Julianna: Secret love

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―No es necesario que lo hagas, eso podría hacerlo yo― murmuro el castaño.

―Déjame hacerlo. Llegue sin siquiera avisar y cocinar es lo menos que puedo hacer.

Oh, sí. Estaba cocinando para Liam Payne y Louis Tomlinson. ¿Por qué estaba cocinando para ellos? Bueno, en realidad, yo fui la que propuso hacerlo, Julianna Himet por primera vez propone a completos –no en todo exactamente– desconocidos, cocinarles.

En el momento en el cual me presente con ellos, en la entrada de la casa/mansión de Liam, pude sentir y apreciar el enojo que Louis emanaba y nada más ni nada menos que hacia mí. Podía decir que la primera parte del plan había funcionado al cien por ciento, además que haberlo escuchado murmurar entre dientes "Ella es la chica que sale con Harry".

¡Y por dios!, había logrado hacer que Louis Tomlinson tuviera celos de mí. Eso decía mucho, demasiado. Había algo que Louis estaba ocultando, si no fuera de esa manera él no tendría que tener celos de la chica con la que se le había fotografiado junto a Harry Styles, es decir, no celarías a tu "compañero de banda" con el cual tuviste "una relación" que no "significo nada" más que un "juego".

¡MALDICIÓN, NADIE, N-A-D-I-E HACIA ESO!

Y eso quería averiguar. Quería saber con exactitud qué es lo que había detrás de las acciones que realizaba Louis frente a la cámara. Y lo iba a averiguar, lo haría porque se lo había prometido a Harold, y nunca le había roto o no cumplido una promesa a él y esta no sería la primera vez, no señores.

Además, podía jugar un rato. Divertirme, por supuesto ¿Quién dice que uno no puede hacerlo en la búsqueda de la verdad? Tal vez, sólo tal vez, podía lograr que con un sencillo juego el me liberara las cosas que necesitaba comprobar.

―Además, no hay nada mejor que comer comida hecha en casa. ― argumente.

Apague la estufa y busque los platos para poder servirles una porción de las fajitas de pollo y papas fritas que había cocinado.

Después, cuando ya había servido la comida, todos nos sentamos a comer en completo silencio. Un silencio tal vez algo incómodo, porque sí, podía sentir al ojiazul mirarme en ocasiones. Y créanme que eso lo hacía incómodo. Porque me observaba detenidamente, me analizaba y podía jurar y perjurar que en su mente se estaba preguntando "¿por qué ella?".

Me estaba comparando, comparando con él y eso de cierta manera era bueno y malo. Bueno, porque estaba obteniendo lo que quería, estaba saliendo a la luz un poco de lo que el escondía y malo, porque tal vez eso le causaría un poco más de inseguridades. Si, lo sabía. Harry se había encargado de mencionar todos aquellos detalles que hacían a Louis ser él, y entre ellos estaba la inseguridad que sentía por sí mismo.

Suspire, mientras volvía a prestarle atención a mi comida.

Tendría que actuar de forma rápida con todo este problema.

―Julianna― me nombro Liam. Al cual instantáneamente le preste atención. ― ¿Desde cuándo conoces a Harry?

―A Harold lo conozco desde que éramos unos pequeños púberos o mejor dicho desde que tengo uso de conciencia― sonreí recordando aquellos tiempos en donde nuestra diversión era jugar con carritos y muñecas ―, en realidad, nuestras madres se conocen incluso desde antes que naciéramos puesto que somos vecinos.

―Oh, enton...

― ¿Harold? ― cuestiono gruñendo el ojiazul, golpeando fuertemente su tenedor contra la mesa.

Fruncí el ceño.

―Sí, Harold. Desde pequeños lo he llamado así. ¿Por qué la pregunta?

―Bueno― gruño el castaño ― a nosotros nunca nos ha dejado llamarlo de esa manera.

Juls - L.S ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora