Maratón 6/10
Capitulo 35: Confusión, pizza y Lynn
Parpadeo varias veces. Todavía sigo en shock.
Lynn me acababa de besar.
Pero no se sabía que decir ni que pensar al respecto. Hasta ahora solo la había considerado una amiga para mi. Una muy buena, desde luego. Pero solo una amiga. ¿O tal vez mi obsesión por Eric había nublado mis sentimientos durante todo este tiempo? Me sentía alagada. Al parecer no era tan mala como para que no me fuera a querer nadie nunca. Además, incluso me había gustado. ¿Porque me había gustado, no? Vaya, estaba hecha un lío.
— M — me llamó Lynn sacándome de mis pensamientos.— ¿M estás ahí? ¡M!
— ¿Que?— pregunto desorientada.
— ¿Y bien?— insiste Lynn, arqueando la ceja— ¿No tienes nada que decir?
— La verdad, no lo sé.— fui sincera— Todo es bastante confuso en mi cabeza ahora mismo.
— Pues veamos si esto te ayuda a aclararte.
Y de nuevo nuestros labios se juntaron. Pero esta vez me dejé llevar. Tenía que comprobar si realmente me gustaba aquello. El beso de Lynn tan frío y bruto como ella suele ser, aunque, en cierto modo, reconfortante. Lynn introduce su lengua en mi boca y la mueve rapida y bruscamente. Lleva una de sus manos a mi cabeza e introduce sus dedos entre mi pelo. Después, con un movimiento fuerte y veloz, me tuba sobre la silla y se coloca encima de mi. Todos los movimientos que hace Lynn son seguros, hoscos y repentinos. En comparación, los míos son bastante torpes, aunque a ella no parece importarle en absoluto.
Pero, espera un momento. Hace apenas unos días estaba llorando por un chico y ahora me estaba besando con una chica. ¿Se puede saber que estoy haciendo?
Todo es confuso en mi cabeza... Pero aún así decido no parar a Lynn. Puede que ella sea lo que necesite para olvidar a Eric completamente...
-0-
Ya estamos a martes y los días de la semana transcurren muy rápido. Tanto que apenas me paro a pensar en nada. Todo el mundo está muy liado o preocupado con los acontecimientos de este viernes. Los hay que se pasan todo el día encerrados en sus pasajes del miedo, intentando mejorar su clasificación o simplemente intentando poder superar aunque sea uno de sus miedos. Otros, en cambio, se pasan el día jugando y bebiendo, o bien porque saben que no van a pasar el corte y prefieren disfrutar mientras puedan o bien todo lo contrario, están tan seguros de sí mismos que no necesitan ni practicar.
Yo diría que soy un término intermedio. Todavía sigo intentando superar mi quinto miedo, pero eso no quiere decir que me pase todo el tiempo obsesionada con superarlo. Eso se debe a que, a pesar de mi tendencia a obsesionarme con las cosas, últimamente tengo a alguien que me mantiene distraída para no hacerlo. A decir verdad, es esa persona la que ocupa la mayor parte de mi tiempo. Y es que cada vez que paso demasiadas horas seguidas en mi pasaje, Lynn llega y me arrastra a al lado lejos de allí... Al final le he cogido el gustillo a sus besos y Lynn afirma haberse hecho adicta a los míos. Uriah siempre se queja de que desaparecemos continuamente, lo que Lynn rebate diciendo que no hacemos nada muy distinto de lo que él hace con Marlenne. De nuevo he entrado en una fase de plácida y añorada tranquilidad.
Puede que eso se deba en gran parte a que Eric no está en el complejo, ya que se ha ido junto con Max a Erudición por "asunto privados". Y estará allí hasta está tarde, así que pienso disfrutar al máximo está tranquilidad hasta que vuelva.
Y así lo hago. Me paso la mañana con Lynn y a la hora de comer nos juntamos con Uriah y Marlenne. Después, subimos a la azotea y jugamos a ver quien es el primero en tirar la magdalena de la cabeza de Uriah utilizando tan solo piedras. Finalmente gano yo, y como buena vencedora les invito a todos a merendar pizza. Terminamos sentados al final de las escaleras que suben hasta la azotea comiendo la pizza pagada por mi.
— ¿Queda algo de la pizza de barbacoa?— pregunta Lynn.
— No, me he comido yo el último trozo— contesta Uriah, orgulloso, mientras se frota la tripa.
