Capitulo 3. No me hagas nada.

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— ¿Cuánto más vamos a pasar o a sufrir?

Mi gemelo me hace esa pregunta y no sé qué debo responder.

Le prometí que un día todo esto se acabaría porque nos iríamos lejos juntos, pero todo empeora día con día.

—Pronto Jake, solo déjame buscar cómo, necesitamos dinero y lo que tenemos escondido no es suficiente.

—De acuerdo... Aria Isaac me dijo que iba a salir con él.

Solo escuchar su nombre me pone mal. Isaac es nuestro hermano mayor y no uno bueno, tiene 28 años y no anda metido en buenos asuntos, trae consigo un arma y quiere que Jake sea como él.

Trato de evitar eso, pero cuando exige es peor sino haces lo que te dice. Mi espalda tiene marcas gracias a él. Cuando era más pequeña siempre apagaba sus cigarros en mi espalda y mamá jamás le dijo nada, ella siempre decía que lo merecía.

Cuando dejo de hacerlo fue cuando crecí y en mi espalda ya no había espacio para una más, y desde entonces su amenaza ronda en mi cabeza

"Un día te voy hacer mía, y gritarás por más maldita perra"

—Aria ¿Me escuchas? Te estoy hablando.

—Lo siento Jake, me perdí un momento. Pero no puedes ir, es un alcohólico enfermo de poder, no quiero que te haga daño.

—Si no voy con él me ira peor, no tengo elección. Pero tengo miedo de dejarte sola.

Sé que se refiere a mi padre, pero no puedo decirle que también tengo miedo. Siempre sale perjudicado.

—No pasará nada, lo prometo. Le pondré el seguro a la puerta y esperare despierta hasta que llegues ¿De acuerdo?

—Bien, tratare de terminar con Isaac muy rápido, no quiero dejarte mucho tiempo sola.

—Está bien. Solo cuídate.

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Son las 11:30 de la noche y Jake no aparece, de hecho, no hay nadie en casa y eso es raro pero tranquilizante. Quiero esperar despierta a Jake, pero el sueño me está venciendo.

Me levanto de la cama y le quito el seguro a la puerta o mi hermano no podrá entrar. Pero también sé que mi padre puede aprovechar eso para tratar de hacerme algo, aunque soy su hija y dudo mucho que pueda dañarme más de lo que ya lo ha hecho.

Vuelvo a recostarme en la cama y en cuestión de minutos el sueño me toma por completo

*************

Siento la cama hundirse y sé que es Jake, pero estoy demasiado dormida para poder abrir los ojos o decir palabra alguna.

Siento como me abraza y acaricia mi brazo, pero algo no está bien... Su brazo es demasiado pesado, su tacto muy tosco y su aroma inunda mi respiración y sé que no es él...

No huele, apesta a cigarro y alcohol y entonces despierto completamente sé quién es.

Es mi papá.

—Papá suéltame! ¡¿Qué haces?!

Me siento rápidamente en la cama y él se pone atrás de mí.

Pone su mano en mi boca y con la otra baja mi blusa y toca uno de mis pechos.

Por dios no.

—Cállate querida Aria que sé que te gustara, aunque por más que grites nadie te escuchara. Se te olvido que no hay nadie en casa.

Me muevo lo más que puedo, trato de zafarme de su agarre, pero es inútil. Su toque en mi pecho me está provocando un asco total.

— ¡Deja de moverte perra!

Mi Destino en Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora