Un nuevo día.
Definitivamente se estaba convirtiendo en un nuevo día por completo maravilloso y no por cualquier cosa, estaba por dar un paso significativo en su plan principal. Así que eso era algo que debía de celebrar completamente.
Estaba terminando de cocinar. Había hecho otra de mis especialidades para el desayuno y es que, en verdad, no podía. No podía evitar sentirme emocionada de lo que podría pasar en cuestión de horas.
—¡One way or another I'm gonna see ya. I'm gonna metcha, metcha, metcha!
Si. Precisamente en ese momento estaba cantando más que feliz, moviéndome por la cocina mientras servía el desayuno para dos. Un gran día merecía un gran desayuno y todas las ganas del mundo. Y eso significaba que me había levantado medianamente a una muy buena hora y que había comenzado a cocinar un poco de panqueques y una muy rica malteada de frutas. Había puesto la mesa y por si acaso, también había hecho jugo de naranja y un rico pastel de chocolate que pretendía disfrutar en lo que restaba del día.
Miré la mesa con una sonrisa amplia. Había terminado de acomodar todo y por desgracia, o tal vez no tanta, el castaño de ojos miel parecía no haber despertado durante ese tiempo y mucho menos por la música que había puesto en volumen algo muy alto.
—Debe de seguir dormido.
Me dije a mi misma antes de acomodar una de las sudaderas que le había quitado al castaño de su closet. Caminé entonces hacía la habitación del chico, tocando la puerta en el momento en el que había llegado a esta.
— ¿Liam? — Pregunté, tocando la puerta de su habitación. —Liam —repetí en voz baja, haciendo una mueca al no escuchar ruido del otro lado de la puerta. —Bueno, por lo menos toqué.
Solté un suspiro antes de tomar la perilla de la puerta y girarla, abriendo la puerta de la habitación. Caminé, adentrándome en esta y mirando el cuerpo del castaño tendido sobre la cama respirando de forma tranquila y pausada.
Negué con una sonrisa para entonces acercarme a la cama, mirando por un momento al chico. Apreté los labios con una sonrisa y saqué mi teléfono para tomar una foto del chico dormido.
—Esta va para el amor de tu vida.
Murmuré tomando una foto prácticamente perfecta. Una foto en donde se podía apreciar la belleza del chico con sus ojos cerrados y sus pestañas tocando sus pómulos, labios en una firme y delicada línea al igual que el descontrol mañanero que era de su cabellera. Perfecta.
Reí en voz baja antes de ladear un poco la cabeza, mandando la foto y después guardando el móvil dentro de la sudadera.
—Bien, ¿ahora cómo te despierto?
Murmuré en voz baja mientras me subía a la cama, pensando en una manera para poder despertar a aquel chico.
Fue... relativamente algo difícil despertar al oso Payne. Oh sí, parecía que estuvo invernando o algo por lo parecido. Simplemente comencé con hablarle, cosa que parecía ignorar el mayor. También intenté mover ligeramente el cuerpo del chico. Fue un fracaso.
Lo último que hice para despertarlo, y claramente pensado como tal en hacerlo con cuidado, fue tirarlo de la cama con algo de fuerza al mismo tiempo que me dediqué a gritar su nombre con una voz demasiado aguda.
Al final, él terminó con un dolor de espalda y cabeza pero por fin se encontraba despierto.
—Oh, joder... — me miró sobando su cabeza — ¿qué te sucede? ¿Por qué me despiertas así?
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Juls - L.S ©
Fanfiction«Es difícil reparar un corazón roto cuando éste quiere regresar con quien lo rompió y es aún más difícil prometer que le vas a ayudar a hacerlo» **Prohibida cualquier copia o adaptación de esta obra. Todos los derechos reservados.***