Tras relatarle todo lo sucedido en el día, Chuck estaba asombrado, mirándome con la boca abierta aun cuando no había pasado nada emocionante.
- ¡Cómo me alegro de ser tu amigo! Seguro que eres la mejor corredora y le quitarás el puesto a Minho - aseguró alegremente. Yo me reí, verlo así de ilusionado me hacía gracia.
- Chuck, que sólo me han enseñado los alrededores, no es gran cosa. Y no creo que sea la mejor corredora ni que le vaya a quitar el puesto a Minho.
- Bueno, déjame hacerme ilusiones. Me emociona que seas corredora.
- ¿Tú eres amigo de Thomas, no?
- Sí.
- Pues voy a ir con él. Vamos por parejas y me han asignado a él - la mirada de Chuck se iluminó aún más.
- ¿¡En serio!?
- Sí, en serio.
- ¡No me lo puedo creer! Mis dos mejores amigos corredores trabajando juntos. ¡Es genial! Me siento muy importante ahora mismo.
- Vas a ser famoso en el Claro, Chuck - bromeé. De repente su cara cambió: me miraba con mirada pícara.
- ¿Y si surge algo entre vosotros dos? - dijo moviendo las cejas arriba y abajo.
- ¿Quién sabe? A lo mejor empezamos a salir y nos olvidamos de ti - le vacilé.
- Ni se os ocurra.
Me reí con él. Sin darnos cuenta el cielo se había oscurecido, pero nos quedamos hablando tumbados en el cesped del Claro. Disfrutaba mucho con la compañía de ese niño, no entendía por qué los demás clarianos no le tenían aprecio.
- Los corredores madrugan mucho, deberías irte a dormir ya, si no mañana te dormirás mientras corres. Yo me voy a sobar, que tengo sueño - finalizó la frase con un bostezo.
- Me voy a quedar un rato más. Hasta mañana, Chuck.
- Adiós - escuché sus pasos alejarse hasta que todo se quedó en silencio, todo salvo el Laberinto.- ¡Pingaja, despierta! - hablaron detrás de la puerta mientras la aporreaban.
- ¡Estoy despierta! - grité de vuelta. Me acababa de despertar y no estaba de muy buen humor.
Una vez vestida y con la mochila de corredor a la espalda salí. Todos los corredores estaban desayunando, algunos con los párpados pesados todavía.
Reconocí a Thomas hablando con Newt. Por lo que había obsservado, se llevaban muy bien. Yo también quería llevarme bien con Newt.
Al poco todos nos levantamos y entramos por los muros de piedra.
Las calles del Laberinto estaban dispuestas de otra forma al día anterior, lo símbolos grabados en las paredes eran distintos. Seguí a Thomas, que corría por esos pasillos con la seguridad de quien va por su casa. Nos íbamos adentrando cada vez más en el Laberinto, mucho más de los que llegué a adentrarme con Minho y mucho más de lo que me habría gustado entrar en mi segundo día como corredora.
Izquierda. Derecha. Derecha. Izquierda. Izquierda. Derecha. Recto. Derecha. Recto. Llegamos a una zona muy diferente a lo que yo conocía del Laberinto: las enredaderas habían desaparecido por completo, todo era piedra, abundaban los "bichos-cámara"(como yo había decidido apodarlos) y, por lo que Thomas había dicho, había posibilidades de encontrarnos con un lacerador. El miedo invadía mi cuerpo y el chico lo había notado, así que me hablaba para que me tranquilizara.
- No te preocupes, si vemos un lacerador nos escondemos. Te voy a contar anécdotas graciosas de los clarianos, seguro que a más de uno ya no le mirarás de la misma forma. Una noche Chuck tuvo una pesadilla y se levantó con los pantalones mojados. Él dice que fue al baño y le salpicó agua del grifo, pero no sabe mentir. Tuvo que lavar los pantalones y no se le secaron hasta que cayó la noche.
- Qué asco, pobre Chuck. Seguro que Gally tomó esa oportunidad para humillarle.
- Vaya que si lo hizo. Casi le lleva al Calabozo por eso.
- ¿No es eso un poco exagerado?
- Lo es, pero así es Gally. Salvo contigo.
- ¿Tienes alguna anécdota de él?
- Sí... Espera un segundo - se agachó a observar una piedra, sacó una libreta y apuntó algo. Me acerqué, pero no vi nada especial.
- ¿Qué pasa con esa piedra?
- Es la misma que vi hace dos días al otro lado del Laberinto. Como te decía, sí, tengo anécdotas de Gally. Una vez se tropezó y cayó de bruces encima de un saco de estiércol. Olió a clonc hasta que subió la Caja con tela, ni siquiera sus mejores amigos se acercaban a él por su olor.
Esa vez sí me reí, imaginando a un Gally con cara de pocos amigos lleno de basura hasta las cejas.
Las anécdotas de Thomas, las explicaciones sobre el Laberinto e ir corriendo de un lado a otro hacían que el tiempo pasase rápido.
Habíamos dejado atrás la piedra hacía bastante rato, ahora sí se veían enredaderas y ya no había tanto peligro de cruzarnos con un lacerador.
- Eh, esos símbolos los vi ayer - dije acercándome a una columna. Eran parecidos a un tres y un cuatro.
- ¿Cuáles? - preguntó Thomas mientras se acercaba a mi lado libreta en mano. - ¿Dónde los viste?
- Girando dos veces a la derecha desde que entras...
- Aha... - apuntó algo en la libreta. - ¿Has visto algo más aquí?
- No, sólo eso. No veo nada más raro que piedra y enredaderas.
- Ya, todavía no, con los días te acostumbrarás y aprenderás a reconocer el Laberinto. Pero buen trabajo observando esa columna, no me había fijado. Ahora volvamos.
En el camino vi esos símbolos dos veces más, en cada una de ellas Thomas sacaba su libreta. Por fin llegamos al Claro y nos encontramos a tres parejas de corredores.
- ¡Eh Thomas! - ambos nos giramos cuando lo oímos, Thomas por ser él a quien llamaban y yo por haber reconocido esa voz. - ¿Ha ido bien?
- Muy bien, he confirmado la sospecha que te dije ayer, tengo que contárselo a Minho.
- Wow, me alegro, vas a ser nuestro héroe - bromeó imitando un desmayo, a lo que yo sonreí como tonta.
- Sí princesa, voy a ser vuestro héroe, más os vale honrarme bien.
- Sí, lo que tú digas. ¿Cómo te ha ido a ti? - me preguntó.
- Eh... Bien, mejor que ayer.
- Ha encontrado algo interesante, a lo mejor resulta ser ella nuestra heroína - Thomas imitó el desmayo que Newt había interpretado hace unos momentos.
Newt se rió y yo hice amago de hacerlo. Probablemente estaba más roja que un tomate.
- Entonces la honraré a ella, no a ti.
- Vale, como prefieras. Me voy a contar mis hazañas, hasta luego - dicho esto fue en busca de Minho para contarle lo que había descubierto.
- Yo también me voy, después nos vemos, pingaja - Newt me guiñó el ojo y se fue.
Miré cómo se iba hasta que decidí irme a mi cabaña y darme una ducha. Ese chico me caía bien.
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EL CLARO | [Newt y tú]
FanfictionNo veo nada, sólo oscuridad. Hay un olor húmedo. Escucho el sonido metálico de algo subiendo. Algo como un ascensor. A mi lado distingo una figura humana, por las curvas de su cuerpo supongo que es una chica. El ascensor se para, se abren unas pue...