Capítulo 17: Torta de Mil Hojas

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Pase toda la mañana ensayando, sí, cada vez queda menos para la gran inauguración. La temporada del cascanueces durará todo noviembre y diciembre puesto que es un ballet relacionado con la navidad y los niños. Las entradas ya están a la venta y la función del 23 de diciembre ya están agotadas. Quedan exactamente dos meses y medio para la primera función; estás se realizarán miércoles, viernes y sábado, mis presentaciones serán las del miércoles y sábado y el segundo elenco se encargará de los días viernes. La verdad es que estoy muy ansiosa porque hoy es el día de la prueba de vestuarios. Las vestuaristas están por llegar a la casona para medir nuestros cuerpos y hacer lo mejor que saben hacer ¡tutús!

Los trajes que usaré son dos: el primero es del personaje de Clara, ella simplemente lleva un vestido liso, color crema ― ella es una niña ― y el del hada del azúcar que lleva un tutú color rosa con detalles pequeños que le dan la sofisticación que requiere. La profesora Julianne nos indica que las modistas están listas para recibirnos. Acá, cada personaje principal tendrá su propia vestuarista para la confección del traje, ya que requiere de muchas horas, precisión y muchos metros de tul.

Como es la primera vez que hago un protagónico nunca había asistido a una prueba tan personalizada sin embargo la modista será la misma que me ha confeccionado trajes de personajes secundarios. El estudio de costura es ENORME. Metros y metros de tela, tul, cintas, encajes por todas partes. Al medio de la sala están las mesas con las máquinas de coser. Mis compañeros bailarines se reparten por el lugar junto a quienes los asesorarán. Margaret, la diseñadora se encuentra en un puesto con una cara de pocos amigos.

― ¿Qué tal Lena? ¿Contenta por el protagónico? ― pregunta sin ninguna intención, más bien para hacer más ameno el trabajo.

― Eh, claro y ¿Qué tal tú? ― le pregunto tratando de mejorar su humor, mientras ella toma su cinta para medir.

― Sí, todo bien, gracias por preguntar ― dice irónica ― ven acá necesito medirte.

Me indicó que me descubriera un poco la espalda, así que me di media vuelta, me saque el sweater delgado de color gris que llevaba para quedar en camiseta. Sus manos están tan gélidas que mi cuerpo se sacudió ante tal frio pero trate de inmediato de erguir mi columna para que las medidas sean correctas. Me midió el busto y luego la cintura.

― tienes dos centímetros más que en la temporada pasada ― dijo con toda calma.

Ay no, tenía que salirme con eso ahora.

Mis inseguridades se tomaron mis pensamientos durante el resto de la prueba. El espejo no era mi mejor amigo menos cuando estoy dos centímetros más "ancha" que hace 6 meses atrás.

Una hora después me encontré con Kylie en el casino, ella lucía una sonrisa tan grande que mostraba todas sus piezas dentales. Cuando me divisó con la mirada se puso a aplaudir como una de esas de "chicas pesadas" ¿eres yo así?

― no me digas ― dije pero no pude continuar.

― ¡sí! Estoy más delgada ― gritó tan fuerte que podría jurar que las personas a nuestro alrededor nos observaban como si fuéramos... mejor no lo digo.

― Ya... felicidades ― dije irónica ― creo que comeré solo ensalada.

Y así fue. Solo hojas de distintos colores verdes adornaban mi plato de comida. Cada vez que pensaba en la estúpida mi humor se tornaba tan ácido como el limón que tengo entre las manos. Kylie no abrió la boca para hacerme algún comentario, pero sé que en el fondo lamenta haberme dicho su hermosa noticia.

― miren, miren chicos ¿a quién tenemos aquí? ― pregunto una voz no conocida para mí ― si no es la preciosa Lena ― ríe un grupito a mis espaldas.

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