Marco había regresado a su país natal producto de la crisis económica que afrontaba Europa. Ya llevaba seis meses instalado en el país con una vida recién comenzada. Había seguido sus estudios universitarios y con mucho tezón, se esmeraba por cumplir a cabalidad cada tarea encomendada en la universidad.
- ¿Siempre te esmeras tanto, hermano? - Dijo Samantha viéndolo leer y resolver sus tareas, bebiendo un jugo de naranja.- Si uno quiere luchar por lo que quiere y cumplir sus metas, debe esforzarse ¿No lo crees, hermana? - Respondió Marco dándose vuelta para abrazar a Samantha. Además, tú siempre me has apoyado y creído en mí.
- Jajaja, eres muy inteligente y tú mismo sabes que haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte siempre en lo que necesites.
- Siempre cuento contigo y estoy agradecido por eso. Espero que tu marido pueda conseguir empleo ya que la crisis se agudizó y no hemos podido volver a la vida de antes.
Samantha se quedó callada por un momento y volteo la mirada sin decir nada.
- S-Samantha ¿Estás bien? - Dijo Marco preocupado - Perdón... Ya sé que... Manuel se tuvo que ir lejos a buscar fortuna y aún no sabes nada de él... No debí...
- No, no te preocupes Marco.
Samantha suspiraba y derramaba algunas lágrimas dándole la espalda a su hermano para que no la viera llorar.
- Es difícil cuando eres esposa y tienes dos hijos de que no sepas nada de tu marido y sobrevivas con lo poco que puedes hacer por ahí. Yo... Pues... Debo arreglármelas sola. Es difícil pero en esta vida hay que sobrevivir con lo poco que se cuenta.
- ¡Tienes razón, hermana! Sabes algo, me has dado más espíritu con lo que acabas de decir y daré mi esfuerzo máximo por mis estudios, mis sueños y por todo en lo que creo. Prometo retribuirte además esa gran ayuda que me diste cuando estaba en París con mi novio, ya que es él mi mayor anhelo y por quién me esmeraré día tras día.
Samantha secó sus lágrimas y le dio un fuerte abrazo a su hermano, quién sorprendido por la muestra de afecto de ella, correspondió sin dudar y sonriendo, besó sus cabellos.
- Hemos de estar unidos por siempre, Marco. Dicen que los hermanos somos enemigos naturales pero eso no aplica en nosotros dos.
- Ni puede aplicar, Samantha querida. Tú me has apoyado en todo lo que he querido y creído desde niño y eres una persona de gran confianza para mí. Papá y mamá deben estar orgullosos de nosotros porque convivimos de maravilla.
- Lo sé y me gusta que a pesar de todo lo que ha pasado, estemos juntos. Marco, dime una cosa ¿Por qué en vez de regresar con papá y mamá, te quedaste acá en la ciudad conmigo y mis hijos?
- Recuerda que es difícil volver a la capital, así que preferí quedarme acá contigo ya que estás sola con los niños. Así, nos ayudamos mutuamente.
- Tienes razón en lo que dices, necesito ayuda ya que no puedo con ellos sola - Dijo Samantha terminando de beber su jugo y dirigiéndose a la cocina, se dispuso a preparar la cena.
- Espero tengas hambre, hoy comeremos rollitos de pollo.
- Cocinas muy bien así que me alegrará mucho comerlos, jajaja - Decía Marco terminando sus deberes yendo a la cocina para ayudar a su hermana.
Así, ambos hermanos tuvieron una tarde maravillosa de charla y convivencia.
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Unidos hasta el final [EN EDICIÓN Y CONTINUACIÓN 2019]
Roman d'amourAntonio y Marcos son dos jóvenes que se conocen ocasionalmente. Todo Inicia con una buena amistad pero al transcurrir el tiempo, existe una atracción entre ambos y se dan cuenta de que están completamente enamorados. Cristóbal, el padre de Antonio a...