— Pero serás glotón— dice Lynn mientras se abalanza sobre él, le agarra por el cuello con un brazo y empieza a frotar su cabeza con los nudillos de la otra mano.
— ¡Eh, eh, eh!— se queja Marlenne, intentando separarlos— ¡Quiero a mi novio de una pieza, Lynn, o te las veras conmigo!
Mientras tanto, yo solo me dedico a reírme de la escena y terminar con mi porción de pizza de cuatro quesos tranquilamente.
Cuando Marlenne consigue separarlos al fin, Uriah se hace el herido y Marlenne le besa para "curar sus heridas".
— Oh, por Dios, parar ya. Con tanta cursilería al final voy a vomitar arcoiris— se quejó Lynn
— Vaya par de dos...— digo entre risas.
— Ni que lo digas— ríe conmigo Lynn, la cual acto seguido muerde el último trozo de pizza que yo sujetaba en la mano.
— ¡Eh! Eso era mío— rechisto.
— Pued vend y cogedo— dice ella, hablando con la boca llena.
— No, que asco— me niego haciendo una mueca. —. Ahora es todo tuyo.
Las dos nos reímos. Después, se limpia la boca, se acerca a mí y me besa.
— Ahora quienes son las cursis— farfulla Uriah.
A diferencia de los suaves labios de Eric, los de Lynn son ásperos y fríos. Aunque ya me he acostumbrado a ellos, algo en mi añora esos labios cálidos en los que tanto me gustaba evadirme de los problemas. Me digo a mi misma que eso solo son tonterías y me dejo llevar por Lynn, como muchas otras veces, porque sé que si lo pienso demasiado me volveré a venir a abajo.
— Ejem, ejem.— carraspea una voz justo enfrente de nosotras.
Me separo de Lynn y observo la figura de Eric, corpulenta e imponente, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Esto me recuerda a aquella vez en la azotea... Nos peleamos y después de eso me beso. Solo que aquella vez yo no me estaba besando con Lynn cuando apareció.
— ¿Se puede saber qué hacéis aquí en vez de estar entrenando para el viernes, iniciados?— nos regaña imponente.
Yo agacho la cabeza, incapaz de mirarle a los ojos.
— Solo estábamos pasando el rato, Eric— nos defiende Uriah—. Tampoco es para tanto.
— Pues ir a pasar el rato a otra parte, no en las escaleras de emergencia.— espeta Eric— ¡Largo!— ordena sin dejar de fruncir el ceño— ¡Ya!
Todos se levantan rápidamente, recogen los restos de basura de las cajas de las pizzas y se disponen a marcharse.
— Qué genio— oigo susurrar a Marlenne.
— Gilipollas— farfulla Lynn muy bajito.
Yo me levanto la última y les sigo con la mirada fija en el suelo.
Pero cuando paso por su lado me agarra de la muñeca y me para.
— Todos menos tu, M— dice— Quiero hablar contigo.
Lynn, Uriah y Marlenne me miran desde su posición más avanzada sin saber qué hacer; si plantarle cara a Eric y no dejarle hablar conmigo, o dejar que se salga con la suya. Yo tampoco se que hacer. Levantó un poco la mirada y me encuentro con los ojos azules de Eric clavados en mi. Aunque no me dicen nada, como de costumbre. Y un poco más hacía delante mi mirada se cruza con los ojos color avellana de Lynn, que me mira suplicante mientras niega con la cabeza. ¿Porque de repente siento como si tuviera que elegir?
— Venga, ¿a qué estáis esperando? ¡Largaos!— insiste Eric, recordándonos a todos que aquí quien manda es él. No había ninguna opción. No había manera de elegir no hablar con él.— ¿Es que necesitáis que os haga un croquis o que? ¡Que os largais!
Finalmente todos hacen caso y alejan por el pasillo.
Yo frunzo los labios y trago saliva. Esto no puede ser bueno.
PD: Lynn en multimedia 💜
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SOMETHING BETTER~DIVERGENTE (Eric Fanfic)// TERMINADA
FanfictionMiare, es una chica que apareció con 5 años mas allá de las granjas de Cordialidad. Fue adoptada por Johana, la líder de esta facción, y vivió con ella hasta que cumplió los 16. En su prueba de aptitud descubre que es divergente, cosa que ya veía ve...