| DYLAN |
¡Mil veces te maldigo Damián! ¡Maldita seas Kristel! Si no me hubiera —prácticamente— obsesionado contigo sobre pintarte totalmente expuesto no estaría golpeado. Y sí, sabía que era culpa mía desde ese momento.
—Tu Luna... es totalmente excitante y se ve que su carne es suave y... deliciosa para morder...
Sabía que me metía en territorio peligroso.
— ¡Oh si! Sobre todo su trasero, ¿te lo imaginas?... En mi cama, abierto de piernas, su entrada húmeda solo para mí, excitado y caliente solo para mí... oh y no olvidemos sus labios jugosos y carnosos...
Esa fue la ultima gota del vaso de paciencia y cordura que le —supongo— quedaba. Corrió hacia mí, propiciándome una buena mordida en el cuello. Yo lo único que atine a hacer fue rasguñar su panza. Logrando quitármelo de encima.
—El primero que lo encuentre gana. Si lo encuentro yo, me quedaré con él. Para siempre —mentí, no lo decía de verdad.
Después de eso lo encontré. Aunque no sabia con certeza que era él. Me sorprendió al principió su lobo blanco. La raza que casi se ha extinguido y hasta ahora sólo he visto ese tipo de lobo en él. Era hermoso. ¡Joder!
Me levanté del cómodo sofá brutalmente y jalé mi pelo en señal de frustración. ¿Deseaba a Kristel? Sí. Pero... solamente me gusta para algo sexual y ya. Nada de romanticismo ni sentimientos. Solo es una atracción que siento hacía su cuerpo y... y ya. Y cuando llegará ese momento que. ¿Qué haría después?
Suspiré.
— ¡Simplemente lánzatele y ya! No es tan difícil. Además su lobo es muy ingenuo, como él. Sería muy fácil. Dile unas cuantas mentiras.
¿Cómo qué, genio?
—Dile que viste a Damián besándose con Vanessa y listo. Todo tuyo.
Suspiré otra vez. Un poco mosqueado por la idea. Decirle mentiras a Kristel de Damián engañándolo con Vanessa, era como decirle mentiras a un niño que su mamá le dejo abandonado. Okey, mala expresión, combinación y ejemplo pero así era ¿no?
¿Valdría la pena?
— ¿Qué hago? —pregunte a la nada. Deseaba pintar a Kristel en uno de mis cuadros, pero no para venderlo. Solo lo tendría yo y nadie más que yo me permitiría verlo. La belleza y hermosura que poseía Kristel era tan artística que no me sorprendería sí alguien se lo secuestra.
| KRISTEL |
— ¿Dónde?
— ¡En la playa! Es muy hermosa y el agua se ve tan fantástica que... ¡me dan ganas de vivir aquí! —chillé emocionado. La playa me emocionaba. Pero mañana tendría que regresar para ir a la escuela. Lo sabía. Pero mientras eso sucedía podría disfrutar solo este día todo lo que quisiera... con Damián.
— ¿Y estás con... Damián? —el tono de su voz se fue apagando.
¿Qué?...
— ¡Y la razón eres tú Kristel! Jonathan esta enamorado de nosotros y Damián se dio cuenta... O eso creó... —recordé de repente lo que mi lobo me había dicho respecto a Joni.
¿Será verdad?
— ¿Mhm? Oh uhm si —dije finalmente. Armándome de valor.
Su rostro de pronto se tornó serio.
— ¿Te gusta? ¿Estás enamorado de él? —su voz sonaba tosca y brusca; sin un poco de tacto al preguntarme. Era directo y sin rodeos. ¿Entonces si era cierto...?
—Te gustó —solté sin pensarlo en mi mente. Pero al parecer lo dije en voz alta debido a la sorpresa en la expresión de Joni.
—Y-Yo...
— ¡Oh perdón! ¡Lo dije sin pensar, lo siento! ¡Olvídalo! —escuché un gruñido y en ese instante volteé a ver a Dami quién se removió un poco en la cama matrimonial.
Después de habernos dados un par de besos húmedos y caricias calientes y roces placenteros trajeron el desayuno y con eso Damián dijo que estaba cansado y se durmió, abrazándome a mí. Logre escabullirme un poco difícil pero lo logré.
—Debo colgar. ¡Nos veremos pronto y prometo traerte un recuerdo de aquí! —le sonríe y él me devolvió la sonrisa, entonces ahí vi sus ojos. Casi rojos.
Estaba conteniéndose para no llorar.
—¿Estás b-bien? Parece que vas a llorar...
—¡E-Estoy bien!... ¡Adiós! —y me colgó. La video llamada había terminado.
¿Porqué nunca me di cuenta del daño que te he estado causando Jonathan? ¿Porqué no me lo dijiste? Aseguraría que si Joni hubiera llegado antes que Damián, seguro estaría enamorado de él. Pero no. Bufé, triste.
No voy a llorar. No voy a llorar. Me repita dentro de mi cabeza mientras la meneaba de un lado a otro lentamente.
—Kristel —la voz ronca llamándome me sacó de mi trance. Miré a Damián quien me observaba todavía acostado en la cama. Frunció el ceño—. Ven aquí —palmeó un par de veces el colchón. Cerca de él.
Sonreí e intente reprimir las ganas de preguntarle si él sabría los sentimientos que Joni, mi mejor amigo tenía conmigo. Desistí, recostándome nuevamente en su pecho. Acurrucándome. Que bien se sentía estar con él de esta manera tan... tranquilizante y amorosa. Me gustaba. Me gustaba y mucho.
Las clases en mi escuela ya comenzaron y por eso se me olvidó publicar el capítulo este jueves. Les pido una disculpa pero como recompensa esperen mañana otro capítulo por mi no cumplir a tiempo. Espérenlo con ansías.
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Mi Alpha
WerewolfSe aman, pero no se atreven a confesarse por miedo a ser rechazados. Sin saber que son correspondidos mútuamente. |Obra original| No copias ni adaptaciones.