Niall: I know

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Un día más.

Había viajado a Los Ángeles para arreglar algunos asuntos con una sede especial del golf. Tenía expectativas para mí en lo que restaba de nuestro tiempo y la primera de ellas era relacionada a lo que más me gusta en este mundo, que es el golf.

Ahora que estaba pensando en sacar mi propia agencia de patrocinadores para el golf y que estaba en la misma ciudad que varios de mis amigos, no pude evitar viajar a visitar al castaño de ojos azules.

Louis se había convertido en alguien diferente desde hace tiempo, no lo culpaba, creo que todos sabemos la razón de eso, pero, no me haría mal ver como estaba y tampoco le haría mal que lo visitara por un tiempo. Porque, obviamente, todos necesitamos estar acompañados desde el momento más bueno de nuestras vidas hasta el peor momento de estas.

Esto explicaba un poco el porque me encontraba sentado en el sofá de su sala, acariciando su cabellera castaña con suma delicadeza, enredando mis dedos en esta. Sus suaves sollozos se escuchaban por toda la habitación a la vez que su cuerpo se movía un poco cada vez que hipeaba.

Trataba de calmarlo o dormirlo, cualquiera de las dos opciones funcionaria para tratar de que dejara de estar así y tal vez, si podía, comprender cuál era la razón de su llanto en ese momento. Pero no estaba funcionando.

—Louis, por favor deja de llorar— murmuré en voz baja —. No me gusta verte de esta manera.

Giró un poco su cuerpo para poder mirarme a la cara, achinando los ojos, cerrándolos por completo gracias a lo hinchados que tenía sus ojos.

Reí, no pude evitarlo. Aunque sabía que era un momento completamente serio y agrio, no pude evitar reír al observar su gesto de reproche. Se veía totalmente cómico en su rostro hinchado por el llanto.

—Niall, no… — hipeo —, no es gracioso.

Asentí, riendo aun. —Yo, lo siento, lo siento… solo— negué un poco, tratando de calmar la risa —. Ya, listo, lo siento… sé que no es el momento.

Negó.

—Y bueno… — le mire ahora más calmado —, ¿me dirás que es lo que te trae así?

Me miró en silencio antes de bufar, llevando sus manos hacia su rostro para tallarlo con cuidado mientras hablaba.

—Hoy hablé con Simon — suspiró para entonces mirar el techo como si se tratara de la cosa más interesante —. Ya pronto nacerá el niño que utilizaremos para… mí y eso…

Abrí los ojos sorprendido.

—El bebé… dios, Louis.

Eso no podía empezar a pasar ahora, no podía pasar justo ahora que todas las cosas parecían estar viento en popa. Tendría que hablar con Julianna lo antes posible, teníamos que apresurar las cosas antes de que se convirtieran en un martirio para todos y cada uno de nosotros.

—Lo sé… yo… no sé qué hacer, no puedo deshacer las cosas así, de repente— murmuró en voz baja mientras volvía a cubrir su rostro con las palmas de sus manos —. Yo, no sabes lo que daría por regresar las cosas a cómo eran antes, regresar el tiempo para desbaratar mis acciones.

Apreté los labios negando. —Lastimosamente no puedes.

Asintió en respuesta, quitando de nueva cuenta las manos de su rostro, mirándome con un deje de preocupación revuelta con tristeza.

—Esta es la peor decisión que he tomado en mi vida.

—Sí, lo es.

—Le voy a hacer daño a muchas personas— me miró preocupado —. Le haré demasiado daño a Harry.

Juls - L.S ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora