Capítulo 11: Sentimiento de culpa.

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– ¡Felicidades a la joven pareja!– exclamó el doctor con una sonrisa.

– ¡Espere, espere! ¿Qué?– interrogue alterada, esto no me gustaba para nada– ¿Pareja? ¿Cuál pareja? ¿Felicidades? ¿Por qué? Juvia no ha hecho nada por lo cual amerite una felicitación– Sentí que me obligaron a callar, baje la mirada hasta donde se supone que esta mi boca y tenia posada una mano evitando que emitirá sonido alguno.

– ¿Quieres callarte?– ordenó Gray con fastidio.

– Hmh...– quise gritar, pero de mis labios salió una exigencia inentendible. Gray no aflojó su agarre, así que lo mordí con todas mis fuerzas. Cuando por fin me dejó libre, soltó una palabrota.

– ¡Maldita sea, Juvia!– gritó furioso– ¿Quieres comportarte?– exigió. Fruncí el señor ofendida, aquí la única que tiene derecho a estar furiosa soy yo.

– ¿Que no te dije que no tocaras a Juvia?– demandé, sentía que la sangre haría ebullición en cualquier segundo– Te me acercas un centímetro más y espera una orden de alejamiento, imbécil hijo de puta– su expresión cambio de una furiosa a una ofendida.

– Señorita Juvia, mantenga la calma– el doctor se acercó a mi. Gracias a su parecido con Zeref, me pude calmar un poco– Como ya le dije, alterarse no le hace bien en su estado– Otra vez este con toda esa mierda del estado ¿que estado?– Señor Gray, si está chica no lo quiere cerca será mejor que se retire– Gray estaba por salir pero me sentí algo culpable, ya que él se había tomado la molestia de haberme traído hasta aquí.

– Permitale quedarse– le pedí al doctor. Gray se quedo en su sitio– Ahora por favor explique a Juvia lo del "estado"– hice comillas con mis dedos. El doctor suspiró.

– A ver, Señorita Juvia ¿Que es lo que sucede cuando un óvulo y un espermatozoide se fecundan?– explicó el doctor con mucha paciencia. La respuesta vino a mi, pero quien la dijo fue Gray.

– Se produce un feto– respondió casi en un susurro. Mis sentidos estaban en total alerta, ya sabía lo que venía pero no quería escuchar.

– Eso es correcto, Joven– dijo el doctor como si hablará con niños de primaria– Luego el feto va evolucionando a lo largo de nueve meses y...– interrumpí la explicación del doctor.

– Si ya Juvia entendió lo que quiere decir– Lo tenía clarísimo pero no lo quería escuchar, no estaba preparado para ello.

– ¡Estas embarazada!– gritó Gray alterado. Lo quería matar, no es que fuera culpa de él pero porque lo tenía que decir así... Aún no estaba preparada.

...

– Justo en el blanco, joven– alabó el doctor con fastidio por nuestra lentitud y simuló un aplauso mudo. Si no fuera porque estaba en shock, le abría dicho unas cuantas verdades. Mire a Juvia, ella estaba molesta conmigo, lo sabía por su mirada y ahora ¿Que coño te hice loca?. "y por esa loca te mueres" me dijo mi yo interno. "Ya lo sé" me respondí. El doctor me saco de mi monólogo interno– La Señorita Juvia esta embarazada con 4 semanas de gestación. Y usted como el padre, tiene que saber que ella no puede estar expuesta a tantas alteraciones– "Usted como el padre"esa frase resonó en mi cabeza hasta clavarse en mi corazón. Por supuesto que yo no era el padre, apenas y la había tocado un par de veces. Las podía contar con los dedos de una mano, la única vez que la bese cuando arruine todo y hoy en la tarde que toque su delicioso culo. Y si contamos la vez que se vio obligada a ir sentada sobre mi en mi auto, pero nada más. Estaba seguro que era de él, me la había quitado y no solo eso. Le había plantado un hijo, nada más y nada menos que eso.

– Los dejo a solas para que piense sobre esto– pronunció el doctor. ¿Que voy a estar pensado yo idiota? Inconscientemente ese imbécil doctor metía su dedo en mi llaga. Yo no tenía nada que pensar, yo no tenía ni la sobra de una mísera vela en este entierro. La escuché reír. Reía como una histérica.

El precio de la indiferencia (Gruvia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora