Amarte Duele || Alonso Villalpando

Capítulo 28

     He estado muriendo por dentro poco a poco, sin tener a dónde ir estoy perdiendo la cabeza... Escapando... Hasta que me des una razón para seguir porque te quiero...

19, Marzo, 2017.

«Miente, no la destruyas»
    
Sonreí llegando a mi asiento, Meg me devolvió la sonrisa. Bajé la mirada dejando que mi cabello cubriera mi rostro y trague, esto iba a ser muy difícil.

«No quiero perderla»
    
Con ese pensamiento me inspiré, no debía dejar que notara que algo me pasaba.
    
—Iam, cuéntame cómo te ha ido con Alonso,¿eh? —me sentí vulnerable y ella lo notó porque enseguida borró su sonrisa—. ¿Qué pasa?¿Está todo bien?

«Aprovecha la situación, si te nota rara sabrá que es por Alonso»
    
—Ni te imaginas —suspire.
    
—Dime.
    
—Terminamos —abrió la boca sorprendida.

El corazón me saltó en un latido doloroso. Sonaba horroroso decirlo, y pensar que antes de él decía eso cada dos semanas. No terminaba de procesarlo, ambos habíamos pasado momentos hermosos juntos, disfrutando y dejando crecer nuestros sentimientos. Y ahora simplemente se acabó.
    
—¿Q-qué? —Meg parpadeó varias veces, luego rió a lo que fruncí el ceño— Uau, casi me la creo, buena actuación, Iam.
    
—¿Por qué bromearía con algo así? —dije ofendida, su risa cesó.
    
—No puede ser, Destiny, ¿qué pasó? —la confusión llenó su rostro. Tomó mi mano y dio un apretón.
    
—Me negó —dije con algo de molestia, realmente no quería hablar de esto.
    
—¿Hablas de la entrevista? —asentí, suspiró— Iam...
    
—¿Qué? —dije a la defensiva.
    
—Él te ama y lo sabes, deja de lado su fama y lo que ésta provoca.
     
—¿El dolor en mi pecho también lo hago a un lado?¿Así como así? —me empezaron a picar los ojos.
    
—Supéralo.
    
—¿Y cómo se hace eso? —la voz se me ahogó.
    
—A su lado —me sonrió de lado— Tú lo amas, ¿cierto?

«¿Que si lo hago?»
    
Oh, diablos sí. No cabe duda de que lo hago. Asentí.
    
—Y te ama, ¿o te ha dicho que no lo hace? —guardé silencio—. Ahí está, se aman y eso es todo lo que importa.
    
—Pero, le heche en cara su carrera y le reproche horrible... Lo dejé ir de una buena manera y...
    
—¡Oh, cállate! —Meg frunció las cejas—. Saliendo de este edificio irás a su casa y resolverán las cosas, Airam —sabía que me llamaba por mi segundo nombre para así darle seriedad al asunto— ¿bien? No dejaré que te hagas esto por una tontería, ni que se lo hagas a él.
    
—Pero...
    
—Pero nada, mira que si es necesario te llevo arrastrando a su casa —alzó una ceja indicando que hablaba en serio, y vaya que le creía que era capaz.
    
—¿Y si decide que no quiere estar conmigo?
    
—He visto cómo le brillan los ojos al mirarte, no se haría eso él mismo —me sonrió, y su sonrisa me dio seguridad.

Pando no quería terminar sin embargo fui yo la que lo decidió, si me ama volvería conmigo, ¿no? Si se lo pedía.
    
—Te amo, Meg.
    
—Lo sé —hizo una cara de angelito. Sonreí y la abracé.

*
    
—¡Hola, linda! —exclamó Columba con una sonrisa en la cara, sonreí.
    
—Hola Colus —me sonrió de vuelta, ambas caminamos hacia la puerta de su hogar.
    
—Ha pasado tiempo —mencionó— ¿Cómo están, Tania y Daniel?
    
—Fantásticos —aseguré.
    
—¿Y tu hermano?
    
—Enfadoso, como siempre y bromista —asentí varias veces, ella abrió la puerta.
    
—Es todo un personaje ese muchacho —rió— Adelante, estás en tu casa —desapareció en la sala y yo caminé hacia la habitación de Alonso.