El águila

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Noté como alguien me movía muy bruscamente. Alguien me estaba gritando.

Teresa: ¡___ DESPIERTA YA, NOS ESTÁN ESPERANDO!

Me levanté de golpe y salimos corriendo de allí, intentando no hacer ningún ruido.

Dimos la vuelta a la cabaña y los chicos estaban sentados en el suelo apoyados en la pared de la cabaña.

Thomas: Por fin, ya era hora.

Teresa: Sí, es que aquí la señorita -dijo mirándome- se durmió.

__: Ay es que no me dí cuenta.

Thomas: Bueno... te perdonamos -dijo abrazándome.

Teresa: ¿Habéis visto al águila mientras no estábamos?

Dylan: Que va. A saber cuando saldrá el águila. Ponía que era por la noche, y la noche son muchas horas. Puede que haya pasado antes.

__: Esperemos, tiene que aparecer.

Estuvimos esperando un buen rato, pero todavía no aparecía, sólo había aviones volando.

Dylan: ¿Estás segura de que no ponía nada más en el libro?

De repente se oyó un sonido, tiene que ser el águila.
Miramos al cielo para ver si estaba volando y la vi pasar por donde la luna (multimedia).
Ví como bajaba y se posaba en un árbol.
Todos fuimos hacia donde estaba el águila, pero cuando llegamos rápidamente se fué.
Nos quedamos mirando el árbol donde se había posado. Tenía un tronco grueso y era muy alto. Pero algo no cuadraba. Era una rama. Está más baja que las otras y Thomas se dió cuenta.

Thomas: Mirar esa rama. Es muy rara.

Thomas tiró de la rama y se oyó un crujido muy estraño. Aquí no había nadie, es muy tarde, son las 3 de la mañana y sólo nosotros estamos despiertos. De repente pasó algo muy raro. Se abrió una trampilla y calló Teresa, pero se agarró al suelo.

__: ¡Teresaa! -dije preocupada.

Dylan: ¡Teresa agárrate a mi mano!

Se agarró a la mano de Dylan y todos la subimos. Ahora estaba a salvo. Se cerró la trampilla cuando Teresa salió y se abrió un pasadizo dentro del árbol que tenía unas escaleras que bajaban.
Las bajamos y había un pasillo muy largo. Al fondo de veía el tesoro y caminamos por el pasillo.

Dylan: Esto puede ser peligroso. No sabemos lo que nos puede esperar. Así que todos tenemos que estar alerta.

Andamos por el pasillo cuando pise algo en el suelo y cayó una piedra gigante del techo del túnel. Dylan iba por atrás y se quedó encerrado donde estaba la piedra. Las piedras eran gigantes y ocupaban una parte del ancho del pasillo.

Vimos que cayó y fuimos corriendo hacia donde estaba el tesoro.
Llegamos a donde estaba la vitrina y Thomas miró por si había alguna trampa, pero no vió nada y levanté el cristal.
Ahí había un collar antiguo, creo que es egipcio.

Lo cogí y se abrió una puerta por un lado de donde estábamos, pero antes de salir pensé en alguien.

__: ¡DYLAN! ESPERANOS FUERA, AQUÍ HAY UNA SALIDA -le grité.

Dylan: VALE -me respondió.

Thomas, Teresa y yo nos dirigimos hacia la puerta, recorrimos un pasillo un poco largo y vimos que había unas escaleras. Las subimos y habíamos vuelto al bosque. Justo ahí estaba Dylan esperandonos.

Dylan: Habéis salido por el mismo sitio de donde entrásteis.

Me fijé bien y era verdad, es el mismo árbol.

Eran las 4 de la mañana y no teníamos nada que hacer, así que nos quedamos hablando con los chicos fuera de la cabaña.

Dylan: ¿Y qué era el tesoro?

__: Es un collar y tiene líquido por dentro. Puede que sea colonia porque huele muy bien, pero no se puede sacar.

Thomas: ¿Y que vamos a hacer con eso?

Dylan: Puedes quedártelo.

__: Enserio -dije sorprendida y él asintió.

Dylan: Era de la niña y ella quería que lo encontraras.

Teresa: Tiene razón.

__:Vale... Me lo quedo.

Se despidieron de nosotras y volvimos a la cabaña. Guardé el collar en un joyero pequeño donde guardo mis cosas. Después me tumbé en la cama -Teresa ya se había quedado dormida- y pensé "mañana el último día..."

El Misterio Del Campamento (Thomas Sangster y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora