Capitulo 23 (hot)

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**Punto de vista: Susan.**

-Ya está.- dije triunfante al subir al auto y sentarme en el asiento del acompañante -Sebastian ya debe haber recibido mi mensaje y en un rato estará en camino al otro hotel.

-¿Está segura de que lo hizo bien, señorita?- me dijo mi chofer y mayordomo.

-¡Por supuesto que lo hice bien!- fruncí el ceño -¿Cómo te atreves a cuestionarme así? No es mi primera vez haciendo esta clase de cosas. Todos los hombres son iguales, si quiere saber por qué ________ quiere que vaya a ese hotel, irá allí para averiguarlo, sobre todo después de embriagarse en la despedida de Max.

-No sabe de quien está hablando, señorita. Sebastian Michaelis no es como los demás hombres.

-¿Qué? ¿Es como tú?- dije en forma de burla -No me hagas reír, no es probable que hallan dos.

-¿Está dudando de mí, señorita?- me vió con sus ojos demoníacos.

-Dejate de charlatanería y llévame al hotel. ¡Es una órden, Claude!

-Yes, my queen.

Claude comenzó a conducir. Encendí la radio y puse el volumen alto.

Desde siempre lo unico que me ha interesado de los hombres es el dinero. Me embarasé de un francés empresario que ya estaba casado, y para que no le dijera a su esposa me compró un apartamento en Madrid y pone dinero en una cuenta mensualmente. Ben cree que su padre murió, es lo que le digo a todo el mundo, y realmente no me importa ese niño ni el francés que lo engendró en mi vientre. Me casaré con Max, tendré un hijo suyo y luego le pediré el divorcio para sacarle dinero. Mientras, haré que Sebastian y __________ se separen para que luego de que me divorcie de Max quedarme a Sebastian por un tiempo, hasta que encuentre un hombre con más dinero y volveré a hacer lo mismo. Soy de lo peor y eso es genial.

Claude me dejó en el hotel. Fui a recepción, pedi mi llave y le dije a la recepcionista que esperaba a alguien.

-... Se llama Sebastian Michaelis. Le reconocerás enseguida: alto, caucásico, muy sexy, y llegará diciendo que su esposa o mujer o novia le envió un mensaje con la dirección del hotel y probablemente esté algo ebrio. Solo dile el número de mi habitación.

-Está bien, señorita.- me dijo.

Fui hasta la habitación, tomé una ducha, me puse mi mejor lencería y lo esperé sentada en el sofá con una botella de champagne y dos copas.

Pasé horas y horas esperando a que llegara, pero nada. Llamé a recepción para saber si lo habían visto, pero no.

-¡Maldición! ¡¡CLAUDE!!- llamé.

Claude apareció delante de mí.

-¡No lo entiendo, Claude! ¡¿En qué me equivoqué?!- lo sacudí.

-Te lo dije.- dijo -Sebastian Michaelis no es como los demás hombres que conoces. Ademas, nuestro contrato existe por una razón: Sebastian y _________ son lo más difícil de separar, tú quieres apoderarte de Sebastian temporalmente y yo quiero apoderarme de _________ por el resto de su vida.

-¿Qué los hace tan difíciles de separar? ¡Solo son una pareja cualquiera!

-No es así, señorita. Tienen algo muy fuerte que los une, y romper ese algo es muy difícil. Es más, seguramente Sebastian está teniendo sexo con __________ como la bestia salvaje que es justo ahora.

**Final del Punto de vista**

Sebastian llegó dos horas después de que se durmieran los niños. Yo me había quedado viendo televisión para evitar estresarme pensando en lo que esa malparida había hecho.

-Hola, hermosa.- me dijo, recostándose a mi lado al llegar.

-¿Te divertiste?- le dediqué una sonrisa.

-Algo... Estaba más concentrado en volver para divertirme contigo que en la fiesta.- me dijo de forma seductora para luego besarme.

-Nunca cambies...- le devolví el beso.

Sebastian me tomó por la cintura y me llevó hacia él, acomodándome sobre sí mismo. Poco a poco los besos se volvieron más profundos y apasionados, surgieron caricias que se volvían más intensas y provocativas, y pronto la ropa pasó a estar de sobra...

Sentí como sus dedos recorrían mi feminidad por sobre mis bragas a la vez que succionaba y mordisqueaba uno de mis senos. Dejé salir algunos gemidos a la vez que acariciaba su miembro por encima de sus boxers y me sujetaba a su espalda con mi otra mano. Dejó de succionar mi seno para soltar un gemido ronco y luego ambos nos deshicimos de la única prenda del otro.

Comenzó a frotar su miembro en el exterior de mi feminidad, haciendo que la punta de su miembro y mi clítoris se encontraran y rozaran una y otra vez, arrancándonos gemidos a los dos.

-Y-ya mételo...- le dije luego de un rato haciendo esto.

-De acuerdo.

Se apegó a mí y me besó con pasión para luego penetrarme. Lo metió todo de una sola vez y comenzó a darme embestidas rápidas.

-¡Ah~!- gemí.

Sebastian comenzó a besarme el cuello mientras me embestía cada vez más y más fuerte. Yo gemía cada vez con más fuerza mientras Sebastian me embestía.

Luego de un rato cambiamos de posición. Sebastian se recostó sobre el colchon y yo sobre él, con mi espalda apollada en su abdomen y pectorales. En esta posición, Sebastian continuó penetrándome de forna agresiva. Su respiración me chocaba un oído mientras ambos gemíamos.

-Me voy a venir...- me dijo jadeando.

-Yo también...- le respondí.

En efecto, llegamos juntos al clímax. Nos quedamos así por un par de minutos, sin separar nuestros cuerpos, solo respirando de manera uniforme, siendo uno solo en dos cuerpos, pero con nuestros cuerpos unidos y en sincronía.

-Sigamos...- susurré.

-Yo iba a decir eso.- dijo fingiendo molestia.

A continuación me besó dulcemente la mejilla. Nos separamos.

-Conseguí un lubricante de regreso, ¿sabes?- me dijo en el oído.

-Debes querer estrenarlo.- respondí seductora.

-Así es...

Fue a buscar su abrigo y sacó un frasquito de uno de los bolsillos. Regresó a la cama con el en las manos y me dio uno de sus apasionados besos. A continuación lubricó mi entrada trasera y uso un poco sus dedos para explorar el área mientras que yo gemía. Finalmente se recostó de lado y yo frente a él, formando un ángulo de 90° con nuestros cuerpos y mis piernas sobre Sebastian en una especie de puente.

Lentamente fue introdujendo su miembro en mi entrada trasera y comenzó a embestirme. Continuamos en esta posición hasta que Sebastian consiguió un segundo climax...

Un demonio bajo mi techo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora