Pase unas buenas horas con Paula. Era una adolescente muy inteligente y divertida. Tomó confianza muy rápido ya que me empezó a contar de qué un chico estaba persiguiéndola por qué estaba enamorado de ella. Sí, a sus catorce años un chico la perseguía.
Y por lo que me contó su mama quedo devastada luego de la "muerte" de su hermana —Recuerdo qué Francisca me había dicho que la habían asesinado. Y ella no especificó la muerte de su hermana— Y qué quería darle la oportunidad a alguien de ser parte de la familia.
También que le tuviera un poco de paciencia ya que no tiene mucho tacto. Y lo noté, créanme que lo noté. La señora Francisca pareciera que quisiese que la quisiera, por eso es la insistencia —Según Paula— Pero lo que ella no sabe, es que con solo darme techo y paso libre para llamarla mamá, me hizo quererla, instantáneamente.
En este preciso momento estamos viendo fotos de el chico que la persigue, no es tan feo, es un chico de pelo negro, ojos —Según ella, azules. Ya que en la foto no se le veían bien— Pestañas largas y cejas gruesas. Es muy lindo.
—Niñas, vengan a comer —Nos llama el señor Felipe. Dejamos lo que estábamos haciendo para después y bajamos a el comedor. Ahí estaban el señor y la señora Serrano, sentados ya en la mesa. Paula se sentó al lado de su mamá y yo me senté a su lado.
—Así qué ya se conocieron —Las dos asentimos.
—No te sorprendas amor, sabes que Paula socializa muy rápido.—Le dijo Francisca a su esposo.
Ahí fue el momento de agarrar confianza. Tenía muchas preguntas y necesitaba respuestas.
—Francisca, ¿le puedo hacer una pregunta?.
—Claro corazón, dime.
—¿Qué... le pasó a su hija? —Solté sin más.
Pero al momento me arrepentí, ya que pude notar como todo su cuerpo se tensaba, y soltaba la mano de su marido que sostenía por encima de la mesa.
—Luego de el almuerzo, responderé todas tus preguntas. —Dijo mirándome fijamente— Mourris, sirve la comida por favor —Dijo en un tono de voz más alto.
De almuerzo había, lasaña, con pan al horno con mantequilla. También había ensalada, entre otras cosas. El almuerzo procedió muy tranquilo, Francisca logró relajarse notablemente.
Terminado el almuerzo me pidió que la siguiera a su despacho, cosa que hice. Y su despacho era muy hermoso, y blanco. Ella se sentó en el escritorio y yo en una silla en frente de este.
—Bueno comenzaré respondiendo tu primera pregunta. Atenta qué no me gusta repetir dos veces —Asentí— Mí hija Beatriz, de diecinueve años, apenas un año mayor que tú, se enamoró —Creo que me perdí— Ella estaba totalmente enamorada de Thomas Wittford, ella lo pintaba como la más hermosa obra, y el a ella... como la más despreciable mujer. Cosa que a mi hija le dolía mucho. Los padres de Thomas, los señores Wittford son unas víboras. Ellos al ver qué mi hija estaba enamorada de su hijo, decidieron hacerla sufrir, y todo por un odio entre familias, todo por causarnos dolor, por eso planearon la boda de Thomas y Regina Santini. Mi hija quizo impedirlo, llegó a la iglesia pero ya era demasiado tarde, ella le dijo a Thomas que como podía hacerle eso, y el solo le respondió que lo de ellos solo fueron cosas de unas noches. Mi hija salió dolida de ahí, por eso se montó en su auto y manejo a toda velocidad, mayor fue la sorpresa cuando quizo frenar —Contó ella llorando— Su auto no tenía frenos —Demonios— Muchos dijeron que el auto tenía sin frenos antes de que ella llegara a la iglesia, pero ese auto era nuevo, y su padre siempre mandaba a alguien a revisarlo para verificar que todo estuviera bien. Mientras otros... me dicen que vieron a un hombre cortar los frenos mientas mi hija ingresaba a la iglesia. Un hombre que trabaja para los Wittdord.
»Por eso decidí traerte, quiero qué me ayudes a hacerle justicia a mi hija —Asentí— Pero necesito prepararte, necesito que estudies, necesito que aprendas a caminar, a bailar y a vestir adecuadamente. Necesito teñirte el cabello de amarillo —¿Rubia?, interesante— Y necesito sacarte visa, pasaporte, todo, de nuevo, diremos que estuviste de viaje cuando lo de tu hermana. Que cuando tenias 12 años, te fuiste a estudiar de intercambio a Francia y querías que todo fuera discreto. Así qué... ¿Me ayudarás? —Preguntó secándose las lágrimas.
—Lo haré.
—Y por último, necesitas un nombre nuevo, nada puede unirte de tu pasado, por eso no puedes conservar tu nombre.
Pensé mi nuevo nombre, quería uno digno de tan importante apellido, pero sin embargo no quería algo que fuera totalmente diferente a mi nombre real. Gema, quito la "G" y agrego otra "M".
—Emma, Emma Serrano.
—Muy bien. ¿Más preguntas? —Negué— Entonces puedes retirarte.
Me pare y salí de su despacho. Luego de recibirme en su casa, luego de sacarme de ese burdel, esto era lo mínimo qué podía hacer.
Subí a mi habitación, y me di una ducha, apenas eran las tres y media de la tarde, cuando salí me vestí y tome mi teléfono y marque al número de el lugar que más odiaba.
Contesto Karina —Ya qué era su despacho— Y yo le dije que me pasara a Beth, ustedes dirán: "Que chica más necia, ¿por qué no acepta que Beth ya no la quiere?, si qué es insistente", pero es qué Beth aún es mi mejor amiga, no sé si yo lo soy aún para ella, pero bueno, necesitaba informarle que estoy bien.
—¿Hola? —Dijo cuando tomo el telefono confundida, ya que muy pocas veces recibíamos llamadas, es más creo que nunca recibíamos llamadas— ¿Quién es?.
—Beth soy yo, Gema —Mis ojos repentinamente aguados— ¿Cómo estás?.
—Al punto, ¿qué quieres? —Dijo de mala gana— Habla rápido que no tengo tiempo.
—Pues... te llamó para... decirte qué estoy bien, el... el señor que me compro quería... adoptarme no sé, con su esposa... me ayudaron, y ahora parece que tendré una familia —Ya para este punto lágrimas salían de mis ojos.
—Me alegro por ti —Dijo con falsa emoción— Pero no sé por qué me llamas y me lo restriegas en la cara, metete tu familia por el culo, a mí no me importa —Y luego de eso me colgó.
Quedé paralizada con el teléfono en la mano. Auch, qué ella me hablara así dolía.
Pero, ¿qué podía hacer yo?.
Yo nunca le presumiría cosas a ella, solo la llame para informarle qué estaba bien, pensando que le importaría, para ver si de repente su repentino odio hacia mí había desaparecido.
Pero veo que me equivoqué.
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Mí Gema
De TodoGema, ella es solo Gema. Fuera de ese local, para las personas qué no la conocían, erá una chica normal, pero para las personas dentro de él local... era una prostituta, sin más, una simple, y vulgar prostituta. Pero para él no, para él era la chica...