El martes, cuando estoy de vuelta en mi oficina en GlamGun, me parece que todo tiene la cara de la insípida de Laura Escanes y lo único que me provoca es revolcar el lugar. El lunes fue día festivo por lo que pude aprovechar para llorar como una magdalena sin temer ser juzgada por mis compañeros de trabajo. Cené con mis padres y aunque tuvieron la delicadeza de no mencionar el tema, sé que el ver mis mal disimuladas ojeras los preocupó.
Álex continuó llamándome pero yo decliné cada uno de sus intento por contactarme pues quería ahorrarme el tener que escuchar sus explicaciones. He estado en esta situación antes y debo decir que no es nada grato.
Después de ver a Laura entrar a la casa de Álex volví a mi apartamento deprisa e incapaz de contenerme, desperté a las chicas para contarles lo que había pasado. Ellas me escucharon y consolaron y aunque se mostraron un poco incrédulas tampoco intentaron defender a Álex. En cambio, me dijeron que sería comprensible si quería terminar con él, cosa que hasta ese momento yo no había considerado porque ni siquiera sabía como se encontraba nuestra relación actual.
- Como si pudiese estar en otro punto que no fuese el caño. - Murmuro para mi misma mientras tecleo los apuntes de la última revisión en mi Mac.
- Mía, necesito que pases por unas formas legales a mi oficina. - Me dice Laura por el teléfono.
- Voy jefa. - Respondo.
Puedo estar renegando en mi fuero interno pero no todo el mundo tiene porqué enterarse.
Dígito las últimas letras y mi celular empieza a vibrar. Hago caso omiso a su alboroto y sigo trabajando, pero el murmullo se vuelve tan fastidioso que me hace golpear el escritorio con rabia y maldecir.
- ¡Ya muérete, Álex!
Me levanto de la silla y voy a la oficina de Laura, ella me pide que fotocopie las formas así que voy a la sala de copiado.
- Tonto Álex Puértolas. - Digo entre dientes. - Y pensar que anoche fui a su casa dispuesta a escucharlo... y a perdonarlo... y a... no. Soy una idiota. - Volteo las hojas y vuelvo a ponerlas en la máquina con violencia. - Es que ¡aish! ¿para qué me llama e inventa excusas si va a encontrarse con ella? - Me pregunto. - ¡porque es un mentiroso y un falso, eso es lo que es! - Me respondo.
Termino de sacar las copias y acomodo el montón de papel en mis manos. Cierro la puerta del lugar y me giro.
- Maldito sea el día en que puse un pie en ese parque. - Sentencio.
Entonces alguien abre una puerta y yo me muevo rápidamente para no chocar contra ella. Aún así, choco con alguien y caigo al suelo y junto a mi, todas las formas legales y sus copias.
- ¡Maldición! - Grito. No puedo creer que me pase esto por andar pensando en Álex y en Laura. ¿Hasta cuando voy a tener que lidiar con esto?
Recojo los papeles.
- Señorita.
Levanto la cabeza y me encuentro con la directora Escalada.
- Ay, no puede ser. - Me levanto cual resorte, soltando nuevamente la papelería. - ¿La golpeé? ¿se encuentra bien? Lo siento muchísimo.
La mujer se sacude la falda pues, en efecto, yo acababa de tirarla al suelo.
- He estado mejor. - Dice.
- Lo lamento, estaba muy distraída. - Me excuso.
- Lo noté. - Me interrumpe. - Y si eso te impide desempeñar tus tareas apropiadamente, quizás deberías irte a casa después de arreglar este desastre.
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Guía práctica para enamorar a un YouTuber. (Alex Puértolas fanfic)
FanfictionEs imposible desear algo si ya se posee todo. El futuro de Amelia parece estar asegurado cuando la oportunidad de escribir para una importante revista de moda la lleva a mudarse a Madrid. La vida en un nuevo país es prometedora y el cielo es el limi...