Con mi disfraz puesto observo cada parte de mi cuerpo frente al espejo.
Me giro y cambio de lado, mi mirada sube y baja a lo largo del vestido. Vuelvo a pararme de frente y miro mi rostro, ladeando un poco la cabeza.
- Me siento extraña. - Admito.
- No deberías, te ves preciosa. - Dice Miranda, quien está sentada en mi cama, ordenando todas las polaroids que me ha sacado en la última hora. Me acerco a ella y tomo una de las fotos al azar.
- ¿En serio son necesarias todas estas fotos? - Pregunto.
- Te dije que quería hacer un álbum por tu cumpleaños. - Responde mi amiga, quitándome la foto.
- Eso lo entiendo y no me molestan las fotos, pero ¿necesitas esta foto de mi codo? ¿en serio?
- Solo cállate y déjame disfrutarlo.
Rodeo mis ojos y vuelvo al espejo.
- Pensé que harías que me disfrazara de la bella durmiente o algo, así Álex podría ser el sensual príncipe Felipe.
- Cariño, tu cintura no es tan angosta y honestamente, el príncipe Felipe parece gay.
Me río.
- ¿Por qué el exceso de veneno, eh?
Miranda se pone de pie y se acerca a mi. Toma las cintas que caen sueltas en la parte de atrás de mi vestido y aprieta el corsé.
- Lo siento. Tu cintura es perfecta. Es solo que el idiota de Juan no quiere ponerse el disfraz que con tanto esfuerzo le conseguí y empieza a sacarme de quicio.
- ¿Desde cuando se mensajean tanto ustedes dos? - La cuestiono con una expresión de clara complicidad.
Al verla, la pelirroja deja de ajustar la parte de atrás de mi vestido.
- ¡Ay! ¡para nada! ¡no es lo que piensas!
Levanto mis cejas varias veces.
- No te lo compro.
- Termina tú sola mejor.
- Ya, lo siento. Ayúdame, no alcanzo.
Termina de ajustarlo y me mira a través del espejo.
- Álex y tú se verán perfectos como Elizabeth Bennet y el almirante Darcy. - Me dice, apoyando su cabeza en mi hombro.
- Te doy un punto solo por haber leído orgullo y prejuicio.
Mi madre se asoma por la puerta.
- ¿Ya están listas? el auto llegó.
Mejor dicho la limosina.
- ¡Miranda...! - Me quejo, pero ella ya me arrastra hacia el auto.
- Déjame disfrutarlo.
- ¡No son mis quince años! ¿sabes?
- O lo haces bien, o mejor no haces nada. Es lo que mi madre siempre dice.
Llegamos al salón de eventos y en la puerta nos esperan el resto de las Bennet.
- No puedo creer que Marta y María accedieran a hacer esto. - Le comento a Miranda en voz baja mientras caminamos a su encuentro.
- Ellas fueron fáciles de convencer. A Laura tuve que rogarle.
Mi jefa se ha disfrazado de Mary Bennet, aunque a diferencia de esta, ella está lejos de ser la menos atractiva de nosotras. Marta y María personifican a Catherine y a Lydia y Miranda se ha quedado con el personaje de Jane.
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Guía práctica para enamorar a un YouTuber. (Alex Puértolas fanfic)
FanfictionEs imposible desear algo si ya se posee todo. El futuro de Amelia parece estar asegurado cuando la oportunidad de escribir para una importante revista de moda la lleva a mudarse a Madrid. La vida en un nuevo país es prometedora y el cielo es el limi...