Esa era una mañana como cualquier otra, Lluvia se levantó y abrió la ventana para ver al sol radiante iluminar su rosada habitación, pero se llevó una sorpresa cuando miró el cielo totalmente nublado había una nube tras otra y ese paisaje no le causaba alegría. Su día no había empezado del todo bien. Aún así trató de mejorarlo, se vistió, se colgó su bolso y tomó el desayuno. Luego de eso, abrió la puerta y dijo adiós a mamá con una sonrisa en su rostro, pero mamá apenas podía sostenerse en pie, estaba borracha, como siempre. Pero Lluvia no se dio por vencida, y aún así trató de mejorar su día. El autobús pasó por ella, y ella por una vez en su vida trató de mostrarse diferente: subió sonriente y caminaba en el pasillo del bus con toda la seguridad del mundo, pero todos la miraban extraño y las burlas no tardaron en comenzar:
—Es el bebé llorón. —dijo un chico y todos empezaron a abuchearla.
—Va a inundar el bus con sus lágrimas de cocodrilo. —gritó alguien más e iniciaron las risas.
—Déjenla. —dijo Luna, la mejor amiga de Lluvia.
—Buuuuuh. —se escuchó a lo largo del autobús.
A Lluvia no le importaba lo ocurrido. Se decidió a ir a sentarse al lado de su amiga, pero justo iba a llegar cuando Meghan puso su pie e hizo tropezar a Lluvia intencionalmente.
—Ups... —rió Meghan —lo siento, este lugar ya está ocupado. —término sentándose junto a Luna.
Su amiga no hizo nada, y Lluvia sólo resistió el deseo de golpear a Meghan, buscó un asiento vacío y lo encontró, hasta el fondo del bus, a donde se fue caminando cuidadosamente, evitando caer de nuevo hasta llegar a sentarse. No podía creer cómo su amiga, la que hacía unos minutos la había defendido, ahora charlaba como si nada con la chica que la había hecho tropezar. Ella pensaba y pensaba mientras que Zaid, un chico muy tímido, la miraba cuidadosamente, observando cada parte de ella, desde sus ojos y cabello castaños hasta sus rosados y carnosos labios. Su corazón latía rápidamente al contemplar cada detalle de su rostro pero en cuanto ella se percató de su mirada, el chico de cabello oscuro se sonrojó y miró hacia otro lado como si nada hubiera pasado. Ella solo sonrió para sí misma y esperó el momento de llegar al colegio, y como siempre, fue la última en bajar del autobús. El día apenas comenzaba y Lluvia aún trataba se ser positiva y no arruinar el día. Antes de entrar miró hacia el cielo y miró que las nubes seguían aún allí, para en cualquier momento derramarse por completo sobre la cuidad. Al fin se decidió a entrar al colegio y lo primero que hizo fue ir directamente a su casillero para luego abrirlo, tomar un par de libros y dejar allí dentro su bolso, sólo dejó con ella su teléfono y un labial rosa. Luego de eso cerró la puerta de su casillero y se encontró a Luna frente a ella.
—Hola, Gotas. —saludó Luna.
—Te he dicho que odio que me llames así. —explotó Lluvia.
—Uy, perdón, sabes que es broma, amiga. —respondió Luna algo molesta.
—Sí, claro... amiga. —dijo sarcásticamente Lluvia.
—Oye, andas rara.
—Ay, ajá. Ahora la rara soy yo.
—Estás molesta, ¿verdad? —preguntó Luna.
—No, para nada. —volvió el sarcasmo de Lluvia mientras ella se alejaba de los casilleros. Luna no tardó en ir tras ella.
—¡Hey! ¿Qué tienes? —dijo Luna.
—Y aún así lo preguntas. —rodó los ojos. —sabes que no me agrada Meghan y aún cuando me hizo tropezar la dejas sentarse a tu lado.
—Bueno, pero Zaid no te quitaba la mirada de encima. —respondió con voz coqueta. Lluvia no evitó sonrojarse y sonreír. —te pusiste roja.
—No estamos hablando de eso, sino de lo que hiciste.
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Mar De Lágrimas
Short Story¿Te imaginas qué pasaría si tu mamá fuera una alcohólica? O, ¿qué sería de ti si tu papá nunca estuviera en casa por tener una amante? ¿Y si no tuvieras amigos? ¿Soportarías sufrir de maltrato por parte de tus compañeros? Ahora imagínate vivir todo...