Capítulo 29. Una cita

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Mis ojos se abren enormemente ante la insinuación que acaba de salir de su boca.

¡¿Desnudarlo?! ¡¿Yo?!

¡Pero que atrevimiento de su parte!

¿Qué le hace pensar que lo veía de alguna forma diferente a la normal?

Tal vez porque lo examinaste de pies cabeza en cuanto entro. Porque era obvio que analizabas su escultural cuerpo de adonis.

Mi conciencia me traiciona como muchas otras veces. Y por si fuera poco, un remordimiento llega a mi, como puedo estar como como una tonta frente a este hombre cuando aún está latente lo de Jason.

Sacudo un poco mi cabeza tratando de alejar lo recién ocurrido y concentrarme en el hombre que tengo enfrente.

Mis ojos se encuentran con los suyos y puedo leer las preguntas silenciosas que  hay en ellos. Espero que el Señor perfecto suelte alguna de ellas pero no lo hace.

Así que decido hablar yo.

—No lo desnudaba con la mirada.

—Eres un pequeña mentirosa ¿Lo sabias?. Mueves la nariz cuando tratas de mentir.

—¿Qué? Claro que no.

Involuntariamente muevo mi nariz y...

—¡Oh rayos!

El señor perfecto deja salir una pequeña y sensual risa que provoca que toda mi piel se ericé. Y él parece notarlo, pues su mirada no se mueve o de mis brazos o de mi cuello.

Lo veo acercarse poco a poco hacia mi oreja y cuando trato de alejarme su mano izquierda sostiene mi nuca de una manera firme pero tan delicada al mismo tiempo, mientras que con su otra mano coloca un mechón de mi cabello tras mi oreja.

Las sensaciones que siento son realmente placenteras y esto debe estar mal ¿no?

—Se ve tan sensual en tu cuerpo lo que te provoco— Puedo sentir sus labios susurrando en mi oído y parte de mi cuello, lo que me provoca una corriente eléctrica y un irremediable deseo—, me gustaría ver que más te provoco por el resto del cuerpo Aria— Oh por dios, eso es una promesa carnal—... Pero contéstame algo pequeña— Un beso suyo en el cuello, un beso y una sensual mordida son lo que casi me hacen perder la razón.

—Mmmju.

Eso es lo único que puedo articular, pero que vergüenza.

—¿Haces algo esta noche?—Su voz y su susurro vibran en todo mi cuerpo ¿Que me pasa?— Deberías contestarme Aria.

Mi nombre siempre me ha gustado, pero dicho por él, suena hermoso. Salgo un poco de mi trance y articulo una sola palabra, la única que me es posible decir.

—No

—Pasaré por ti a las 7, te quiero lista. Viste algo casual.

Siento como su mano deja mi cuello y se siente un vacío en esa parte. Lo veo alejarse y salir de la cafetería y entonces mi mente y mi cuerpo recuperan su poder y solo pienso ¿Voy a salir con él?

No sé cuánto tiempo estoy pensativa hasta que la voz de Kalani me hace volver a la realidad.

—Aria, ¿Y el Adonis? ¿Lo alejaste tan rápido?— Solo puedo soltar una risita nerviosa y me giró para poder verla—, estás sonrojada ¿Qué pasa?

—Me invito a salir... Está noche.

—¡Oh por dios! ¡Es magnífico! Terminaremos nuestra jornada e iremos por un outfit que cause sensación ¿Te dijo a donde irían?

Mi Destino en Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora