Capítulo 20: Sí, es verdad

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Una lágrima cae por mi mejilla izquierda mientras veo a Víctor alejarse de la casona a través de las lindas calles de la ciudad. Odio que no me crean, es más, odio que no me crean a mí respecto de lo que otros puedan decir. No fue suficiente todo el tiempo de relación que tuve con él, para que creyera lo que un mocoso recién llegado y engreído diga. Además de odiar todo esto, odio no saber enfrentarme a la gente como se debe, porque sinceramente creo que pelear a gritos no es de humanos. El pecho me duele como si algo en mí se estuviera rompiendo haciendo que mis ganas de soltar un llanto  se incrementen.

Mi cerebro manda órdenes directamente a los pies para que estos se muevan y vuelvan dentro de la casona a ensayar otra vez; sin embargo no lo hacen. Sigo parada 5 minutos, 10 minutos, no sé cuánto tiempo pero me parece una eternidad y algo en mí siente la esperanza de que Víctor volverá pidiendo disculpas, pero a medida que pasan los minutos la bendita esperanza se agota.

Por fin mis pies me dirigen hacia la casona, voy literalmente en modo zombie, con la cara roja ― lo sé porque la siento caliente ― y por cierto los estudiantes que andan merodeando por los alrededores comentan quien sabe qué cosas. De la pura rabia mi paso se acelera a toda máquina para llegar a los vestidores. Me acerco a mi casillero, saco el bolso de entrenamiento y me meto al baño.

Me siento en el inodoro para calmarme un poco, saco una camiseta de tirantes limpia para cambiarme mientras escucho unas vocecitas entrando al baño. Por encima de la cabeza tiro fuertemente la blusa que llevaba puesta quedando en sujetador... ¿esa es la voz de Kylie?

― Já imagínate Emma, pobrecito de Norman ― es Kylie ― la muy zorra jugando con tres a la vez ― ¡¿Qué?!

― Ya, menos mal que eres su amiga ― dice Emma ― todos aquí en la compañía sabemos la historia que tuvo con Víctor, es obvio que está confundida ― ¿es mi idea o mi archienemiga me está defendiendo de mi "amiga"?

― Si, ya todos sabemos eso, pero que va, Norman es un buen partido, ya quisiera yo tenerlo en mi cama ― dice como si nada y el rojo de mi rostro vuelve a aparecer.

― No te entiendo Kylie ― dice Emma saliendo del baño.

Ok. No sé qué pasó aquí. Fue mi idea o ¿mi mejor amiga me llamó zorra frente a mi enemiga número 1? Espera Lena, Kylie es tu mejor amiga desde que tienes memoria, siempre te ha apoyado en todo y se quiere follar a mi "novio". Mierda. Esa no es una amiga. ¿Qué hice para merecer esto? Es broma, tiene que serlo.

Terminé de vestirme dispuesta a encarar a mi supuesta amiga, puse la ropa sucia en el bolso, lo cerré rápidamente y saqué el pestillo de la puerta. Como supuse, no había nadie en el baño de mujeres. Asomé lentamente la cabeza hacia el pasillo para encontrarme con... nadie. En la cabeza no tengo nada más que preguntas pero mis ojos están atentos al contacto.

Respiro profundamente y sigo adelante, sé que Kylie estará en la sala de ensayo quizá esperándome, pero lo que ella no sabe es que tendremos una profunda conversación acerca de lo que oí allá afuera. A medida que me acerco a la sala tengo la sensación de que hay alguien tras de mí. Me detengo frente a la puerta, tomo otra bocanada de aire, levanto la cabeza y el pie derecho se mueve lentamente... pero alguien me jala del antebrazo.

― Tu y yo tenemos que hablar ―

La leve esperanza que tenía anteriormente se esfumo por completo cuando vi al idiota de Edmond frente a mí lanzándome a la calle. No quería hablar con el precisamente, pero tampoco tengo el valor de hablar con Kylie. Salimos de la casona en dirección a no sé dónde con no me importa. Caminamos alrededor de 20 minutos para llegar a su departamento, no hablamos de nada en específico y cada vez que me preguntaba algo me limité a asentir o negar.

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