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Pietro Maximoff

Título: El condón

Advertencia: No

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Hoy iba a tener una cita, y digo "iba" porque ahorita mismo la estoy posponiendo, es invierno y siempre que llega es para mi el comienzo de la gripa.

"-Pietro, no voy a poder ir a nuestra cita- dije tratando de que mi voz saliera lo mas normal posible, la cual no salio tan mal.

-¿Pero por qué?- respondió algo desconcertado.

-Ven a mi casa, ya lo veras, a parte me siento algo sola en mi casa- siempre que estoy enferma por alguna extraña razón me siento sola y pensé ¿Quién mejor que Pietro para darme cariño?

-Ok, en unos segundos estoy ahí."

Y al decir segundos creí que eso serian, después de todo, él es muy rápido, pero al rato de unos minutos tocaron la puerta tan rápido y tan fuerte que creí que la tiraría.

-¡Voy!- grite con voz gangosa mientras me sacudía los mocos.

Al abrir la puerta me encontré con un muy sonriente sokoviano que al verme cambio su radiante sonrisa a un rostro algo confundido ¿Pues que rayos esperaba?

-¿Estás enferma?- elevo una ceja interrogante.

-Si... ¡achu!- estornudé.

-Ok- volvió a sonreír- Ahorita mismo te hago esa sopa mágica que nos hacia mi mamá a mi y a Wanda cuándo nos enfermábamos- se quito su chamarra y me la coloco en los hombros- Pontela- y se fue a la cocina.

Metí mis brazos por las mangas y mi fui a mi cuarto, luego refugié mis manos en los bolsillos de la chamarra y me encontré con un sobresito.
Curiosa por saber lo que era lo saque, sonreí divertida y burlona por lo que mis ojos veían... Un condón.

Ahí comprendí por qué su cara de confusión al verme en tal estado, pensaba que querría hacer eso.

Guarde el condón en un bolsillo de mi pantalonera y espere a Pietro acostada, lista para burlarme de él por su equivocada idea.

Y como si lo hubiese invocado apareció a lado mio con una bandeja la cual llevaba la sopa, una cuchara, jugo de naranja y dos servilletas.

-Listo, ten por seguro que con esto te sentirás mejor- habló con ese acento que tanto me encantaba.

-Muchas gracias Pietro, eres un encanto- me acerqué a él y bese su mejilla para luego tomar la bandeja.

-¿Solo un beso en la mejilla? - hizo un adorable puchero.

-Oh... Creo que es muy poco para lo que deseabas tener- me miró confundido y tratando de adivinar a qué me refería, decidí darle una pista- tu querías algo más apasionado, ¿No? - le di una sonrisa burlona.

-¿Qué? Claro que... No, sólo un beso en los labios- respondió nervioso.

-Pues este condón me dice lo contrario- saque el sobresito y se lo mostré- dijo que lo compraste en la farmacia cerca de aquí porque pensaste que te quería para tener acción.

Ambos soltamos unas sonoras carcajadas por mi loca idea de que un condón me hubiera dicho eso. Dios, necesito un psicólogo.

-Ok, ok, lo admito- alzó los brazos en forma de rendición- vine con la idea equivocada- sonrió divertido.

-Creo que tu necesidad es tanta que ni siquiera te diste cuenta de lo horrible que se escuchaba mi voz al llamarte- me burle.

-Nunca se te olvidará esto, ¿Cierto? - suspiro resignado.

-Jamás- le di un corto beso en los labios y al separarme vi como una tierna sonrisa se posaba en sus dulces labios.

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¡Hola! Espero y les haya gustado😃
Ese Pietro es todo un loquillo😂
¡Gracias por el 1,31k💓!

Bye🙋