Epilogó

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3 años después.

Justin

La noche caía como sombra sobre mí, recién salí de mi auto y Abril corrió desde la puerta de nuestra casa para abrazarme mientras Alexis por otro lado nos miraba desde el umbral con una media sonrisa. Comencé a caminar con mi niña de la mano y cerré la puerta detrás de mí.

Una vez dentro de nuestro hogar deje mi maletín en el piso y alborote con mi mano el cabello de mi hijo.

-¿Cómo te fue pa? –pregunto el mientras se sentaba a ver las caricaturas.

-Muy bien hijo, ¿Y ustedes como se portaron? –pregunte ahora yo levantando las cejas.

-Muy bien papi. –contesto Abril.

-Bueno, me voy a cambiar para cenar. –avisé.

Abrí la puerta de mi habitación y cuando estuve adentro la cerré detrás de mí. Me quite la chaqueta negra que me había regalado Kendall una navidad atrás. Me senté en el borde de la cama y cubrí mi rostro con ambas manos, había sido un día pesado. Otra vez soy el dueño de la empresa donde había trabajado hace algunos años y cada vez hay más y más trabajo pero no me puedo quejar.

Decidí mejor darme una ducha pues aún era algo temprano y cenaríamos en cuanto termine, me deshice de mi ropa y la eche al cesto de la ropa sucia, más tarde me encargaría de lavarla. Entre al baño y cerré la puerta con seguro, abrí el grifo del agua caliente ya que el frio no perdonaba nunca a San Francisco. El agua caía sobre mí mientras mi mente vagaba en cosas de todos los días, la escuela de los niños, mi trabajo, la proximidad de las fiestas navideñas y todas esas cosas.

Después de dos cuartos de hora salí del baño y me vestí rápidamente con una camiseta de Cleveland Cavaliers y unos jeans negros. Salí de mi habitación y me dirigí a la sala donde anteriormente estaban mis hijos y aún estaban ahí.

-Solo te ibas a cambiar. –rio Alexis cuando me vio.

-Me bañe también. –dije.

-Está bien papá, no te enojes. –dijo con una sonrisa mientras me mostraba sus dientes.

-¡Alexis! Se te cayó un diente –dijo Abril emocionada.

-¿Qué? –Alexis toco el agujero dentro de su boca y vi su reacción de miedo.

-¿Qué pasa Alexis? ¿No estás feliz? –pregunté.

-No me di cuenta cuando se me cayó. –mi hijo comenzó a buscar como loco en el sillón donde había estado sentado y después en el piso.

-Tranquilo Alex, tal vez te lo comiste. –dijo Abril mientras reía.

-Abril. –regañe.

-Pero es verdad papá ¿Y si me lo comí? –dijo Alexis horrorizado.

-Obvio no, voy a servir la cena. –me levante del sillón y me dirigí a la cocina. Abrí el refrigerador y había pollo frito de ayer.

-Niños, vamos a comer pollo frito de nuevo. –grite para que me escucharan.

-Ay ¿otra vez? Eso comimos ayer. –se quejó Abril.

-Pero ustedes saben que yo no sé hacer de comer. –susurre para mí mismo.

-Hemos comido pollo frito, pizza y hamburguesas toda la semana. –se quejó Alexis.

Salí de la cocina con la intención de ir a persuadirlos para que se comieran lo que había pero me quede sin palabras cuando vi a Amber parada al pie del sillón con los brazos cruzados, esto no estaba bien.

-Justin Bieber, mis hijos han estado comiendo comida chatarra durante toda la semana que me fui, eso no es posible. –dijo notablemente furiosa.

-Bueno, prácticamente las hamburguesas no son chatarra porque las prepare yo. –dije entre dientes y después solté una ligera risa nerviosa.

-Son chatarra Justin, pero bueno hablaremos mañana porque acabo de llegar y estoy cansada. –dijo Amber y se acercó a paso apresurado hacia mí.

-Te extrañe. –susurré cuando estuvimos a escasos centímetros.

-Yo también, siempre te extraño, aunque te vea a diario. –dijo ella con una sonrisa y me beso.

Amber ha regresado de España por fin, sin ella y con estos niños me estaba volviendo loco. Ella ahora es una de las más exitosas editoras y traductoras de Estados Unidos así que al igual que yo tiene mucho trabajo pero a diferencia de mí, ella tiene que viajar continuamente.

Me siento feliz de tenerla a mi lado y disfrutar nuestros días juntos, porque la amo sobre todo, he pasado mil veces por el miedo de perderla pero sé que eso no va a suceder mientras nos amemos como hasta ahora.

...

Amber.

Ya han pasado tres años desde aquella vez que me dispararon en nuestra boda, ese es un recuerdo tortuoso que odio recordar pero tampoco es como si pudiera borrarlo de mi mente. Esa noche todos pensaban que no sobrevivía pues había perdido mucha sangre pero milagrosamente los doctores lograron estabilizarme y a raíz de ahí nos mudamos a San Francisco, a veces es extraño estar en este lugar de nuevo, como cuando estuve casada con Justin por primera vez, todo nos pasó cuando estábamos aquí pero ahora por fin es diferente. Nuestro amor ya no es tan joven como antes, Justin y yo nos queremos de una forma tan extraña así como nuestra historia. Desde aquel día que me hablo en clase hasta ahora que ya estamos casados y con una familia a pesar de los múltiples problemas estúpidos por los que hemos pasado. Ya somos felices. 

Este no es el final de nuestra historia, sino el comienzo de todo lo que nos falta por vivir, sin importar el pasado; que él me haya sido infiel, eso ya no importa porque he aprendido a no guardar rencor y vivir el presente para dejar todo en el olvido.


OLVIDO♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora