48. El poder del sacrificio

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Maratón final 8/10

Capítulo 48: El poder del sacrificio.

En cuanto la puerta se cierra tras ella comienzo de nuevo a forcejear en mi silla. Al ver que no consigo nada, intentó apelar a Cuatro pero él no parece escucharme. Es como si estuviera en un sueño, absorto. Grito, pataleo y vuelvo a gritarle a Cuatro. Pero ni se inmuta.

Solo parece que lo hace cuando Tris irrumpe en la habitación.

— Tobias— dice ella. ¿Tobias? ¿Será ese su verdadero nombre?

Cuatro dirige la vista atrás y la mira. Frunce el ceño, se pone de pie, parece desconcertado; levanta la pistola.

—Suelta el arma —ordena.

—Tobias, estás en una simulación.

—Suelta el arma o disparo —insiste.

Tris deja el arma a sus pies.

—¡Suelta el arma! — grita él.

—Ya lo he hecho.

Entonces Tris corre hacia él y empieza una pequeña batalla. Es como si ninguno de los dos se hubiera percatado de que estoy aquí. Mientras, intento por decimosexta vez desatarme de la silla sin conseguirlo. Dirijo mi mirada a ellos de nuevo.

Cuatro la agarra por el pelo y tira de ella. Tris se llava la mano atrás y se aferra a su muñeca, pero es demasiado fuerte y se da con la frente en la pared.

—Tobias —lo llama.

¿Ha vacilado su mano? Tris se retuerce para darle una patada y acierta con el talón en su pierna. Cuando su pelo se le escurre entre los dedos, ella se tira a por la pistola y agarra el frío metal con la punta de los dedos. Se pone boca arriba y apunta a Tobias con la pistola.

—Tobias, sé que estás ahí.

Sin embargo, si lo estuviera, seguramente no se dirigiría a ella como si pretendiera matarla de verdad.

Yo me retuerzo en la silla y pataleo. Me parece que a Tris no le vendría mal mi ayuda. Pero todo parece inútil. ¿De que están hechas estas bridas? ¿De vibranium?

—Tobias, por favor —le suplica. Desde mi posición en la silla me parece ver que Tris tiene los ojos rojos y que algunas gotas brillantes resbalan por sus mejillas—. Por favor, mírame —le dice, y él sigue avanzando hacia ella con movimientos peligrosos, rápidos, poderosos; a Tris le tiembla la pistola en la mano—. Por favor, mírame, ¡Tobias, por favor!

Yo continuo retorciéndome en la silla, aprovechando la distracción que me proporciona Tris. De repente, Tris le da la vuelta a la pistola y pone el mango en la palma de Cuatro. ¿Pero que está haciendo? ¿Esta loca? Él le pone el cañón en la frente. Tris le pone la mano en el pecho.

La bala entra en la recámara y se queda quieta y espera. Yo me quedo paralizada y se hace un silencio profundo en la sala. Quiero decir algo, quiero evitar que Cuatro dispare... pero estoy totalmente bloqueada.

El disparo no llega. Cuatro se queda mirando a Tris con la misma ferocidad, aunque no se mueve. ¿Por qué no dispara? Y entonces caigo en la cuenta: es divergente, puede luchar contra esta simulación, contra cualquier simulación. Y eso está haciendo.

—Tobias, soy yo— dice Tris.

Da un paso adelante y lo abraza. Cuatro la agarra por los hombros y Tris grita. Sin embargo, Cuatro la hecha un poco hacia atrás y su expresión se relaja.

—Tris —dice, y vuelve a ser él.

Los dos se besan y yo no puedo evitar hacer una mueca de asco mientras aparto la vista. Se besan, se abrazan, se vuelven a besar... Y el circo continua.

SOMETHING BETTER~DIVERGENTE (Eric Fanfic)// TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora