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Capítulo dedicado a;
@feRo45









-¡Bienvenida al club de los protectores molones!- gritó Damián estrujándola entre sus brazos.

-No puedo respirar, tío- comentó Crystal riendo.

-Está bien, te suelto- bufó éste dejándola en el suelo- Pero solo porque tenemos que ir a tu super fiesta.

-Mi super fiesta...- comentó Crystal intentando contener la risa.

-¡Se suponía que era una maldita sorpresa!- gritó Arlette histérica- ¡Si es que Adolfo y tú me tenéis harta!

-¡Pero si ahora yo no he hecho nada!- chilló Adolfo- ¡Maldita sea! ¡Para una vez que no abro la boca!

-¡Yo pensé que serías tú el que se lo diría!- le reprochó ésta.

-¿Podéis dejar de chillar aunque sea por un momento?- intervino Jaden- Supongo que... Sorpresa.

-Supongo que gracias- comentó riendo- ¿Tú y yo no podemos simplemente saltarnosla?

-No- gruñó Jaden besándola- A mí suegro le daría un ataque, ¿verdad suegro?

Rick emitió un gruñido, completamente indignado.

-No me digas así- gruñó amenazante- Además, ¿para qué quieres saltarte tu fiesta?- inquirió un tanto amenazante.

-¿Sabes qué?- protestó ella- Olvídalo, prefiero emborracharme.

Crystal se alejó de allí lo más rápido posible mientras su padre le pisaba los talones, exigiéndole, más bien gritándole, que no podía hacer eso.

-¿Todo listo?- inquirió Damián con tono seductor.

-Todo listo- comentó Jaden, imitándolo.


















La fiesta había sido un verdadero éxito, aunque, quizás, no lo fue tanto cuando Crystal tuvo que fingir estar sorprendida.

Sin embargo, Arlette se encargó de golpear a Damián por estropear esa parte.

Habían reído y llorado al recordar viejos tiempos, pero por sobre todas las cosas, habían festejado el motivo por el cual todos estaban ahí reunidos.

-¿No quieres seguir con esto?- inquirió Jaden al verla tan pensativa.

-¿Qué?- inquirió ella volviendo a la realidad- No, no- murmuró apresuradamente- Llevo esperando esto cuatro años.

-¿Entonces?- insistió él- Podemos esperar un tiempo más, no hay prisa.

-Estaba pensando en la ropa para tu funeral- bromeó- A mí padre le dará un infarto cuando aparezca mañana marcada.

-Mañana no irás a ningún lado- ronroneó aprentando el agarre en el volante- Ni al día siguiente, ni al siguiente, ni al sigue...-

-Lo entendí- la interrumpió, riendo- ¿No me dejarás ir nunca?

-Nunca, cielo- murmuró parando el auto- A partir de aquí es imposible seguir con el coche, tendremos que caminar.

Crystal #2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora