Capítulo 24

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Terminé de maquillarme y salí del baño. Sebastian y los niños estaban listos, esperando sentados al borde de la cama matrimonial con cara de aburridos.

-¿Ya termináste, vida?- me preguntó Sebastian al verme delante de él.

-Ja, ja, muy gracioso- dije con sarcasmo -. Si me hubieras ayudado con los niños, no hubieras tenido que esperar por mí. ¡Nos vamos!

*****

No tardaríamos mucho en llegar a la iglesia donde sería la boda. Observé a mi alrededor, todos los invitados se veían felices, cosa que me cayó muy mal al saber la clase de persona de mierda con quien mi hermano estaba a punto de casarse. Tenia que encontrar un modo de impedir la boda...

Entonces lo vi, hablando con Max y Mei frente a la entrada de la iglesia. Sentí una punzada en el corazón que me dejaba una sensación extraña, tenía que hablar con él...

-Sebastian, cuida a los niños, vuelvo en un momento.- le dije, haciéndolo tomar la mano de Marceline.

Crucé entre los demás invitados hasta llegar a Max, Mei y quien les acompañaba.

-¡Pero qué sorpresa! Nunca pensé que te vería en la boda de mi hermano, Enrique.- dije parandome frente a él.

-¿______? ¡¿Max es tu hermano?!- me preguntó asombrado.

-Así es- le sonreí y voltee hacia mis hermanos -. ¡Max, estás tan sexy con ese traje! Y Mei, ¡qué vestido tan provocador, chiquita! ¿Estamos de suelta o qué pasa? Si vas a atraer hombres, busca quedarte con uno que te quiera y te ame para toda la vida.- finalicé guiñándole un ojo a Mei.

-¡________!- chilló Mei, con su rostro completamente rojo, tanto como el vestido strapless ajustado de falda corta que llevaba.

-¿Qué clase de saludo es ese?- preguntó Max, soltando una carcajada justo después.

-Un saludo Torres- sonreí -. ¿Me prestan a Enrique un momento? Tenemos que ponernos al día.

-Bueno...- corearon confundidos.

Me llevé a Enrique hasta la esquina más apartada de los invitados para hablar con él tranquilamente.

-Muy bien, ¿qué haces en la boda de mi hermano?- le pregunté inmediatamente.

-Envidiarlo...- murmuró.

-¿Lo envidias por...?

-No importa...

-¿Tiene que ver con Susan?

-¿Cómo supiste...?- el resto de su pregunta había sido solo un montón de balbuceos.

-¿Te la cogiste?

-Si...

-No usaste forro, ¿o sí?

-No, y me vine adentro...

-¡¿Cuándo fue?!- lo tomé de los hombros con fuerza.

-Hace como tres semanas... ¡Me había dicho que no se casaría porque estaban teniendo problemas y que quería estar conmigo y...!

-Perra de mierda- di un par de vueltas delante y al rededor de él y luego volví a mirarlo -... ¿Sabes que hace una semana me dijo estar embarazada de dos semanas?

-¡Me dijo que tomó la pastilla del día después!

-Bueno, parece que hay que descubrir la verdad. ¿Qué tal si en serio está embarazada y es tuyo? ¿Vas a dejar que se case con mi hermano? ¿Soportarás no saber si ese bebé es tuyo?

Un demonio bajo mi techo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora