Capítulo 16

92 8 31
                                    

Enero, 2015.
    
—Terminé con Jos —la miré fijamente esperando que dijera que estaba de broma pero no lo hizo.
    
—¿Qué? —fruncí el ceño.
    
—Que Jos... —la interrumpí.
    
—Te escuché —aclaré— ¿por qué? —la campana sonó, ambas guardamos nuestros útiles.
    
—Yo... —colgué la mochila en mi hombro— ...empecé a, —colocó mechones rubios detrás de sus orejas— ...portar raro, con él y, —salimos del salón— ...hablamos, y de repente ya no, éramos novios —nos detuvimos en la entrada al comedor. Una frente a la otra.
    
—Vaya —suspiré. Ella levantó su mano y la sacudió, saludando. Miré sobre mi hombro a Putiman, él sonrió para luego bajar a dirección. Negué con mi cabeza—. Creo que Jos no se merece eso, y tú menos, Alexa —la llamé por su segundo nombre dándole a entender lo molesta que me encontraba. Me miró seriamente, ella detestaba su segundo nombre.
    
—¿No crees que merezco ser feliz?
—me reprochó frunciendo sus cejas.
    
—Claro que sí —repuse— pero,¿tú crees que serás feliz con Puti, Esteban? —me miró soltando un gran suspiro. Resopló antes de ir a sentarse con Natalia.

Me senté junto a Emma y Clara. Platicamos de cosas triviales. Abrí mi paquete de galletas, mi celular vibró. Sonreí al mirar “Mensaje nuevo: Pando”.
    
HEY LINDA,¿ESTÁS?
    
NO, SOY UN TELÉFONO QUE SE CONTESTA SOLO, bromeé.
    
JAJA,¿QUE HACES?
    
ME ALIMENTO, ¿Y TÚ?, mordí una de mis galletas.
    
ESPERANDO PARA UNA REUNIÓN, mandó.
    
¿HOY VAS A VENIR POR MI?

«¡Di que sí!¡Te extraño!»
    
NO CREO.
    
Las carcajadas de Meg llegaron a mis oídos, levanté la vista para ver a Putiman junto a ella, debajo de la mesa podía ver sus manos entrelazadas.

«Eso no terminará bien. ¡Es puto! Le romperá el corazón»
    
Negué con mi cabeza.

«Jos, sí la quiere»
    
QUIERO VERTE, TE EXTRAÑO. Le puse a Alonso, no respondió.

22, enero, 2015
    
¡HEY, MI AMORS!¿ESTÁS?, presioné el botón de enviar.
    
—Hola —levanté la vista y rodé los ojos.
    
—Hola —Meg sonrió.
    
—¿Cómo va su día? —Esteban sonrió.
    
—Una mierda —dije mirando mi teléfono por si Alonso contestaba. Meg me empujó con el hombro, la miré, sus ojos me gritaban que fuera amable. Alcé mis hombros.
    
—Es que el profesor de mate puso unos ejercicios imposibles de resolver —justificó Meg mi comentario, volé los ojos de nuevo.
    
—Si quieres te ayudo —solté una carcajada— Bueno, entre los dos nos ayudamos y puede que entendamos algo —corrigió Putiman.
    
—Pero si ni siquiera has de tener los apuntes —dije mirándolo.
    
—No aún, pero Karime me los pasará —fruncí el ceño al oír a la mencionada, la odio.
    
—¿Te llevas con Karime? —preguntó Meg.
    
—Sí, es mi pareja de baile —llevé mi dedo índice a mi boca, en señal de grosería. Meg apretó los labios para no reír.
     
—Quiero agua, ¿vamos? —dijo Meg de pronto. Putiman sonrió y le pasó su botella de agua. Meg sonrió de manera cerrada, es obvio que quería estar a solas con él. Me alejé sin decir nada.

24, Enero, 2015
    
¡ALONSO!, esperé a que contestara pero no lo hizo. Presione la tecla de llamar.
    
—La llamada se cobrará al... —colgué suspirando. Me chocaba que no me respondiera.

27, enero, 2015.
    
¡HOLA, HEY!
    
Los mensajes anteriores decían leídos, desinstale WhatsApp.

28, Enero, 2015.
    
Después de dejar mi mochila en mi asiento me acerqué a las chicas.
    
—¡Es increíble! —dijo Meg emocionada.
    
—¿Qué cosa? —dije con curiosidad.
    
—¡CD9 cruzó el charco! —exclamó, fruncí las cejas.
    
—¿Qué quieres decir? —pregunté confundida.
    
