| DAMIÁN |
Por fin un momento a solas con mi esposo bonito. Subí su bata de baño hasta tocar su muslo. Él abrió las piernas cosa que aproveche para ponerme entre ellas.
— ¡Papi y mami están haciendo cosas pervertidas como los tíos! —maldije internamente la ver a mi hijo quitarme bruscamente. Sentándose sobre Kristel.
Había pasado apenas 2 años desde que Kristel y yo nos casamos, cuando cumplió 18 simplemente se volvió salvaje y brusco a la hora de hacerlo. Siempre se ponía así cuando estaba enojado y ese día era porque no le dije que yo era su Alpha. Teníamos 2 niños, una niña y un niño. La niña era rubia, como la mamá de Kristel y el niño era idéntico que yo. Era un año mayor que su hermana. Siempre la protegía pero el problema era que... siempre tenía la atención de Kristel. ¡De mi esposo! Cuando Kristel lo abrazaba me hacia una seña con los labios 'es mío', Kristel siempre me regañaba porque él lloraba porque siempre lo abrazaba primero.
¡Justo como ahora!
— ¡Mami es mía! —me gritó.
— ¿Qué? ¡Intenté retenerlo! —se defendió al ver que yo lo fulminaba.
— ¡Emmy tu esposo te engaña! —grité.
— ¿Perdón? —preguntó Emmy entrando a la habitación somnoliento. Que suerte, Jonathan.
— ¡No es cierto, cariño! Es que ya sabes, no pudieron juntarse.
— ¿Qué es juntarse? —preguntó esta vez mi hijo.
—Es uhm... cuando... cuando comes... chocolate con tu mami y leche junta...
Emmy se sonrojó, igual que Kristel.
—Yo quiero chocolate con leche de mami.
—No, porque tu mami y yo vamos a trabajar.
— ¿En qué?
— ¿No querías un hermanito?
— ¡Sí!
—Damián, deja descansar a Kristel.
—Pero a él le gusta —ronroneé, tocando el trasero de Kristel. Sin que los demás se dieran cuenta.
— ¡Yo quiero un hermanito! —chilló.
— ¿Kristel tú quieres?
Vi como suspiró al mirar los ojos de nuestro hijo. Lo estaba convenciendo con los ojos de cachorrillo que yo a veces utilizaba.
—Bien, pero Chris cuida a tu hermana por mientras ¿sí, cariño?
— ¡Yo soy tu cariño! —reclamé. Sintiéndome ofendido e indignado por que... ¡yo era su cariño no él!
— ¡Damián ya! —abrí ligeramente mis ojos al oír la de Emmy gritar. Todos estábamos sorprendidos ay que él nunca gritaba.
—Solo me puedes gritar a mí —masculló Jonathan entre dientes.
—Oh perdón. Ven Chris, vamos a jugar con tu hermana.
— ¡Sí! ¿Sí me hacen el hermanito, verdad?
—Si, por supuesto hijo —le sonreí.
Le quité la bata a Kristel cuando la puerta se cerró. No podía aguantar más. Llevaba 5 semanas sin tocarlo, solo lo besaba y era suficiente para mantenerme tranquilo. Solo unos minutos. El oral unas horas.
Succioné el labio inferior de Kristel.
—... Como te deseó, Kristel —le susurré, frotándome contra él.
Acaricié sus muslos con fuerza, haciendo que él abriera mas sus piernas. Restregándose contra mí y, momentos después sentí unas manos bajar hasta mi trasero. Oh sí, me avergonzaba un poco él que él me las tocará pero así se volvía cuando él estaba tan necesitado como yo. Ataqué su cuello apetitoso blanquecino, enredó sus piernas en mí cintura. Sentí como sus manitas me quitaban el bóxer. Se había vuelto más iniciativa y era lo que más me gustaba.
Los gemidos y jadeos inundaron la habitación de matrimonio en minutos. Me enterraba más y más en Kristel. Lo amaba, lo amaba mucho y no lo cambiaría por nadie.
Kristel, era mi persona, pasatiempo, ejercicio y comida favorita.
Nuestros cuerpos encajaban perfectamente, el de él seguía siendo pequeño y el mío grande pero encajamos bien. Mis manos tocaban y ansiaban tocar más hasta llegar a los puntos débiles de Kristel. Hasta llegar al punto prefecto para embestir y presionar con fuerza y delicadeza. Su voz lasciva mientras gemía mi nombre me incitaba a dar y dar más.
Gruñía cada vez que me apretaba, estaba más húmedo y caliente entre esas 4 paredes que envolvían en mí pene perfectamente.
Aprovecharía cada minuto por estar junto a esta persona que me volvía loco de amor. Me había dado una familia y amor. Estaba encantado con mí vida que no la cambiaría por nada. Y esperaba reencontrarme en la otra vida con Kristel. Con mí hilo rojo del destino. Con mí pareja predestinada y condenada.
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| JONATHAN |
—No podemos dejarlos aquí... —su gemido me excitó más.
—Están jugando... —pellizqué su pezon. Ganándome un suspiró de su parte.
Emmy era mi persona especial, tal vez solo me gustaba Kristel por su físico y la forma en la que actuaba. Emmy era mi vida y era mi Omega, lo había sentido. Me encantaba cuando se mojaba con solo unos susurros que le decía, era tan tierno y caliente.
| NARRADORA UNIVERSAL |
Cada uno tuvo su persona condenada, destinada. No importaba en que parte del mundo se encontrarán. Siempre el hilo rojo los unirá, y se afianzará con fuerza cuando los quieran separar. No se dejen llevar por rumores de tu pareja. Envidia las envuelven porque esas personas no tienen a su pareja todavía.
Siempre tendrán una persona favorita e especial. Donde hay amor, hay algo que siempre te llena de paz.
FIN
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Mi Alpha
WerewolfSe aman, pero no se atreven a confesarse por miedo a ser rechazados. Sin saber que son correspondidos mútuamente. |Obra original| No copias ni adaptaciones.