POV Gema:
12:37 p. m.
Me iba despertando y oía sonidos que provenían de el piso de abajo.
¿Qué demonios estaban haciendo?. Era muy temprano para abrir el burdel.
Así que me paré de mi cama, tome unos shorts y una blusa rosa —Además de mi ropa interior— y me dirigí a el baño.
Me dí una ducha, salí y me sequé, luego me vestí en el baño, y cuando ya estaba lista, salí de el baño con destino a la planta baja.
Ahí me encontré a la mayoría de las chicas limpiando, Beth incluida que cuando se percató de mi presencia me dedico una mala cara. Karina —Y las chicas de la subasta— estaba en el escenario ensayando, creo.
—Mugrosa, ¿Qué parte de pararte temprano no entiendes? —Abrí la boca para responder pero me interrumpió— No importa, muévete, estamos ensayando.
Maldición, solo quiero desayunar.
Moví mi hambriento cuerpo hacia el escenario, todas las chicas estaban en una fila, así que me puse de última y así una a una íbamos pasando.
¿Por qué me desperté?
«»
Luego de qué terminara el ensayo Karina nos mandó a empacar ya qué si teníamos suerte —o no— saldríamos de aquí mañana.
Así qué tomé una bolsa de basura y metí todas mis pertenencias.
—Mugrosa —Me llamó Karina mientras entraba en la habitación— Bueno... como sabrás estás aquí desde que eres una bebé —Sonrío y sus ojos se cristalizaron.
Un momento. ¿Iba a llorar?, pero si ella me trataba mal, me hacía sentir basura. No podía creerlo, ¿Y qué demonios ocultaba que tenía sus manos detrás de su espalda?
—Y como posiblemente te irás mañana, quiero decirte qué te quiero.
—¿Qué? —No me esperaba eso.
—Si, te quiero. Te preguntarás por qué siempre te trate mal —Para ese punto ya estaba llorando— Por qué de verdad no me quería encariñar contigo, por qué cuando empezaras a trabajar, me moriría de tristeza, intenté no quererte, pero cuando tenias 5 añitos y te reías mi mundo mejoraba, y cuando te caías y llorabas mi mundo se destrozaba. Por eso intenté no quererte, pero no funcionó. —No pude evitarlo, así que me acerqué y la abracé, y se sintió bien. No supe en qué momento había empezado a llorar yo también.
—Tengo algo que darte.—Me apartó rompiendo el abrazo.
—¿Qué?
—Esto —Extendió el brazo con el puño cerrado y luego lo abrió, dejando ver un collar de lo qué parecía era oro precioso, tenía forma de un diamante.— Cuando llegaste tenías esto, yo te lo quité para qué no se te extraviara y lo guarde.
Tomé el collar y lo observe.
—Ábrelo, tiene una foto dentro.
Una foto. Una foto. Una foto. ¿Una foto?.
Lo abrí y ahí había una fotografía de una mujer. Y de el otro lado una bebé, supongo que era yo de bebé ya que teníamos el mismo color de tez y ojos, el cabello estaba un poco más claro, pero se parecía a mí, mucho.
—¿Quién es esta? —Pregunté mostrando la foto de la bebé.
—Eres tú.
—¿Y ella? —Le mostré la foto de la chica. Se veía como de unos 20 años.
—No lo sé, supongo qué es tú mamá. La noche que te abandonaron en la puerta, cuando abrí no había nadie.
Esa mujer no era mi mamá. Yo no tenía mamá.
Yo tenía progenitora.
Mamá, no.
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Mí Gema
RandomGema, ella es solo Gema. Fuera de ese local, para las personas qué no la conocían, erá una chica normal, pero para las personas dentro de él local... era una prostituta, sin más, una simple, y vulgar prostituta. Pero para él no, para él era la chica...