Puedo escuchar a lo lejos cómo Hershel revuelve algunas cosas, no sé que estará buscando. Juego con mis dedos, los cuales están sucios y las uñas llenas de mugre. Veo la mesa, allí está mi arco, no está muy lejos, creo que podré alcanzarlo.
Quise pararme pero la herida me dolía, así que me quedé sentada y poco a poco voy estirándome hacia la mesa. Con mi brazo derecho intento alcanzar el arco, logro tomarlo de la punta y lo traigo hacia mí.
Comienzo a inspeccionarlo, viendo si tiene algún daño, pero está perfecto. Estiro la cuerda y la suelto de golpe, provocando un pequeño sonido. Aún sigo aburrida, miro para todos lados y todavía nadie aparece. Miro hacia el techo, hay una mancha de humedad en forma de círculo, parece un blanco perfecto.
Vuelvo a estirarme hacia la mesa y esta vez con ayuda del arco intento agarrar una de mis flechas, en el segundo intento ya la atrapé. Ya con la flecha en mis manos trato de posicionarme lo mejor que puedo estando sentada, y apunto hacia la mancha de humedad.
Al hacer fuerza para estirar la cuerda vuelve a darme una puntada de dolor la herida. Respiro dos bocanadas de aire, reviso por todos lados viendo que nadie llegue, y vuelvo a intentarlo. Estiro la cuerda, apunto, tengo la mancha justo en el blanco, sigo apuntando y... La puerta se abre de golpe, me asusto soltando la cuerda del arco y mandando la flecha a cualquier lado.
Vuelvo a ponerme como antes, ya tengo el arco en mis manos y sería muy obvio lanzarlo hacia la mesa ya que sospecharían que hice algo malo, así que lo dejo conmigo. Por la puerta aparecen nuevamente todos los de la prisión, solo que con una mujer a la que no había antes, una rubia cuarentona.
Ella y la otra mujer de pelo corto se abrazan, al parecer estoy en medio de un encuentro familiar. Rick fija su mirada directo a mí, de seguro estará pensando que hacer conmigo ahora que desperté. Por el momento lo ignoro e intento buscar con la vista la flecha que mande a quien sabe donde, al mismo tiempo trato de no llamar tanto la atención mirando para cualquier lado.
La mujer rubia comienza hablar, realmente no me importa quien es o lo que diga, pero no puedo evitar escucharla preguntar por algunas personas; Shane, Lori, T-Dog... Bien, lamento decirte rubia que no todas las personas sobreviven.
Yo aún sigo buscando mi flecha, y por fin la encontré. Esta en el techo, muy alejada de la mancha de humedad.
-¿Y quién es ella?- dice la mujer rubia apuntándome con el dedo índice. ¿Nunca le dijeron que es de mala educación apuntar?
-Una chica herida, ¿quién te parece que soy?- le digo poniendo una sonrisa falsa.
-¿De dónde la sacaron?- vuelve a preguntar, ya con un tono de desprecio.
-Podría preguntar lo mismo de ti- tú me tratas con desprecio, pues yo también.
-Ya- dice Rick -¿Qué es lo que quieres Andrea?- le pregunta a la mujer rubia.
Ellos comienzan a hablar, al parecer ella vive en ese extraño pueblo llamado Woodbury del que escapé, sabía que ella me caería mal desde el principio. Estoy cansada de escuchar, solo quiero largarme de aquí.
Comienzo a jugar de nuevo con mi arco, vuelvo a provocar ese pequeño sonido cuando estiro y suelto la cuerda, lo hago continuamente. Todos empiezan a voltear su mirada hacia mí, al parecer no es un sonido agradable, pero lo sigo haciendo, me encanta molestar.
Andrea sigue hablando, habla y habla, mientras más habla más me aburro, y más rápido provoco el sonido. Ella también esta comenzando a mirarme mal.
-¿Podrías parar de hacer eso?- Andrea me grita, acercándose un poco hacia mí, al parecer si es un sonido molesto.
-Mmm...- pongo cara de pensar -Nop- sigo haciendo ruido mientras la miro fijamente sonriendo. Al parecer ella no tiene demasiada paciencia, pareciera que está a punto de lanzarse sobre mí.
Daryl, quién está sentado en la mesa de enfrente, se levanta y se dirige hacia mí, me arrebata el arco de mis manos y lo lanza a la mesa de mi lado, con todas mis cosas. Lo miro seria, pero él también hace lo mismo.
Ya que no hago más ruido Andrea vuelve a hablar, habla y habla. La verdad prefiero que estén discutiendo conmigo que con ella. Veo que la flecha del techo se mueve, quizás no esté bien clavada y caerá en cualquier momento, sólo espero que caiga y se clave justo en la cabeza de Andrea así dejará de hablar.
Vuelvo a ver toda la sala, Merle, quién está cerca de la puerta con un arma me mira enojado, que infantil. De pronto veo a Andrea que se hizo para atrás, quedando justo debajo de la flecha del techo. Creo que exageré un poco al pensar en su muerte, no fue con mala intención al menos.
Me quedo mirando la flecha, que cada vez se mueve más. Siento que alguien me observa fijo, giro la cabeza y es Daryl, el dirige su vista hacia donde yo estaba mirando y ve la flecha, vuelve a mirarme con cara de "¿qué hiciste?" Yo ruedo los ojos y finjo inocencia.
-Habrá una guerra...- dice Andrea -podremos evitarl...- en ese momento la flecha cayó justo en su cabeza, obviamente no clavándose, si no golpeándola con la madera, rebotando, y cayéndose al suelo. Tapo mi risa con mi mano, fue muy gracioso a decir verdad.
Ella se agacha para agarrarla y se dirige directo a Daryl -¿En serio?- le dice mostrándole la flecha. Ella cree que él lo hizo.
-Yo no fui- le dice Daryl serio y enojado.
Mi risa aumenta al ver la cara de Daryl y ya no puedo evitarla. Todos voltean a mirarme, en cuanto me doy cuenta levanto mis manos.
-¿Qué?- les digo a todos -¿Acaso ven que tenga un arco?- y esa es mi excusa.
Andrea parte la flecha en dos y me la tira, haciendo que mi sonrisa se borre y haga una mueca.
Luego de unos segundos ella y algunas personas más se retiran de la sala, me di cuenta que Rick se quedaría, así que me estaba por levantar yo también para no tener que soportar un regaño o algo parecido.
-Tú te quedas- me apunta Rick.
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Espero que les esté gustando la novela 😄 trataré de publicar más seguido y cualquier cosita pueden dejar sus comentarios, estaré atenta a ellos.
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The Next World |Daryl Dixon|
FanfictionElla carga con un pasado que no puede dejar atrás. Lucha cada día por sobrevivir y sólo se preocupa por sí misma. Todo cambia cuando conoce un grupo muy diferente al que ella acostumbraba, sus días de correr podrían acabar, si así lo decide. ...