Capíulo 8. Oh por dios... Jason❤️

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~Maratón 2/¿?
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—¡Jaslene está en la casa bebés!

Ella grita y se oyen en el segundo pisó varios pasos.

—¡Ya era hora!

Es una voz varonil. Un gran cuerpo comienza a bajar las escaleras que están a la izquierda frente a nosotros.

—¿Porque tardaste tanto Jas?

Una gruesa y muy, pero muy varonil voz se escucha y proviene del gran cuerpo humano que está bajando. No puedo verlo y me volteo examinando la casa.

Es también muy linda por dentro, le hace falta un poco de mantenimiento y amor. Pero es hermosa. Al menos a mí me lo parece y sé que también a Jake.

—Lo siento, pero encontré amigos nuevos, estarán con nosotros un tiempo. Jake él es Jason. Intimidante, lo sé, pero es como un gran cachorro, sólo muerde por jugar.

—Jaslene...

Esa voz. Es tan... Sexy.

Jaslene ríe y vuelve hablar, mientras yo sigo admirando la casa. Aunque es más un pretexto, pues mi loco y traicionero corazón no deja de latir a la velocidad de la luz, y esa rara sensación en mi estómago incrementa con la voz de él.

—Está bien, lo siento. Pero fue inevitable. Es la verdad. Aunque Jake, si se enfada entonces sí será mejor que corras... Oh, y ella es Aria... Su gemela.

En cuanto dice mi nombre de que debo voltear, así que tomo aire para calmar mis nervios y lo hago.

Y entonces lo veo.

Y me ve

—Aria...

Pronuncia mi nombre y me siento desfallecer. ¡Oh por dios... Jason! Ha sonado tan... ¿Caliente? No lo sé, pero es la pronunciación más hermosa que alguien ha dicho de mi nombre.

Es un hombre realmente guapo. Es alto, muy alto, con una hermosa mirada color café, una barba de unos pocos días, y tiene un cuerpo realmente trabajado, unos brazos en los que seguro me rompería.

Quisiera poder dejar de mirarlo, pero no puedo, trae puesta una camisa de mezclilla que marca sus trabajados brazos, y unos jeans un tono más arriba que el azul cielo que podrían derretir a cualquiera.

Nuestras miradas parecen una, pues el tampoco deja de observarme. Su mirada me recorre de abajo hacia arriba dos veces, y la segunda deteniéndose en mis piernas y mi cintura. Y me doy cuenta que el pantalón lo traigo un poco más abajo de la cadera y la sudadera un poco arriba de la cintura, dejando al descubierto un poco de mi piel y de mi cuerpo.

Bajo inmediatamente la sudadera y subo un poco el pantalón. El parece reaccionar y carraspea un poco.

—¿Y que se supone que hacen ellos aquí? ¿Porque los trajiste? Ya somos muchos aquí.

¡Auch! Su voz cambio totalmente, pero por una más dura. Su comentario me hace sentir mal y sólo soy capaz de bajar de la mirada. Pero me doy cuenta que en parte tiene razón, sin embargo, no voy a dejar que él nos haga menos o nos lastimé a mi hermano y a mí. Eso se acabó.

Cuando estoy por responder Jaslene contesta.

—Oye niño bonito, disculpa, pero es mi casa y traigo a quien quiera. Se quedarán aquí porque yo de los ofrecí y van llegando recién a la Ciudad, a nadie le afecta que estén aquí un par de días o por el resto de sus vidas si así lo quieren ¿Te quedo claro?

Mi Destino en Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora