Capitulo 24: Prueba de aptitud 2.0
Maratón (2/3)
— ¿Solo quedan dos?—pregunta Eric a Cuatro cuando este entre abre la puerta.
—Sí, llegas un poco tarde.— contesta Cuatro con una notable ironía en su voz— Como siempre. —le recrimina Cuatro, abriendo la puerta por completo y dejándolo pasar.
La puerta se cierra tras Eric. Uriah y yo nos volvemos a quedar solo.
— ¿Crees que nos habrá oído?—susurra dudoso Uriah a la vez que se rasca la cabeza. Yo me encojo de hombros a modo de respuesta.
Nuestra conversación no da para mucho más pues la puerta se abre de nuevo y Cuatro sale.
—Buena suerte, chicos—dice con una clara sonrisa forzada y se aleja andando por el pasillo. Le sigo con la mirada. ¿Se puede saber dónde va? No irá a dejarnos solo con...
—M—me llama una voz desde la puerta.
Me giro. Eric está al otro lado de la puerta, manteniéndola medio abierta y tapando el interior con su cuerpo. A pesar de eso, desde aquí puedo distinguir una silla parecida a la de los dentistas que me resulta muy familiar.
Oh, no
Mi mente se colapsa solo de pensar en que sea otra prueba de aptitud.
Oh, no, no, no
Recuerdo perfectamente las palabras de Maya al terminar la prueba, justo antes de salir por la puerta de atrás: "No se lo puedes decir a nadie, Miare. Ni siquiera tu familia. Es muy peligroso". Con eso me bastaba para ponerme de los nervios.
¿Qué pasaría si Osadía se enterase de que soy...Divergente? Tan solo el hecho de pensar esa palabra me parecía peligroso.
¿Me echarían de la facción? ¿Me llevarían con los abandonados? O tal vez aún peor, ¿me matarían?
Si, seguramente seria eso. No seria la primera vez que matan a alguien por ser divergente.
Mis manos empiezan a temblar ligeramente.
—¿Qué?—consigo decir con un hilo de voz.
Me quedo mirando a Eric, que me mira con una de sus expresiones relajadas pero indescifrables desde la puerta.
¿Sería Eric el encargado de acabar conmigo? ¿Tendría la suficiente sangre fría como para hacerlo?
¡¿Pero qué pregunta es esa?! Claro que la tendría. Es Eric. Y lo nuestro tan solo ha sido algo eventual, ¿no? Si es que a eso que paso se le puede llamar "lo nuestro".
Tampoco habíamos hablado de ello. Tal vez tendríamos que hacerlo. Pero, francamente, me daba miedo lo que me pudiera decir o pensar. ¿Y si para el no había sido nada? Para mi había significado bastante, pero ¿y para el?
—Que eres la siguiente—me contesta frunciendo el ceño.
Me levanto del suelo e inspiro hondo. Me seco el sudor de las manos en el pantalón de nuevo y dirijo una ultima mirada a Uriah antes de entrar por la puerta. "Buena suerte" consigo distinguir mientras mueve los labios.
Eric me toca el hombro para guiarme al interior y cierra la puerta a mi espalda.
Cuando veo lo que hay dentro, mis dudas se confirman y doy un paso atrás automáticamente. Me chocan los hombros contra su pecho y tan solo ese pequeño contacto hace que me estremezca.
En el cuarto hay un sillón abatible similar al de la prueba de aptitud y, a su lado, una máquina que me resulta familiar. Tal y como había podido observar desde el exterior. En cambio, esta habitación no tiene espejos y apenas está iluminada; hay una pantalla de ordenador sobre el escritorio de la esquina.
— Siéntate —me ordena Eric; me da un apretón en los brazos y me empuja.
— ¿De qué es la simulación? —pregunto, intentando que no me tiemble la voz, aunque sin éxito.
— ¿Alguna vez has oído la expresión «enfrentarte a tus miedos»? Nosotros nos la tomamos de un modo literal.—Eric sonríe de una manera que se podría considerar casi morbosa desde el escritorio con el ordenador— La simulación te enseñará a controlar tus emociones en una situación aterradora. Ahora, siéntate.
Me llevo una mano temblorosa a la frente. Las simulaciones no son reales, no me suponen una amenaza real, así que, por lógica, no deberían darme miedo; sin embargo, lo hacen.
Tengo que emplear toda mi fuerza de voluntad para dirigirme al sillón, sentarme de nuevo en él y apoyarme en el reposacabezas. El frío del metal me atraviesa la ropa.
—Estas muy callada—me dice mientras me retira el pelo del cuello. Todo mi cuerpo se vuelve loco y siento como mis hormonas se revolucionan tan solo con el leve contacto de sus dedos en mi cuello, casi como una suave caricia.
— Si, ¿y que?—contesto, y sueno mas borde de lo que pretendo sonar.
— Y por lo que se ve, tampoco estas de muy buen humor— Vaya, que inteligente. Solo estoy a punto de exponer que soy divergente a uno de los líderes de Osadía. ¿Eso no debería ponerme de mal humor?
Le da unos golpecitos a algo y vuelvo la cabeza para ver qué es: Eric tiene en la mano una jeringa con una aguja muy larga y ha colocado el pulgar sobre el émbolo. El líquido de la jeringuilla está teñido de naranja.
—¿Una inyección? —pregunto con la boca seca; normalmente no me dan miedo las agujas, pero esta es enorme.
—Si, ¿y que?
Vale, donde las dan las toman, lo he entendido.
Me vuelve el brazo y mete la punta de la aguja en la tierna piel del lateral de mi cuello. Noto un dolor profundo en la garganta, hago una mueca e intento centrarme en sus profundos ojos azules. Que ojos tan jodidamente hipnóticos.
—El suero hará efecto dentro de sesenta segundos. —me informa serio.
— ¿Qué se supone que debo hacer en la simulación?
— Esta simulación es distinta a la de la prueba de aptitud. —dice sin mirarme, prestando atención al ordenador—El suero estimula la amígdala cerebral, que es la parte del cerebro que se encarga de procesar las emociones negativas, como el miedo, y después induce una alucinación. La actividad eléctrica del cerebro se transmite a nuestro ordenador, que traduce tu alucinación para convertirla en una imagen simulada que yo pueda ver y supervisar. Después enviaré la grabación a los administradores de Osadía. —se gira y me mira para clavar sus ojos en mi—Tú te quedarás en la alucinación hasta que te calmes; es decir, hasta que te bajen las pulsaciones y controles la respiración.
—Claro, parece fácil—la ironía y los nervios se apoderan cada vez mas de mi.
—Pues te aviso, no lo es—me anima Eric. Hecha un último vistazo al ordenador y después se vuelve a girar. Me pone las manos a ambos lados de la cabeza y se inclina sobre mí. Por un momento, creo que me va a besar. Quiero que lo haga. Pero no lo hace.—Sé valiente, M —susurra—. La primera vez siempre es la peor.
Intento prestar atención a sus palabras, pero pierdo el control de mis pensamientos y empiezo a notar los síntomas típicos del miedo: palmas sudorosas, corazón acelerado, tensión en el pecho, boca seca, nudo en la garganta, dificultad para respirar...
Sus ojos son lo último que veo.
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SOMETHING BETTER~DIVERGENTE (Eric Fanfic)// TERMINADA
FanfictionMiare, es una chica que apareció con 5 años mas allá de las granjas de Cordialidad. Fue adoptada por Johana, la líder de esta facción, y vivió con ella hasta que cumplió los 16. En su prueba de aptitud descubre que es divergente, cosa que ya veía ve...