Capítulo 9: Día de Lluvia.

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Erza acababa de despertarme para ir al almuerzo que tenía planeado con su madre, en todo caso para nosotros sería desayuno/almuerzo. Fui a la ducha para poder tomar un buen baño de agua fría a ver si me sacaba esa idiotez que últimamente traía encima y no me dejaba pensar antes de hacer las cosas. En vez de acercarme a ella cada vez la alejo mas de mi y todo gracias al maldito de Jellal, ese idiota y Zeref Dragneel son unos grandes obstáculos en mi camino para tener a Juvia, algo se me tiene que ocurrir para sacar a Zeref del camino. Lo complicado aquí es sacar a Jellal, ya que siendo su hermano no se puede cortar su relación así como así. Al menos que "accidentalmente" muera pero ella sufriría por eso, no puedo quitárselo cuando apenas se van conociendo, ni yo soy tan escoria como para hacer eso. Tengo que buscarle una distracción para que deje de estar tan al pendiente de Juvia, una mujer que le de placer y lo vuelva lo suficientemente loco para que no esté tan encima de Juvia. Pensaré en eso en otro momento, ya llevo mucho tiempo en la ducha y Erza esta dando gritos como una loca.

- ¿Qué uno no puede bañarse en paz?- grité al aire. Ella lo ignoró por completo y siguió con su histeria.

- ¡Sal de allí ahora mismo!- gritó- tienes más de 30 minutos en el baño, vamos a llegar tarde por tu culpa- tome una toalla limpia. Cuando termine de secar mi cuerpo, me la ajuste en la cintura para poder salir de baño, me recibió con tremendo golpe en la espalda.

- Erza- me queje del dolor, que mujer tan poco sutil- ¿ESTAS LOCA MUJER?- grité molesto haciendo un inútil intento de acariciar la zona maltratada pero no era nada fácil, fui caminando al espejo, tenía su mano marcada en mi piel. Me giré a mirarla molesto pero tenía una expresión nada agradable en su rostro me decía: "¿Tienes alguna objeción?" Le di una negativa con la cabeza.

- Entonces, ve a vestirte y rápido ¿entendiste?- ordeno. Estaba de muy mal humor hoy, por el bien de mi humanidad, será mejor seguirle la corriente.

- Como ordene, Erza-sama- dije haciendo una reverencia y fui corriendo a mi habitación, no quería otro golpe como el de hace un momento, esa mujer era una salvaje. Cuando entre en mi habitación fui directo al armario para buscar que ponerme, escogí una bermuda de color negro, una franela gris y unas converse del mismo color. Era domingo y que mejor que usar ropa ligera un domingo, para mi seria mejor no usar nada pero no sería muy bien visto que el hijo de Silver Fullbuster ande mostrando sus partes nobles a cualquiera que se cruce por el frente. Me puse un poco de colonia y me pase una mano por el cabello, tome mi teléfono y las llaves de mi Lamborghini.

- Hasta que por fin sales- se quejo Erza- !Vámonos!- extendió su mano- Entrega las llaves de tu Lamborghini, hoy quiero conducir yo- No, !definitivamente NO!. No voy a entregar a mi bebe a una loca. No hice ni amago a dárselas por lo que abrió y cerró su mano en señal de que no aceptaba un no por respuesta, le tengo pánico a Erza pero por mi bebe puedo poner mi vida en riesgo.

- Ni de coña, Erza- Dije firme pero por dentro temblaba de miedo. Ella me miro, cerré mis ojos esperando el golpe, pero como nunca vino los volví a abrir y ahí estaba ella mirándome con ojos de perrito, luego se quejo como una niña pequeña.

- Pero, Gray- simuló limpiarse una lágrima- Yo quería conducir- ahora se pego a la pared e hizo como si llorará sin parar "Que mujer tan dramática" pensé, una hora de sudor me resbalaba por la nuca- G-gray... snif... destruyó… los sueños de...snif...Erza- porque tengo que caer en sus manipulaciones pero no del todo, no la dejare ganar.

- Esta bien, Erza- dijo resignado, pero no del todo. Se despegó de la pared y me miro con una sonrisa de victoria y sin rastro de lágrima alguna- conduce tú, pero vamos en tu auto- termine de decir y su sonrisa desapareció.

- Pero Gr...- no la deje terminar de hablar.

- Dejemos de perder el tiempo ¿No fuiste tú la que andaba chillando que íbamos tarde?- reproche.

El precio de la indiferencia (Gruvia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora