31.

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El reloj de pared marcaba las 22:00, mi estancia en la sala era suficientemente callada e impaciente por la llegada de Oscar, mientras que Abril se encontraba durmiendo ya en su habitación. No pasaron más de dos minutos cuando la puerta de la entrada se cerró con fuerza. Tome el aire suficiente que mis pulmones necesitaban y para asumir valentía, ya que me hacía un poco de falta.

Se escucharon un par de pasos en el pasillo hasta que detrás de este salió el chico de cabello oscuro. Yo por un lado decidí que era mejor estar en asientos alejados porque todo podía pasar, el a veces puede llegar a ser violento tal y como esta mañana en su oficina.

Me levante del sillón y me dirigí al comedor, tal vez ahí estaríamos hablando de una forma más adecuada como cuando mis padres me regañaban de pequeña y me mandaban a llamar al comedor para darme un gran discurso.

Oscar me siguió el paso y sentó del otro lado de la mesa para estar frente a mí. Iba a comenzar a hablar yo pero como siempre él debe ser el primero, así lo ha manifestado en varias ocasiones pero esta vez no se lo permití.

-Entonces...-comenzó con voz persuasiva, intentando que olvidara todo el asunto de la mañana.

-Hablare yo primero esta vez si no te molesta. –dije aclarándome la garganta.

-Claro, no importa. –comento mientras apretaba la mandíbula.

-Como lo decía en la mañana quiero que...-me interrumpió sin importarle que estaba a punto de decir lo más importante.

-Veamos todo para la boda, ¿no?-dijo con una sonrisa maliciosa.

-¿Qué no entendiste Oscar? –Suspire- Ya no quiero estar contigo, yo amo a Justin y así va a ser siempre. –dije a punto de perder la paciencia.

-Y yo Amber te voy a volver a repetir que eres muy ingenua al pensar que voy a permitir que te alejes de mi lado para correr a los brazos del imbécil ese. –dijo claramente muy molesto.

-¿Crees que te voy a hacer caso a ti? –lo mire y reí sin gracia.

-Sí, porque yo vi por ti mientras él se acostaba con otra y era muy feliz y tu miserable –dijo con los ojos entrecerrados.

-Te llenas la boca diciendo eso, ¿verdad? –dije. Ahora yo estaba molesta porque esa oración parece ser su favorita y la odio.

-Es la verdad, no le veo lo malo. –dijo.

-Mira no me importa todo lo que puedas decir para hacerme doblar de la lastima, te agradezco lo que hiciste por mi Oscar de verdad pero no puedo seguir fingiendo que te amo, no es sano. –dije mirándolo a los ojos.

-¿Cuántas parejas no se aman y están juntas Amber? –hizo énfasis en ''no''.

-Muchas, eso ya lo sé y no quiero ser parte del número. –dije y me cruce de brazos.

-¿De verdad lo amas tanto? –por milésima vez en la noche hizo una pregunta pero le contestaría honestamente.

-Más de lo alguien puede amar. –conteste segura de lo que decía porque era la verdad. El asintió con la cabeza y pasó una mano por su rostro.

-Te quiero Amber y por eso dejare que seas feliz con ese tipo, no te puedo obligar a nada que tú no quieras pero de verdad piensa muy bien lo que vas a hacer ya que puedes volver a salir lastimada como siempre y además yo...-su voz comenzó a apagarse y una lagrima corrió por su mejilla.

En ese momento me sentí mal, muy mal. Él puede llegar a ser muy violento, burlón pero el de verdad nunca me lastimaría. Alguna vez lo quise pero no pude amarlo como quería. Era una persona maravillosa y la verdad no podía dejarlo así.

OLVIDO♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora