16. -Fraternal.

2.1K 215 39
                                    

La cena transcurrió todo lo normal que podría haber ido porque fue un desastre y yo tenía muchísimas ganas de reír a pesar de que no siempre hubo tensión de todo tipo, también hubieron momentos medianamente normales.

Josh no dejaba de lanzar indirectas sobre que Charlie y yo éramos pareja o que habíamos tenidos relaciones sexuales haciendo que Ian y Néstor mataran a mi amigo con la mirada, más de lo que ya lo hacían siempre que el pobre hablaba que, ya de por sí, era poco.

Eso sin contar que Mike parecía muy nervioso por algo que nadie sabía sino él mismo. Movía la pierna constantemente de arriba a abajo, se mordía las uñas y pocas veces miraba a los demás a los ojos, aunque menos me miraba a mí. Casi siempre mantenía la cabeza agachada.

No sabía qué le pasaba, pero podía sentir que era por mi escote, por su forma de seguir viéndome como una niña y tener a Néstor justo frente a mí, comiéndome con la mirada, desnudándome en su mente como lo había hecho tantas veces antes con sus propias manos.

Gracias al cielo, él antes de sentarse a la mesa había ido al baño y se había limpiado el pintalabios que, previamente, yo había repartido por diversos sitios de su atractiva cara. No queríamos dramas un día tan señalado como el de hoy.

A Mike nunca le gustó que Néstor se acercara demasiado a mí, eso lo sabíamos todos, pero Mike nunca sospechó de Ian, al revés. Me confiaba mucho a él y eso no podía ser mejor para nosotros dos.

Volviendo a la mesa, los únicos normales parecían ser mi padre y Matt porque ni yo me consideraba así ya que había estado haciendo sufrir a mis dos hombres intentando que fuera de forma muy sutil y natural, como si fuera algo que hiciera sin pensar.

La mesa del comedor era de diez comensales pero nosotros éramos ocho personas y no la llenábamos por completo, así que los dos extremos se quedaron sin ocupar.

A mi lado izquierdo estaba Charlie seguido de mi padre y a mi lado derecho procuré que estuviera Ian, así que en frente de nosotros estaban Mike, Matt, Néstor y Josh por ese respectivo orden.

Lo que vendría a ser igual, tenía a uno de mis hombres a uno de mis lados y al otro justo frente a mí. Eso me daba más opciones de jugar con ellos sin que nadie se pudiera dar cuenta salvo Charlie porque ya sabía mi descabellado y tortuoso plan de provocarlos a los dos, de hacerles saber que podía hacer lo que quisiera.

Cuando la cena acabó, nos quedamos hablando un poco más en la mesa contando de nuestras aventuras del viaje, algunas anécdotas más que no habíamos comentado todavía o de algún tema actual que fuera saliendo sobre la marcha a medida que cambiábamos de conversaciones.

Todos estaban ensimismados hablando sobre política algo que, en lo personal, no me agradaba porque no entendía bien cómo funcionaba, por lo que me mantenía al margen sin saber muy bien qué decir, así que me decidí a empezar mi plan de tortura contra Ian.

Ahora que él no me estaba prestando atención a mí si no a la conversación que mantenía mi padre con Matt argumentando cosas que yo no entendía sobre algún político, puse la mano derecha debajo de la mesa y la apoyé sobre su muslo con toda la naturalidad posible.

Fue algo que no se esperaba y le hizo dar un pequeño sobresalto mirándome aunque yo no lo miraba directamente a él, solo de reojo, hasta que todos nos miraron a ambos de forma respectiva por ese llamado de atención e hice lo mismo.

—¿Qué pasa? —Pregunté haciéndome la que no sabía. De nuevo.

—No sabemos, ¿qué pasa? —Dijo Matt, realmente sin saber qué pasaba.

—Nada, sin querer golpeé la pierna de Ian con la mía, ¿verdad? —Lo miré sonriendo y asintió un poco confundido.

—Sí... Sí, no ha sido nada. —Respondió él mirándolos a todos.

Kay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora