Una semana después de que Cristóbal llamara a Roberto, éste se despidió de Samantha y de Marco para retomar su trabajo. Él ya sabía lo que su esposa y su cuñado tenían planeado hacer pero sin muchos detalles, así que se había guardado todo en secreto y marchó lo más pronto posible.
—¿Será que podemos confiar en él? —preguntó Marco con cierta duda y temor.
—No nos queda de otra. Si él le comenta algo a su jefe acerca de lo que hemos pensado hacer, no verá más a nuestros hijos. Además, no es que quiera presionarlo pero sigo dolida por todo lo que me hizo al acostarse con Kristine. —comentaba Samantha mientras suspiraba un poco.
—Ni me hables de ella, detesto pensar en que esa perra será la futura esposa de Antonio. No sabes cuanto me cuesta creer que él no tiene las suficientes agallas para separarse de su padre y estar junto a mí. —dijo el joven empuñando sus manos tras sentir rabia por pensar eso y la equivocada decisión al que Cristóbal sometía a su hijo.
—Quizás lo veas así pero para Antonio le resultaría muy difícil dejarlo. —dijo Samantha colocando su mano derecha en el hombro de su hermano— Sin embargo, querer es poder y si él te ama seguramente pronto estará contigo. Así que por ahora no te enojes y aguarda un poco, las cosas mejorarán y tengo fe en ello.
Marco sonrió y guardó la esperanza de que alguna vez Antonio y él volvieran a verse. De cierta manera, las palabras de Samantha le caían como un bálsamo al corazón de Marco en medio de tantas preocupaciones.
Transcurridos un par de meses, el matrimonio de Antonio y Kristine se acercaba por lo cual Samantha sabía que debía actuar rápido si quería ayudar a su hermano para que recuperara al amor de su vida.
—Acompáñame a hacer algunas diligencias. —dijo Samantha mientras Marco se encontraba jugando en el celular para distraerse un poco.
—Claro que sí, ¿a dónde iremos? —preguntó el moreno curiosamente mientras dejaba el aparato en el sofá y miraba a su hermana.
—Es una sorpresa, te diré por el camino. —respondió la mujer con algo de misticismo.
—Está bien. —dijo Antonio para luego levantarse de su lugar y marchar junto a Samantha.
Los hermanos salieron de casa rumbo al lugar donde Roberto le escribió a Samantha que fuese a recoger el paquete que le había enviado unas horas antes.
—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Antonio extrañado.
—Venimos por un paquete. —le respondió su hermana con una sonrisa amplia.
—Buenas tardes, señores ¿en qué puedo ayudarles? —dijo una de las encargadas de la recepción y entrega de los envíos.
—Buenas tardes, venimos a buscar un paquete que tiene mi nombre. —le respondió Samantha de inmediato.
—¿Cuál es su nombre, señora?
—Mi nombre es Samantha Montiel Gabilondo.
—¿Me permite su identificación, por favor?
—Con gusto. —dijo la mujer metiendo la mano en su cartera para luego sacar su documento de identificación personal— Tome, aquí tiene.
—Efectivamente usted es la propietaria de este sobre. —dijo la encargada de entregar los paquetes, dándole a la mujer un sobre de color blanco con un par de estampas canadienses— Aquí tiene, que tenga un buen día.
—Muchas gracias e igualmente. —dijo Samantha para luego abandonar el lugar en compañía de su hermano.
—¿Me puedes decir qué hay ahí? —preguntaba Marco confundido.
—Son dos boletos para irnos a Canadá, Marco. —respondió Samantha sacudiendo el sobre y ventilando sus cabellos con el mismo.
—No era necesario que te molestaras tanto. Tengo el dinero suficiente como para poder viajar hasta Canadá. —dijo Marco mientras miraba a Samantha y el sobre que llevaba.
—La molestia ya está hecha, así que no desaprovecharé el que Roberto me haya mandado los tiquetes tanto a ti como a mí para que vayamos allá. —dijo sonriente la mujer mientras miraba a su hermano.
—Por lo visto él quiere reivindicarse. —dijo Marco con una amplia sonrisa caminando de vuelta a casa.
—De está manera, mmm... tal vez lo perdone, jaja. —sonrió Samantha acompañada de una carcajada por su hermano.
Cuando llegaron Samantha abrió el sobre y efectivamente había encontrado los dos boletos, además de una carta. Según la información que les había dado Roberto días previos a la ceremonia en aquella carta, la boda se realizaría en Quebec, Canadá el día 17 de septiembre a las 4:00 p.m. en las instalaciones de la Iglesia North Light.
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Unidos hasta el final [EN EDICIÓN Y CONTINUACIÓN 2019]
RomanceAntonio y Marcos son dos jóvenes que se conocen ocasionalmente. Todo Inicia con una buena amistad pero al transcurrir el tiempo, existe una atracción entre ambos y se dan cuenta de que están completamente enamorados. Cristóbal, el padre de Antonio a...