Zayn: Love you

14 5 4
                                    

Los días en el trabajo a veces llegaban a ser tediosos. No mentiré, amo mi trabajo, pero la carga que llegaba a tener de estos podía ser frustrante y estresante.

Agradecía por fin haber terminado con aquella sesión de fotos que había tenido que hacer junto a la que se hacía llamar mi novia frente a los paparazzi. Eso no decía que me fastidiara de alguna manera el pasar tiempo junto a ella, realmente no, pero después de cierto tiempo suelo añorar estar en mi departamento, para perderme entre las cuatro paredes que me rodeaban la mayoría del tiempo y, aunque estuviera encerrado, realmente prefería estar ahí que en cualquier otro lado.

Aunque claro, sólo había una excepción de en donde realmente yo quería estar.

Pero, bueno, ya estaba en aquel edificio en donde se encontraba mi departamento, tal vez me vendría bien des estresarme un poco con ayuda del dibujo. Tal vez, vendría siendo el momento perfecto para cambiar un poco de aquella pared que aún quedaba blanca en mi habitación dedicada a mis pasatiempos favoritos.

Finalmente, hoy tengo que descansar un poco, relajar mi cuerpo y, tal vez, encerrarme todo el día en casa, viendo algún programa en la televisión mientras como sin parar. Sí, no sonaba tan mal esa idea. 

Claramente algo que no me esperaba en ningún momento era llegar y tener a la pelirroja en mi departamento, sonriendo ampliamente hasta mostrar su hilera de dientes perfectamente blancos. Eso sí que era una sorpresa, no había avisado que vendría de visita, pero, de alguna manera era de esperarse que llegara sin más a mi hogar.

—Ah… ¿Hola? — Cuestioné, arqueando una de mis cejas y colgando mi abrigo en el perchero de la entrada. Deshaciéndome de cada una de las cosas que llevaba cargando —.  Es en verdad una sorpresa tenerte… en mi casa, ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

Carcajeó, como si hubiera dicho la cosa más graciosa del mundo, negando después de unos minutos, ladeando la cabeza un poco —. Zayn, he venido a verte y no, no llevo mucho tiempo, por lo visto corrí con suerte de que hayas llegado en poco tiempo — murmuró acercándose a mí para dejar un casto beso sobre mi mejilla—, y por cierto, estoy bien, gracias por preguntar —bromeó.

Negué —. Lo siento, sabes como suelo ser de distraído después de un día largo de trabajo — me encogí de hombros, caminando hacia la sala antes de suspirar—. Tengo sed, ¿quieres algo de la cocina o ya tomaste algo?

—No, no. Yo voy, deberías de descansar —sonrió ampliamente mientras me tomaba de los hombros para empujarme hasta los sillones—. ¿Qué es lo que quieres tomar?

La miré extrañado, pero me encogí de hombros restándole importancia a sus acciones, sonriendo de lado mientras me sentaba en el  sofá, quitándome los zapatos y recostándome a lo largo del mueble.

—Y, ¿Qué tal te fue en… lo que sea que hayas hecho? —preguntó casi gritando desde la cocina.

Reí. —Pues… bien, ya sabes, querían que hiciera una sesión de fotos para una línea de ropa. Con eso de que salgo con una modelo, todo el mundo quiere que hagamos sesiones de fotos, juntos — suspiré —. Fue cansado, pero me divertí.

Bufé, tallando con el dorso de mi mano mis ojos. Estaba completamente cansado.

—Me alegro que tu día haya sido completamente entretenido— río, saliendo de la cocina, llevando entre sus manos dos vasos llenos de agua —. Bueno… yo… venía por algo más importante, Zayne.

Fruncí el ceño al escuchar sus últimas palabras, acercándome para tomar el vaso y sorber un poco del agua de este, relamiendo mis labios segundos después de haber bebido.

—Dime.

La escuché suspirar a la vez que se alejaba para tomar lo que, desde donde yo me encontraba, parecía ser una maleta pequeña. Se sentó frente a mí en uno de los sofás, poniendo la maleta en la mesa ratona, abriéndola para poder sacar una carpeta.

Juls - L.S ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora