Las veinticuatro horas del día se sienten como segundos entre lo que queda del martes, del martes al miércoles, del miércoles al jueves y del jueves al tan anhelado viernes.
Mi primera semana en GlamGun pasa frente a mi a la velocidad del sonido.
Laura examina la grabación de la rueda de prensa de Stephany Mar y me pide que escriba un pequeño artículo sobre eso. No se publica pero al parecer a ella le gusta. El miércoles y el jueves me dedico a revisar los escritos para la sección principal de la revista. La de moda, claro está. El viernes en la noche recibo el primer mensaje de texto de Alex.
"Pasaré a recogerte hoy a las cuatro. Esta vez no iremos a ningún campo abierto. Los tenis no son obligatorios. - Alex"
Es una aclaración algo innecesaria, porque no se me ocurriría salir a una cita con él en tenis, pero el que se tomase la molestia de avisarme me hace sonreír. Cuando Laura me dice que puedo irme, salgo disparada al apartamento.
Como es obvio, Miranda no esperó ni un segundo después de que yo regresara de mi encuentro con Alex el martes para sacarme cada detalle de la noche. Se puso como loca en cuento le hablé de la cita.
- ¡No lo puedo creer! - Gritó. - ¡Vas a salir con Alex Puértolas! ¿sabes cuantas chicas matarían por una oportunidad como esa?
- No se trata de ninguna oportunidad. Y Alex no es más que un ser humano común y corriente, bueno tal vez no común... y desde luego nada corriente, pero no es más que una persona y es ridículo que lo tengan en un pedestal tan alto. - Respondí.
- Me expresé mal, tienes razón. Pero sigue siendo increíble. ¿Ya tienes en mente que vas a ponerte? ¿sabes a donde irán? ¿crees que traté de llegar a segunda base? ¡¿YA COMPRASTE PROTECCIÓN?!
Miranda puede sonar como una lunática a veces.
Llego al departamento y parece que acaban de asaltarnos. Hay ropa por todas partes y a duras penas se ve el piso. Retiro la llave de la cerradura y cierro la puerta lentamente, con aire dramático.
- ¿Que rayos sucede aquí? - Pregunto.
Miranda sale del cuarto de baño con secador y pinza en las manos.
- Te estaba esperando. Me pasé el día trabajando en varias opciones para tu outfit de hoy.
Atravieso la estancia; tratando de no pisar ninguna de las blusas, faldas y vestidos esparcidos como desechos en el suelo.
- ¿No fuiste a trabajar?
- Llamé. - Responde mientras tose. - Dije que estaba enferma.
- Suenas como si estuvieses a punto de morir de un resfriado que mutó en tuberculosis. - Digo. Miranda me toma del brazo.
- Deberías mostrar más gratitud hacia los sacrificios que hago por ti.
Volteo los ojos.
- ¡Ahora desvistete! - Ordena. - Tenemos mucho trabajo por hacer.
Son las tres y cuarto cuando el doctor Víctor Frankestein me libera. Ahora llevo un vestido corto con espalda destapada. El escote es en V y dos delgados trozos de tela unen la prenda con un delicado moño en la parte de atrás. Es verde menta y tiene varias flores estampadas. Miranda lo combina con unos botines negros de tacón. De nuevo, mi amiga me riza el cabello y lo trenza en la parte de arriba. Decido ponerme unos cuantos anillos y cadenas. Decoro mis ojos con una sombra dorada clara y los delineo sutilmente. Rímel y algo de brillo de labios dan el toque final al look.
Miranda me observa como un pintor al cuadro terminado.
- Te ves... fantástica, Mia. - Asegura.
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Guía práctica para enamorar a un YouTuber. (Alex Puértolas fanfic)
FanfictionEs imposible desear algo si ya se posee todo. El futuro de Amelia parece estar asegurado cuando la oportunidad de escribir para una importante revista de moda la lleva a mudarse a Madrid. La vida en un nuevo país es prometedora y el cielo es el limi...