El lado rosa de la fuerza

Capítulo VI

"Solo quiero sentir algo de calor... Incluso el que la muerte puede llevarse de mí."
-¡Oh Dios! ¡Es genial! ¡Es perfecto! ¡Me encanta!- dije emocionada y al borde de las lágrimas.
Justo había terminado de leer el manga de "Parasyte" y aún estaba sin palabras de lo bueno que me había parecido. En ese momento, mi madre entró a la habitación.
-Nuria, ¿qué haces? ¿Ya estás viendo los dibujos chinos esos?
-Primero, son japoneses, y segundo, es un manga, no un anime.
-Pues a mí me suena todo igual- cambió su expresión y me dijo con tono de reproche y de preocupación- Pasas demasiado tiempo viendo esas cosas. Sacas buenas notas, pero me gustaría que socializases más con las personas.
Ya empezábamos. Puse los ojos en blanco.
-Mamá, sabes que no me llevo bien con casi nadie. La mayoría de la gente me da asco, están vacíos por dentro.
Me miró sorprendida.
-Niña, solo tienes 15 años, aún no sabes nada de la vida. No hables como si ya lo hubieses vivido todo. Además, ¿qué hay de tu amiga Helena? ¿No quedas con ella?
-Ay mamá, déjame en paz. Soy feliz así. Ya está.
Mi madre puso cara de desaprobación, pero dejó de darme la lata. Con un "tú verás", salió de mi habitación.
El problema con ella es que se preocupaba demasiado por mí. No le gustó nada cuando me tinté el pelo de azul y, no tenía nada contra ella, pero era cierto que era feliz con lo que tenía, y cuando se lo decía no insistía más.
Qué puedo decir, soy otaku. Me encanta el manga y el anime de casi todos los géneros. Es verdad que a veces me absorbe mucho tiempo, pero no puedo evitarlo. En cuanto a lo de socializar, no me suelen gustar demasiado las personas. La única con la que me llevaba bien era con Helena, mi mejor amiga. Helena... Era tan... No sé. Kawaii. Era agradable estar con ella.
Nunca había tenido novio, y sinceramente no me llamaba nada la idea. Me decía a mí misma que estaba bien con lo que tenía y que no necesitaba nada más.
Aunque todo eso estaba a punto de cambiar. Un día llegó a clase "el nuevo". Alexey, el chico ruso. Lo primero que dijo Helena al verlo fue que era guapo. Bueno, ella y todas las chicas de clase. A mí no me lo parecía. ¿Por qué? ¿Acaso tenía un problema? ¿O las otras tenían un problema? No lograba comprenderlo. No veía nada de atractivo en él. Ni en nadie. "Quizá debería preocuparme", me dije, "pero... Estoy bien así." A pesar de ello, tuve una sensación desagradable cuando vi que Helena se fijaba en ese chico. ¿Por qué? Estaba muy confusa. No entendía nada de lo que pasaba a mi alrededor. ¿Tenía celos de Helena? No podía ser, si a mí ese chico no me gustaba. ¿O sí? ¿Y si me gustaba y no quería admitirlo? Sentía que mi cabeza iba a explotar con tanta pregunta.
Al salir de clase, decidí contárselo a Helena, pero si no lo entendía yo, imaginaos ella.
-Helena...-empecé-Yo...
-¿Mmm? ¿Qué te pasa? Has estado rara todo el día.
-No sé lo que me pasa. Pero no me siento bien...
-¿Pero por qué?
-Ay ¡no lo sé! Es todo muy raro. No puedo comprender por qué a todas las chicas les gusta el nuevo y a mí no me atrae lo más mínimo.
Helena me miró extrañada y pensativa.
-Tía... No tengo ni idea. Lo siento. Pero no te preocupes, llegaremos al fondo de esto y averiguaremos qué te ocurre. ¡Prometido!- me dijo sonriente.
Aquella sonrisa me produjo una sensación de calma indescriptible. Respiré y le di un abrazo al mismo tiempo que decía "gracias, tía". Luego nos separamos y me fui a mi casa. Aunque estaba más tranquila, las dudas me seguían asaltando.