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Se sentía como si hubiese pasado una eternidad.

Una eternidad en la que todo, dentro de lo que cabe, había sido casi perfecto.

Sus estudios iban genial.

Sus compañeros de clase la trataban como a una más, y en sus entrenamientos se esforzaba al máximo para obtener la mejor puntuación posible.

Porque sí, ya había comenzado el periodo de exámenes.

-Dime por favor que no soy la única que va a suspender- lloriqueó Abril.

-No eres la única que va a suspender- murmuró Crystal sonriendo- De hecho, hay otros diez compañeros lloriqueando como tú.

-¡Mala!- chilló Abril- ¡Que pocos sentimientos tienes, amiga!

-Que pena- murmuró Crystal un tanto risueña.

Abril sonrió de forma un tanto macabra y aclaró su garganta, para llamar aún más su atención.

-Y bien- comenzó también risueña- ¿Por qué evitas a Jaden?

Crystal jadeó fruto de la sorpresa.

-¿Qué tontería es esa?- le recriminó ésta- ¡Yo no lo estoy evitando!

-Sí lo haces- le reprochó ésta, también- He visto como haces todo lo posible por no encontrarte con él, por no hablar de él.

-Eso no es verdad- murmuró nerviosa.

-¿Te estás sonrojando?- preguntó Abril reprimiendo la risa- ¡Te estás sonrojando!

-¡Ya! ¡Déjame!- chilló Crystal tapando sus mejillas- ¡Estudia que tenemos examen!

-¡Quiero saber, Crystal!- chilló Abril- ¡Exijo saberlo! ¡Soy tu amiga!

-No voy a decírtelo aquí- gruñó entre dientes- Es demasiado vergonzoso.

-Por favor- lloriqueó Abril con insistencia- Dímelo al oído.

Crystal suspiró frustrada y asintió.

-Jaden se quedó a dormir conmigo, ya sabes- murmuró y Abril asintió- Yo...- hizo una pausa- Tuve un sueño húmedo con él y acabé diciendo su nombre no de la mejor forma.

-¡¿Qué?!- chilló Abril conmocionada y extasiada- ¡Oh dios mio! ¡¿Qué tú qué?!

-Cállate- gruñó Crystal- Y ya sabes de qué forma pronuncié su nombre.

-Chicos- comentó el profesor entrando en el aula- Comienza el examen.














El pánico había sido desatado en el instituto. De repente aquella niebla negra de la que todos parecían rechazar su existencia, se extendía poco a poco por la institución.

Algunas clases y pasillos habían sido cubiertos completamente, dejando a muchos alumnos y profesores atrapados por su espeso manto.

-¡Joder! ¡Joder! ¡Joder!- chillaba una y otra vez Crystal- ¡Me vais a caer!-

Sin embargo, los alumnos sumidos en su propio instinto de supervivencia no dejaban de empujarse unos a otros para intentar encontrar el refugio perfecto.

Crystal #2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora