Maratón 5/10
Capitulo 34: ¿Solo amigos?
— Eric es gilipollas. Y si no quiere nada contigo, ¡entonces lo es más todavía!— se queja a voces Uriah.
— Shhh— le intento silenciar, entre risas, mientras me seco las ultimas lagrimas que corrían por mis mejillas— Te podría oír cualquiera.
— Pues que me oigan. ¡Eric es gilipollas!— me rebate él, levantandose y poniendose de pie sobre la cama, para gritarlo a la habitación vacía. — Yo no intentó esconder lo que pienso por miedo a lo que digan los demás, y mucho menos lo que siento, M. Eso solo lo hace Eric.
Sonrio amargamente al recordar cada palabra que le dije en aquel pasillo. Realmente lo pensaba y no me importo decirlo. Él, en cambio, se escondió en pretextos y excusas. Cabron.
— Eh, eh— dijo Uriah mientras se bajaba de la cama y se sentaba a mi lado para pasarme un brazo por detrás de los hombros al advertir mis lágrimas. — Creía que ya habíamos superado lo de la lloriquera.
Sorbo los mocos e intento que las lágrimas paren también.
— Ya te lo he dicho. Ni Eric ni nadie se merece tus lagrimas, M— me consuela— Y quien las merezca no te hará llorar.
Tiene razón, lo se. Pero es tan inevitable...Llevaba toda la semana prometiéndome a mi misma que no iba a llorar y ahí estaba de nuevo; llorando en el hombro de Uriah. Pobrecito, debe de estar ya más que harto de mi.
— Siento que tengas que aguantar esto. — me disculpo mientras hago un puchero para reforzar mi disculpa.
— No tienes porqué, M— contesta—. Para eso están los amigos.
-0-
Me despierto de mi pasaje del miedo alterada.
Es lunes por la mañana y he decidido venir a practicar antes de la prueba final del viernes. Este viernes por la tarde se decidirá todo. Quien lo haga bien, entrará; quien no, será un abandonado para el resto de su vida.
Había mejorado considerablemente con mis miedos hasta entonces, de mis 5, ya superaba 4 . Pero para mi desgracia, todos continuaba allí. Y todavía peor, no había manera de superar el quinto. El último, desde luego, era el peor. Y últimamente, solo había ido a peor.
En mi último miedo, camino por los pasillos de la sede de Osadía que inusualemente estan llenos de gente. Todos se paran a mirarme, pero no de la forma en la que te gusta que te mire la gente, sino con desprecio, con asco. Y cuando pasan por mi lado, todos susurran cosas: "divergente", "mentirosa", "asesina", "pero que pintas son esas...", "nunca llegarás a ser parte de Osadía"... Intento contenerme y no hacerles caso, pero al final no lo puedo evitar y siempre salgo corriendo, intentando huir de todos. Pero no lo consigo, están por todas partes, vaya donde vaya, corra hacia la dirección que corra... Hasta que finalmente decido que nada de eso es real, los hago desaparecer a todos y me despierto.
Ofuscada y, sobretodo, frustrada, me dispongo a entrar de nuevo en mi pasaje del miedo. Tengo que conseguir pasarme eso como sea. Pero me detengo sobresaltada cuando alguien, sin llamar a la puerta abre de golpe.
— Lynn...— susurro aliviada al verla entrar por la puerta.— Menos mal. Pensaba que eras...
— ¿Eric?— termina mi frase.
— No. — me hago la ofendida, como si eso no fuera ni remotamente posible— ¿Porque iba a pensar eso?
— Dios, no se como no te salió Verdad en la prueba de aptitud— se queja Lynn, cerrando la puerta detrás de ella.— Mientes fatal.
— ¿Y tu que sabes? Tu no estabas en mi prueba de aptitud— aunque sueno confiada, lo cierto es que mi subconsciente se pregunta si es posible que si estuviera. ¿Y si sabe la verdad? ¿Y si sabe que soy divergente?
— No, tienes razón, no estuve.— mi subconsciente suelta un respiro de alivio— Pero Uriah me ha contado cosas.
— Mierda— le maldigo en susurros. ¡Me prometió que no se lo iba a contar a nadie!— Será traidor...
— No le culpes a él— dice mientras anda hacia mi y se sienta a mi lado en la silla reclinable de dentista.—. Más bien ha sido culpa mía. Estaba contándole lo enfadada que estaba contigo por no haberme buscado para pedirme perdón o para hablar conmigo y solucionar las cosas, cuando me ha dicho que es que últimamente has estado muy ocupada y te ha empezado a defender. Y ya sabes como soy. He empezado el interrogatorio y el pobre no ha tenido más opción que contarmelo.— concluye encogiéndose de hombros.
Agacho la cabeza arrepentida. Tiene razón. He estado tan ocupada, preocupandome tan solo por mi misma, que me había olvidado de la disculpa que le debía a Lynn.
— Podías habérmelo contado, ¿sabes?— me recrimina— Aunque ya me temía algo. Puede que sea un poco tonta a veces, pero no estoy ciega.
— Siento mucho cómo te hable, Lynn.— me disculpo pues no me apetece hablar de Eric ahora.— Y sobretodo siento no haberme disculpado antes. Estaba tan obsesionada con..., bueno, ya sabes con quien, que me olvidé incluso de mis amigos.
— No pasa nada.— me contesta encogiéndose de hombros— Yo también te hable mal aquel día. Supongo que todos cometemos errores.
— Entonces, ¿todo vuelve a estar bien entre nosotras?— pregunto con una pequeña sonrisa, que se amplía cuando Lynn asiente taciturna y la abrazo. Ella me abraza de vuelta, aunque no duramos mucho así pues Lynn enseguida se cansa:
— Bueno, va. Dejémonos de cursilerias y cuéntame más sobre tu historia con Eric.
— Lynn... No me apetece hablar de eso.— admito.
— Es un imbécil— asegura.
— En eso estamos de acuerdo— me río, y cuando me giró hacia ella, me la encuentro observandome atentamente.— ¿Que miras?
— M, no se como decirte esto...— masculla nerviosa— Se que solo somos amigas y no debería hacer esto pero... Desde que te conocí no has hecho más que romper mis esquemas y demostrar lo equivocada que estaba contigo. Eres una de las pocas personas que has conseguido sorprenderme y... En serio que no se como decir esto— se ríe con nerviosismo.
— Lynn, ¿se puede saber qué quieres decir con todo esto? Me estas asustando...
— Lo que quiero decir es... esto.
De repente, las manos de Lynn me agarran de mis mejillas y atrae mi cara hacía la suya. Muy rápidamente, nuestros labios se juntan y me planta un casto beso.
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SOMETHING BETTER~DIVERGENTE (Eric Fanfic)// TERMINADA
FanfictionMiare, es una chica que apareció con 5 años mas allá de las granjas de Cordialidad. Fue adoptada por Johana, la líder de esta facción, y vivió con ella hasta que cumplió los 16. En su prueba de aptitud descubre que es divergente, cosa que ya veía ve...