VIII.

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-¿Qué? ¡No!
-Si, suena divertido además tú ya me tenias en la mira y dijiste que necesitabas nuevos, así que yo te ayudo a quedar bien con tu jefe y u me ayudas a divertirme.-Dije.
-Pero...
-Pero nada, preséntamelo vamos, será divertido.

Pax asintió con la mirada, yo estaba consciente que esto no le gustaba en lo absoluto, incluía podía notar que más que preocupado estaba molesto, y si, tal vez lo estaba obligando a aceptarme, pero sonaba divertido; y aunque en ese momento no estaba seguro de porque lo hacía supuse que era por diversión más que otra cosa.

-¿Estás seguro?-Dijo Pax cuando llegamos a un edificio que parecía ser ejecutivo.
-Vamos Pax, no seas aguafiestas y hagamos esto.

Pax y yo nos bajamos del coche, entramos al edificio y el hablo con el guardia de seguridad, un hombre de unos 30 años, yo diría que casi 2 metros, piel morena y bastante musculoso.
-¿Así que tú eres el nuevo, chico?-Me dijo.
Asentí con la mirada y le dedique una sonrisa.
-Es entretenido, al jefe le va a gustar.-Soltó de nuevo el guardia.

Subimos por el ascensor y parecía que Pax estaba más nervioso que yo, se mordía las uñas, miraba a todos lados y me estaba generando estrés.

-Pax, esto no es algo que no hayas hecho antes, así que supérate y hagamos esto.

El ascensor se detuvo, el último piso, no tenía una sola pared, estaba repleto de enormes ventanas que dejaban ver la ciudad.

-¿A quién me trajiste hoy?-Dijo una voz rompiendo mi atención.
-Jefe, el es...Ash.

El jefe se me quedó viendo, me analizaba de arriba para abajo, como tratando de penetrar mi alma y mis más profundos pensamientos, una y otra vez.
-¿Ó soy muy lindo ó estoy muy mal vestido?-Pregunté en broma.
-Lindo y gracioso, todo un combo.-Dijo el Jefe.
-Ash, por qué no conoces toda la habitación mientras hablo algo con el jefe, ¿podrías?-Dijo Pax.

Mire la mirada de Pax para asegurarme de que realmente se refería a esto y no quería decirme algo como "Corre en este instante o serás violado por todo el escuadrón", asentí y me di la vuelta. El cuarto estaba repleto de cosas de valor, cuadros caros, esculturas y todos los muebles se veían impecables, como si nadie nunca los usará.
Me detuve al ver una gran mesa de madera, estaba decorada con unos retratos y repleta de hojas llenas de cálculos.
Pasé mi mano por encima tocando la madera.

Un fuerte ruido en la mesa me hizo saltar del susto.
-¿Sabes usar un arma?-Dijo el jefe señalando la pistola que había aventado a la mesa.
-Cuando era chico mi padre me llevaba a cazar.-Dije.
-Tómala.-Me dijo el jefe.
Le hice caso y la tome rápidamente de la mesa, la jugué un poco en mis manos.

-Ahora apunta a su cabeza.-Dijo señalando la cabeza de Pax.
Tuve que levantar un poco el brazo pues no era tan alto como el, los nervios se le notaban a kilómetros pero por lo menos no estaba sudando.

-Ahora jala el gatillo.

Hice caso a la orden que me había dado el jefe, jale el gatillo y Pax apretó los ojos como para evitar ver la bala saliendo y al segundo ambos pusieron una evidente cara de condición.
La bala no salió, mientras jugaba el arma había puesto el seguro para que el arma no se disparara.

-Inteligente, te quiero adentro. Pax y yo hemos hablado de lo que harás aquí y llegamos a la conclusión de que no te queremos trasladando paquetes, preferiríamos que nos ayudarás en otras cosas, ya Pax te lo explicará cuando estén en su casa pero ahora les tengo que pedir que se vayan.

Bad Habits. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora