Charming (Encantador)

Cap. VIII Fin de semana

"Así considerado, el delirio erotomaníaco, resulta ser una relación cuasi mística del sujeto con el objeto de su amor, creación psicopatológica absurda, pero apasionadamente ingenua y legítima, como expresión de un amor puro, ilusorio y pleno de esperanza".
Psiquiatra Lucio E. Bellomo

Bajaba las escaleras, detrás el pequeño seguía tomando mi mano, esperaba no tropezar, mis pasos eran burdos.
-Espera, ¿Qué paso?
Ignoraba sus palabras, estaba en una pesadilla, esperaba despertar mirar el techo de mi habitación, suspirar aliviado y  sobar mi hombro, pero la angustia, el hueco en mi pecho, era real.
-¿Quienes eran, a dónde vamos?
-Tu hermano, vendrá en 2 días, tal vez menos al ver que no estás con tus padres.
-¿Lo conoces?-, contestó soltándose de mi mano, se quedó quieto.
-Sehun es mi amigo, no se como no lo pude ver antes, eres muy parecido. 

Tiene sus ojos,  la forma de caminar, la forma de sus cejas, todo él me recordaba a Sehun, lo supe en el momento que sonrió al verme equivocarme con los versos del cuento, cuando comía miraba su plato concentrado y hacia la misma mueca que su hermano. 
-¡Si, es él!, espera  yo me llamo Luhan, ¿tu cómo te llamas?- me preguntó abriendo sus ojos y sonriéndome sorprendido.  

Su sonrisa, me faltaba tanto, estaba a punto de llorar, necesitaba a mi amigo; detrás de la puerta estaban  Yul Hee y Jongin, mi mundo se acababa de derrumbar y mi mente no podía borrar esa imagen, además tenía a Luhan frente a mí, viéndome con esos ojos marrones, no respondí, sentía que iba a llorar en cualquier momento. 
-¿Estás  bien?
-Quiero irme, vayamos a otro sitio, ¿te importaría escogerlo?- Pude contestar con una voz aireada y quebrada. 
Sus gestos se volvieron finos y maduros, volvió a tomar mi muñeca y  me guio hasta la calle;  yo parecía un robot, no pensaba en nada, seguía sus pasitos.
-Vamos. 
-¿Eres muy unido a él?-solté al avanzar varios metros.
-En realidad no, huye de mí, dice que soy un peligro, oye respecto a lo que viste lamento que haya sucedido así, ahora creo que todo es mi culpa. 
-De hecho, te debo una- respondí sonriendo con una mueca apenas notable.
-Mi madre, ella siempre me dijo que nunca necesitó a alguien a su lado para ser feliz, no de manera romántica,  siempre  nos tiene a Sehun y a mi, su familia. 
-¿Por qué la dejaste sola?
-Extraño a mi hermano- respondió distraído por estar atento al semáforo de la calle. 

Pensaba que estaba con su familia, ¿por qué me mintió?

-¿En que piensas?- me interrumpió

-En nada.

Pasamos la tarde visitando tiendas, parecía ser algo que el pequeño disfrutaba mucho, se acercaba a la ropa pero nunca la tocaba  y me sonreía mientras yo repasaba la cara de sorpresa de Jongin al verme  y soltaba un pequeño grito ahogado en mi interior y  me concentraba en los artículos de lujo para distraerme.

En mi celular se registraron 26 llamadas perdidas, al terminar el día ya no me importaba nada, Yulbin tal vez quería advertirme de lo que estaba pasando, no sabía a donde ir no tenía otro amigo cerca y  con Luhan a mi lado debía avisar a su hermano que se encontraba bien , faltaban dos calles para llegar a casa, el autobús estaba  vacío, ¿A quien recurría?

                                                                                        *   *   *
Terminé sentado en las escaleras de mi edificio, el escenario era el mismo un pasillo oscuro, el sonido de las moscas chocando con la lampara y el niño en mi espalda, esperé a que fuera de madrugada para asegurarme que  todos estuvieras dormidos y  mis movimientos lentos no produjeran ningún sonido, logré entrar a la casa  aún contenida de ecos de risas y succiones de Jongin jugueteando con ella.

En ese mismo sillón acomode almohadas  y arroje una sabana limpia,  tenía ganas de vomitar y  quedarme tirado en el suelo del baño, pero ahí estaba Yulhee con sus pijamas rosados  hablando por teléfono con su voz suave, cuando notó mi presencia. 
-¿Soo, has llegado ya?
No respondí, mis ojos estaban cerrados, fingía dormir profundamente, escuché sus pasos, sentí su mano  sobre mi frente, con delicadeza me colocó una compresa fría, y un beso.
La odiaba, no podía contener los sentimientos de furia, quería arrojar todo por el balcón, ¿Por que de todos los hombres, tenía que conocer a Jongin?

Esa mañana desperté con Luhan viendo caricaturas, todo estaba más iluminado, el departamento olía a naranja, apoyándome sobre el respaldo de la silla del comedor me reincorporé, vi a las gemelas cocinando y al niño conteniendo la risa.
-¿Que hora..?
-Es muy temprano aún, mira he llamado a casa-, acercaba un teléfono a mi cara, apenas y pude entender lo que pasaba y mis ojos apenas enfocaban al adolescente despeinado. 
-Despierta, Sehun vendrá por él en la tarde, tienes que prestarle un poco de ropa,  la suya está en la lavadora- Yulbin parecía cuidadosa de su tono de voz, era diferente, incluso su postura era más tensa.
-Es encantador, se parece a su hermano, ¿Cómo diste con él?- interrumpió Yulhee,  aún tenía esa horrenda pijama.
-Ayer tuve una racha de suerte increíble-, respondí.

Me alejé de ella, subí a mi habitación, terminé llorando en la cama, suspiraba conteniendo el hipo, trataba de no hacer ruido, estaba roto.

-¿Que le ocurre?- soltaron al unísono las hermanas.
-Está herido-, ambas voltearon a ver al niño, parecía conocerlo mejor que ellas.

Aún asi, trate de tomar el teléfono y marcar a Sehun, fui muy irresponsable al no avisarle  que su hermano estaba conmigo. 

-¿Soo?, no sabes lo preocupados que estábamos aquí, es un alivio que esté con ustedes, estoy a punto de tomar el vuelo de regreso, muchas gracias.
-Aquí estaremos,  está a salvo, no te preocupes más.
Colgué y dejé el celular sobre mi copia del libro de cuentos, sería tan fácil seguir como si nada, apoyar a quien conozco de toda la vida, aceptar que siempre buscarán satisfacerse conmigo, que nadie busca algo serio,  podría disfrutarlo o caminar a un lado y patear los sentimientos que puedan sentir por mi.
Mis dedos marcaban su número, me lo sabia de memoria.
-¿Estás libre esta noche?, no no pasa nada, necesito tu ayuda, si es importante.

Almenos podría usarlo esta vez, ahora sabía la verdad, no sentiría culpa por algo que no controlo, destruirlo no estaba en mis planes, pero eran un  paso que debia hacer para borrarlo de mi memoria.

-Paso por ti esta noche, sabia que no ibas a alejarte mucho tiempo.

Fin de la llamada.