daño. Odio que estés enfadada conmigo. Por favor, perdóname. No te pido que vuelvas a trabajar aquí, pero no me ignores más, por favor - su voz se quebró, probablemente estaba llorando. Me di la vuelta y confirmé mis sospechas. Me dio un poco de pena, pero el enfado seguía reciente. Me quedé un momento escudriñando sus ojos, sin saber muy bien qué decir.
- ¿Estás arrepentido de verdad? ¿Te das cuenta de lo que hiciste?
- Sí, estoy muy arrepentido - se acercó un poco a mí. - Te quiero, _____, no me gusta que estés enfadada...
- ¿Me quieres? - pregunté irónicamente.
- Te quiero - confirmó; otra lágrima surcó su rostro. - Perdóname - pidió en un susurro.
Mi rostro se ablandó.
- Te perdono, Clint. Pero esto no se va a ir así como así, voy a estar resentida unos días.
- Lo entiendo, no pasa nada - una sonrisa se dibujó en sus labios y me abrazó. Yo hice lo mismo y le escuché susurrar en mi oído.
- Gracias.
Le froté la espalda como respuesta y nos separamos.
- Así que ya eres corredora - comentó más feliz que antes.
- Eso parece - le sonreí - luego nos vemos.
Salí y busqué a Minho. Parecía estar afilando un cuchillo a la vez que peleaba por deshacerse de una mosca.
- Clint dice que puedo correr, simplemente necesito descansar de vez en cuando y no hacer un esfuerzo excesivo - informé. - Pensaba que habrías salido con los demás corredores.
- No, he dejado al mando a Thomas mientras te explico de qué va esto. Ven - se levantó y yo le seguí.
- Veremos con quién te pongo hasta que puedas correr como los demás... - pensó en voz alta antes de que entráramos a una sala pequeña y oscura. Encendió las luces y me quedé asombrada con lo que vi. En el centro había una gran mesa con una enorme maqueta de un laberinto.
- _____, esto es el Laberinto.
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EL CLARO | [Newt y tú]
FanfictionNo veo nada, sólo oscuridad. Hay un olor húmedo. Escucho el sonido metálico de algo subiendo. Algo como un ascensor. A mi lado distingo una figura humana, por las curvas de su cuerpo supongo que es una chica. El ascensor se para, se abren unas pue...