—Que, Jos, Alonso, Freddy, Alan y Bryan viajaron a Francia por un premio o algo así —me explicó.

«¿Qué?»

*
    
¡ALONSO!, envié. No obtuve respuesta.
    
¡OYE!, espere y durante media hora no obtuve respuesta.

Resignada presione “llamar”. Al cuarto tono respondió.
    
—¿Hola? —su voz sonaba grave. Sentí una opresión en mi pecho, no dolor sino, enojo.
    
—¿Cómo que te fuiste a Francia? —le reproche.
    
—¿Tini?
    
—¿Te parece que me entero por otras personas?
    
—Lo sien...
    
—¿Qué dijiste? “Jamás me olvidaría de ti” —lo imité— Mentiroso.
    
—Oye...
    
—Existen llamadas, mensajes, correo, ¡algo! Debiste decirme.
    
—Basta —dijo firme, me quedé helada—. Estoy cansado, fue un viaje largo y aquí es de madrugada, no molestes y déjame dormir en paz —pidió molesto. La línea se quedó en silencio, trague antes de decir.
    
—Pues quédate con tu sueño —lo escuché suspirar.
    
—Tini, perd... —corté la llamada. Dejé caer el celular en la cama y caminé de un lado a otro dentro de mi habitación, me detuve frente al espejo. Tenía las mejillas rojas, de coraje. Mi celular empezó a sonar, me acerqué y vi que era Alonso. No atendí.

«¿Qué clase de relación tenemos?¿Cuándo fue la ultima vez que hablamos, que nos vimos? Así ya no funciona para mí, para ninguno de los dos»
    
Tras un par de llamadas dejó de insistir, pero sonó repetidamente avisando la llegada de mensajes. Cuando se detuvo, abrí los mensajes.
    
TINI, LO SIENTO, envió. NO QUISE HABLARTE ASÍ.
    
PERDÓN.

TINIIIIIIIIIII.

CONTESTÁME.

POR FAVOR.

TINITA.

AMOR.

LO SIENTO, DE VDD.

CHULADAAAAAA.

     T
     I
     N
     I

     T
     E

     A
     M
     O

     L
     O

     S
     I
     E
     N
     T
     O

     M
     U
     C
     H
     O

      L
      L
     A
     M
     Á
     M
     E

«¿Podría seguir funcionando?»
    
Mi celular empezó a sonar de nuevo antes de que siguiera leyendo.
    
—Tini, en verdad, en verdad lo siento, no quise hablarte así, es...
    
—Cállate y escúchame —dije
—. Lamento esto —suspiré— Tienes derecho a descansar y, sólo pido que me trates como tu pareja, porque a éstas alturas no estoy tan segura de qué relación tenemos.
    
—Una en la que te amo, incondicionalmente. Al igual que tú —una sonrisa se me escapó.
    
—Que las cosas cambien, Pando. Para fortalecer nuestra relación no para destruirla.
    
—Mhmjm, te amo —suspire.
    
—Te amo —dije— Descansa, amor.

Miércoles.
    
—Estaba a punto de decirle que se había acabado —agregué. Las tres se quedaron atónitas, les platicaba acerca de lo sucedido con Alonso.
    
—Eso, es... —empezó Clara.
    
—In, in, imposible más bien —completó Emma. Fruncí las cejas, sin entender.
    
—Alonso y tú son como ese tipo de pareja que simplemente no se les puede imaginar un fin —mencionó Meg.
    
—¿Qué? —seguí sin entender.
    
—Alonso es tierno y guapo —dijo Clara—. Tú eres curiosa y linda.
    
—También —habló Emma— Él es como, inocente, por así decir, y tú eres atrevida y lanzada, se complementan. —dijo en un cántico.
    
—Pero nada es para siempre —repuse. Las tres volaron los ojos y me abuchearon.
    
—No seas negativa —me indicó Emma seriamente—. Esperemos que tú y Alonso estén juntos por mucho tiempo más.
    
—Espero eso, yo lo amo —aclaré—Pero...
    
—¿Pero qué? —inquirió Meg.
    
—Pero, se aleja de mí. O no sé, pero ya nada es como antes. No nos hemos visto desde hace ya casi un mes, ni siquiera hablamos por mensaje más que esa vez que les digo que discutimos. Estamos muy distanciados —di un suspiro.
    
—Iam —Meg me abrazó—. Tienes que comprender que las cosas cambian, siempre cambian, a cada momento. Y Alonso está creciendo como artista, debes apoyarlo, puede que sí, que se aleje pero no por eso dejará de amarte —aconsejó y le agradecí por ello.

«Nada es para siempre».

Amarte Duele || Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora